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-No vuelvas a hacer eso -Dice Sadie entre sollozos. Seguían abrazadas, mas tranquilas de tenerse ahi pero no todo estaba bien-

-¿Hacer qué? -Cuestiona Ebba alejándose un poco para poder verle el rostro al fin. La pelirroja llego y ambas se pusieron a llorar, la menor queria ver ya su belleza-

-No aparecer. No sabia nada de ti y estaba tan preocupada de que te haya pasado algo, que no estuvieras bien o que te molestaras conmigo por haber hecho algo. ¿Hice algo malo contigo? ¿Estás bien? Estaba preocu-

-Tranquila -Le interrumpe- Ven pasa

Ebba toma la mano de Sadie y la guía hasta la cama. Se sienta mientras que ve a la pelinegra ir a su baño, suspiraba tratando de relajarse. Estaba casi temblando del susto, le asustaba que Ebba no estuviera bien. La quiere tanto que no se imaginaba verla tan mal; así que verla en ese estado le afectaba. Sus ojeras, sus mejillas mojadas, los ojos rojos, la vestimenta tan desalineada que llevaba y su habitación hecha un desastre. No era ella.

-Perdóname -Habló Ebba saliendo del baño y tomando pasos a donde la pelirroja estaba. Se sienta en la cama, pegada al respaldo, obligando a Sadie a girar su torso para verle- No queria que te preocuparas -La pelinergra suspira al sentir que su voz iba a quebrarse. Sabia que podia volver a caer en un mar de lagrimas, pero no quería, no otra vez-

-Sabes que puedes contarme lo que sea que te esté pasando. Me habría encantado que me dijeras que no estabas bien o algo así. No tener ninguna señal de vida de tu parte me mataba de los nervios que... -También suspira. El nudo que tenía en su garganta no se desbarató por completo, aun seguía ahí desde que apareció días atras- Quizá te parezca dramático y exagerado que este así -De nuevo suspira y la mira, nota su cabeza negar levemente- Pero te quiero tanto que... no sé, solo sentía horrible

-Entiendo que te preocuparas. Por eso perdóname -Se queda unos segundos viendo a Sadie ahogar sus sollozos, era obvio que tampoco quería romperse en un llanto otra vez. Suspira y los ojos de la pelirroja se clavan en ella. Ebba le da un par de golpes a la cama para que la chica se ponga a su lado. Y así sucede, Sadie gatea hasta ella, pone su espalda en el respaldo de la cama y la mira de nuevo- No me gusta que me veas así y mucho menos verte a ti así. No me siento lista para contarte lo que me pasa, así que perdóname por eso, pero también por no decirte que no estaba bien. -Toma la mano de Sadie, entrelaza sus dedos y suspira de nuevo. La pelirroja posa su cabeza en en el hombro de la contraria y también suspira. La tristeza no les permitía prestarle atención a esas mariposas revoloteando en su interior por el contacto; no era el mejor momento, pero ahi estaban- Prometo que no volverá a pasar pero espero que entiendas el hecho de que aún no me siento bien para expresarte lo que hay en mi cabeza

-Lo entiendo -Habla estando ya relajada- Tampoco es que sea una obligación hacerlo, te respeto y lo sabes. Pero... me asuste. Te he dicho que solo te tengo a ti en este lugar. Te he agarrado más cariño del que debería y pensar en múltiples motivos que puede haber para alejarte de mi no me fueron de mucha ayuda. No sabia que hacer, si venir o llamarte. No sé

-De nuevo te prometo que no volverá a pasar -Le repite acariciando sus nudillos. En un acto dudoso, acerca la mano que tenía pegada a la suya hasta su rostro. Besó delicadamente la mano de Sadie y esta ignoro ahora su tristeza y se centro en ese característico cosquilleo que sentía- Lo prometo

-¿Y eso... -Sadie no pudo ni formular esa pregunta por estar procesando. Sintió tan hermoso que le parece irreal-

-Te daré un beso en la mano en cada promesa que te haga -Le dice al saber que su pregunta era por el acto que hizo antes- Una persona firma un contrato para aceptar algo. Yo te daré un beso allí para aceptar que te prometí algo

Sadie sonrió como no lo había hecho nunca. A pesar de que ninguna estaba en su mejor momento, estaban teniendo algo mágico, significativo y hermoso. Sus ojos tenían ese brillo que se intensificaba cada vez más. Sadie la veia y Ebba mantenía su vista fija en esas manos entrelazadas, ahora era la pelirroja quien acariciaba, la menor sentía tan hermoso en su interior al observar ese tacto. Acto seguido, Ebba se gira y se topa con los ojos de Sadie. Sonrieron. Sus miradas luchaban por no bajarse a los labios de la contraria; no era momento de mostrar lo que realmente sentían.

-¿Has comido? -Prefirió apartar su mirada y hacerle dicha pregunta a Ebba-

-Si te digo que "no" ¿será tu primer regaño hacia mi?

-De hecho si. Así que dime la verdad -La pelinegra ríe levemente y baja su mirada de nuevo a aquellas manos unidas-

-He comido. Pero no regularmente -Hace una leve mueca pero se gira a Sadie con una pequeña sonrisa divertida- La comida de aquí no es muy buena la verdad -Sadie ríe casi a carcajadas. Sabe que Ebba lo decía para tratar de calmar el mal rato y funcionaba-

-Es tu madre. Todas las madres cocinan bien

-Ni mi madre ni mis hermanos cocinan bien en esta casa

-¿Insinuas que tú si? -Cuestiona con una ceja alzada-

-Por supuesto -Responde con aires superiores-

-Demuéstralo

-¿Y cómo? -Pregunta Ebba-

-Tengo hambre -Le dice con una sonrisa divertida. Ríe al ver el rostro de Ebba; la idea no le gustaba- Anda ven. Vamos

Sadie, al tener su mano entrelazada a la de ella, la jala obligandola a ponerse de pie. Sin saber porqué, Ebba la sigue y no sé niega. No había salido en todos esos días y ahora Sadie llega para sacarla fácilmente. Cuando la familia Spencer vio que la menor se adentraba a la cocina con Sadie se quedaron sorprendidos. ¿De verdad salió así de fácil? Ni ellos sabían el porqué. Pero el resto de la tarde funcionó para que Ebba se olvidara por un momento de sus problemas y malos recuerdos. Parecía que iba de lo más normal. Pero en el fondo no era así; es lo triste

Present ♡Where stories live. Discover now