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¿Nunca se han puesto a pensar en como sería su vida si hubieran tomado decisiones diferentes?

A veces solemos decidir por impulso, con indecisión, bajo mucha presión, e inclusive con miedo. Si tienes suerte, terminan en algo bueno. Pero en la mayoría de las ocasiones no sale como uno desea.

Ebba Spencer es de aquellas personas que ha tomado múltiples decisiones a lo largo de sus diez y siete años de vida y no obtuvo buenos resultados.

Es verdad, ha cometido errores (como todos) pero como muchos de nosotros, hay uno que le pesa más que cualquier otro.

Ahí estaba ella. Sus pies colgaban por lo alto de ese columpio en el que se balanceaba. Observaba a cada persona que caminaba frente a su mirada, la mayoría apresurada y otras disfrutando lo cálido de ese parque. Su mente estaba desconectada del mundo. Ella estaba allí, presente en ese parque, pero su mente estaba en el pasado; recordando y volviendo a vivir.

Cada pregunta relacionada con aquello que pasó la agobiaba tanto pero no podía hacer nada, no había vuelta atrás y nada más podía hacer.

< ¿Por qué no conteste? Mierda ¿Por qué? >

Su vista estaba perdida en aquel momento. De vez en cuando haciéndose todo borroso pero todo aquel recuerdo siendo totalmente claro.

-Ebba ¿que haces? -Le pregunta uno de sus hermanos. El mayor jugaba con su mascota hasta que recordó que alguien mas iba con ellos; busca a su hermana menor a sus alrededores. La conoce, sabia que pensaba en eso- Anda, ven a jugar conmigo y Toro

-No tengo ganas Richie -Le responde sin siquiera verlo a los ojos. Tampoco se giro a verle- Así estoy bien

-Ebba han pasado ya casi tres años. Deberías tratar de ya olvidar aquello que paso; entiende que tú no tienes la...

-Ni pienses decir que yo no soy la que tiene la culpa -Le interrumpe. Richie poniendo los ojos en blanco al saber que tendrian la misma conversación de siempre- No quiero discutir esto aquí, así que no digas nada más

-Solo digo que ya deberías tratar de saltar a la siguiente página. Ella ya no está, y bien sabes que si estuviera no quisiera verte así; te amaba Ebba, y donde sea que este continua haciéndolo -Toma asiento en el columpio vacío y posa su mano libre en el hombro de la chica a su lado- Mejorar no quiere decir que la vayas a olvidar o decepcionar de alguna manera, quiere decir que vas a luchar por ella. Por honrar su memoria. ¿No crees?

-Solo vamos a casa -Dice tras largos sengundos de puro silencio. Se puso de pie sintiendo a su hermano tras de ella a paso lento-

Tres semanas más...

Como de costumbre, Ebba paseaba a Toro por el parque de siempre. No obstante, hoy iba sola. Disfrutaba de ir con su hermano pero estando solo ella le resultaba igual de bien. Caminaba sujetando la correa y sus auriculares puestos escuchando música de su gusto; rock clásico especialmente.

Se detuvo un momento para soltar al can y que corra por un rato. Al hacerlo se sienta en el césped, de vez en cuando viendo a la mascota para mantenerla vigilada.

Todo iba bien, ningún pensamiento negativo a la vista. Sólo tranquilidad y música inundando sus oídos. Parecía que sería un buen día

Pero parecía. No fue hasta que una chica desconocida tocó su hombro e interrumpió su canción, su favorita que tarareaba un poco. Algo alarmada se gira y ve los ojos de la contraria; pelirroja, ojoz azules y tes blanca, casi pálida pero demasiado lindo para ella. Ebba se quedó un poco anonadada, se parecía demasiado a... ella.

-¿Si? -Por fin habla Ebba quitandose solo un auricular-

-Disculpa que interrumpa. ¿Tu perro es aquel que esta por allá? -Apunta al can y... mierda, lo descuido por al parecer mucho tiempo-

-Carajo, si. Gracias -Olvidandose por un momento de la desconocida corre a donde el perro peleaba con otro aun mas grande que él-

Lucho con ambos perros por un rato, incluso un par de personas se acercaron a los dueños para separarlos. Cuando lo lograron cada uno tomó su camino antes de que empezarán una pelea canina.

Ahora de mal humor, Ebba le ponía la correa a Toro otra vez. Estaba concentrada cuando ve unas lindas piernas posarse a su lado. Las recorrió con su mirada; siguió subiendo su vista y se topo con esos ojos de nuevo. Dios, le recordaban tanto a los de ella.

-Ni me digas que mi perro se está peleando, solo tengo a este -Dijo un tanto malhumorada. Pero la chica no parecio tomarlo a mal, solto una leve risa, como si ese fuera un chiste-

-Admito que no fui cautelosa para decirlo. Pero esto es tuyo -Con una sonrisa que dejo embobada a Ebba le entrega su móvil- Se te cayo cuando corriste a donde estaba tu perrito

-Ah si, gracias -Ver esa sonrisa la relajo un poco. Termino de poner la correa a Toro y se puso de pie, notando que la contraria era solo unos centímetros mas alta que ella- No sentí cuando se cayo

-Esta bien. Ten -La pelinegra de Ebba lo toma y lo echa en su bolsillo- Te había visto muchas veces por aquí pero hoy es la primera vez que te hablo, curioso ¿no?

-Eso creo -Ambas sonrien timidamente. Ebba no es mucho de socializar con desconocidos. Y la pelirroja no es de acercarse de la nada a alguien para conocerla-

-Soy Sadie -Le vuelve a sonrier pero ahora por mas tiempo. Flechando una vez mas a la pelinegra-

-Yo Ebba -Tambien sonrie y baja la mirada- Él es Toro, un travieso como notaste

-Es lindo. Hola Toro -Se inclina y lo toca, él dejandose de inmediato. Era todo un coqueto- Un gusto conocerlos a ambos -Se pone de pie otra vez. Ebba la veia fijamente; de verdad se parecia a ella- ¿Tengo algo en la cara?

-¿Que? No. Perdón es solo que te pareces a... alguien

-¿Enserió?

-Sí. Casi igual, juraría que son gemelas -La pelinegra ríe un poco aún sin creerlo- Es sorprendente lo mucho que se parecen

-Bueno, pues dile a esa persona que ya tiene a su clon

-Me encantaría poder hacerlo -Sonríe disminuyendo su risa. Era extraño, estaba sintiendo por primera vez algo lindo al recordarla; no se deprimió de tenerla en su mente. Solo estaba allí como un buen recuerdo-

-¿Como se llama?

-Se llama... llamaba Lili -Sadie lo capto al instante y en un parpadeo ella abrio sus ojos. No sabia que tan sensible era ese tema, obvio no queria hablarlo-

-Dios. Lo siento, no tenía idea de que...

-Esta bien -Interrumpe Ebba; obvio no lo sabia y ella estaba consiente- Creo que no me molesta hablar de ella

-¿Crees?

-No he hablado de ella después de que falleció -Alza sus hombros con cierta timidez. Si bien hablar acerca de lo que paso no le gustaba para nada, pero parece que hablar solo de ella le gustaba- Ella... era mi novia. Y bueno, siempre ame hablar de todo lo que hacía y eso. Pero luego paso todo lo que paso y creo que como nadie decía algo de ella yo jamas lo hice tampoco -Bajo su mirada pero a los segundos clavo sus ojos en los de la contraria- ¿Te apetece ir luego por un café o cualquier cosa que sea bebible?

-La pelirroja ríe tras su pregunta y asiente al pensarlo aun riendo un poco- Sí, me encantaría

-Vale. ¿Te vería aquí de nuevo?

-Solo mándame un mensaje. Ya tienes mi número

-Vale, esta... ¿eh? -La mira confundida. ¿Dijo bien o ya alucinaba?-

-Tú elige el lugar, si hay matcha mejor -Empieza a alejarse sin dejar de verla, solo daba pasos hacia atras-

-¿Matcha? -Murmuró para si misma. Ni idea de lo que era eso- Bien. Mañana a las 3 -Grito cuando la chica ya se habia volteado. La pelirroja al oírla se gira y asiente con una sonrisa- ¡Oye pero... -Tarde. Sadie ya se encontraba algo lejos de ella- ¿que hay de tu número?

Vio esa linda sonrisa por última vez para luego quedarse viendo su anatomía caminar. Es de admitir que tenía unas curvas bien pronunciadas en su cuerpo, pero resaltaba más su carisma que cualquier cosa. Al perderla de vista, Ebba se da la vuelta y empieza a caminar en dirección a su hogar junto con su mascota. ¿Donde quedó el mal humor? ¿El regaño a Toro? ¿El dolor por los rasguños de su cuerpo? Ni idea. Solo pensaba en esa chica de la cual nada mas conoce su nombre.

Present ♡Where stories live. Discover now