Mestiza (Experiencia En RD)

Dumbo Y Pinocho

Cedric me miro con una sonrisa, me tomo de la mano y me llevo hacia el baño.
Antes de entrar mire sobre mi hombro y Mattheo me sonreiría mientras levantaba sus dos pulgares.

Cedric cerro la puerta y nos miramos, solo había hablado una vez con el y estaba cubierta de una mierda azul.

–Entonces...

El también estaba nervioso.

–Tengo algo para hacer esto más divertido– anuncio sacando una bolsita con ¿pastillas?.

–¿Que es eso? – cuestione y el se acerco más a mi.

–No lo se– admitió– me lo vendió Luna, dijo que me haría ver estrellas o algo así.

Yo asentí, total que era lo peor que podía pasar.

Cedric saco dos pastillas, una se la paso rápidamente.
Con una mano me atrajo hacia el, estando ahora a centímetros. Con la otra mano se puso la pastilla en la lengua.
Entendí lo que quería hacer. Junte mi lengua con la suya quitándole la pastilla y pasándomela. El me trajo más a él profundizando ahora un beso.

Sus besos no eran tan rudos como los de Tom.

Debo de dejar de pensar en Tom cuando me estoy besando con otro.

Cedric poso ambas manos en mis muslos y me cargo sobre el lavabo.
El se colo entre mis piernas, sentí su ereccion al instante.

Su boca bajo por mi cuello lamiendo mi piel sensible. Ahoge un gemido cuando su mano se metió entre mis piernas tocandome sobre las bragas.

Volvió a mi boca besándome con ¿suavidad? Es que yo estoy acostumbrada a que Tom me deje sin aliento con sus beso, a que me tome del cuello con fuerza.

Debo dejar de pensar en Tom enserio ya.

Cedric hizo a un lado mis bragas para después meter un dedo dentro de mi.

–Mierda– gemí sobre sus labios.

Mueve su dedo con estocadas lentas, así no es como lo hace... AAAHH ya mierda.

Trate de callar mis pensamientos, tome la mano de Cedric y la guíe para que lo hiciera como me gusta.

Ahora sus movimientos son más rápidos y con un poco más de fuerza.

–Joder Liv– jadeo Cedric– no sabes cuando soñé con esto.

Cuando estoy con Tom nunca puedo pensar con claridad, pero con Cedric puedo hasta recordar mi encuentro con Myrtle la llorona, donde dijo que el era uno de los chicos que iba a su baño a darse auto amor pensando en mi, la verdad no se si estaba diciendo la verdad pero...

–¿Porque no gimes? ¿No te esta gustando?– pregunto Cedric deteniendo sus movimientos.

–¿Que? digo, me esta encantando Cedric, tu continua– mentira, estaba tan perdida en mis pensamientos que lo ignore por completo.
Cedric obedeció y continuo metiendo su dedo dentro de mi.

Cedric no me causaba gran placer, ninguno para ser honesta. Pero no quería ser una perra, así que empecé a fingir pequeño gemidos.

Gracias a Salazar, tocaron la puerta, diciéndonos que ya había acabado el tiempo.

Yo me baje del lavabo acomodando mi vestido y Cedric se lavo las manos.

Salimos del baño y Cedric me susurro:

–Haber cuando repetimos– yo le di una sonrisa fingida y me fui con mis amigos.

Otra vez en el círculo, nada interesante, todos se besaban con todos, lo normal.

Mi visión se empezó a volver ¿azul? ¿Que mierda?.

Gire hacia Mattheo, pero no estaba Mattheo. Había un ¿elefante?.

Estúpida pastilla. No me hizo ver estrellas, pero si un elefante.

Toque al "elefante" con mi dedo picando su trompa para saber si era real. En efecto era real.

–¿Que te pasa? –cuestionó el elefante que ahora hablaba.

–Joder, me estoy volviendo loca– dije mientras me alejaba del elefante.

–¿Liv? – cuestionó otra voz.

Las luces de la fiesta se empezaron a volver borrosas, sentía como todo se movía.

Una mano me tomó por el brazo. Era una mano de madera.

–¿Que mierda te metiste? – me cuestionó la cosa de madera.

Yo drogada alucino con Pinocho y con Dumbo.

Enserio debo de dejar de aceptar todo lo que me dan.

–Yo... –dije pesadamente– no se.

Intente enfocarme, pero todo se movía a mi alrededor. Trate de de dar un paso pero caí.

–Auch– me queje, para después reírme.

Dumbo me levanto.

–Eres un dolor de huevos– me dijo Dumbo.

Dumbo me cargo sobre su hombro pero a medio camino volví a caer.

Mi cara y el piso se volvieron mejores amigos enserio.

Dumbo como que se harto de mi y en vez de levantarme, me jalo del pie todo el camino.