Octava Semana (Parte 6)

1.1K 71 2
                                    

Cuando bajaron las escaleras, los dos comenzaron a caminar por la parte trasera de la mansión que conducía al jardín. La mansión del marqués Gordon era famosa por sus hermosas fuentes e iluminación. Estaban a finales otoño y comienzos de invierno, así que no había flores, pero el lugar tenía su propio encanto.

—Mi madre falleció muy joven. Y Philip fue el hombre al que mi madre alguna vez amó. No lo he visto desde su matrimonio, pero todavía somos buenos amigos.

Karlyle hizo una pausa. Sabía que Ash estaba contando la historia de su madre, en tiempo pasado. Se agregaron los hechos que había adivinado y las historias que nunca imaginó. Karlyle puso fuerza en la mano que agarraba a Ash. Y mientras él sonreía suavemente y miraba su mano, continuó con su historia.

—Mi madre murió en un ataque terrorista cuando yo era un niño. Fue muy triste. Salió a comprarme pinturas...allí se encontró con Philip. En ese momento, Philip todavía no estaba casado. Él no había podido olvidar a mi madre. —Oh, veo que estás bien. Tienes un hijo y te ves feliz de muchas maneras—.

Fue muy desgarrador. Karlyle sintió mucha pena por Ash, quien expresaba su tristeza con indiferencia. Y mientras relataba una tragedia, que no se podía predecir al ver su rostro sonriente, Karlyle deseó sostener a Ash en sus brazos, para obsequiarle cosas hermosas.

—De todos modos, ese día...mi madre dio su vida para salvarnos a Philip y a mí. Philip siempre quiso devolver ese favor. Él pensaba que yo había perdido a mi madre por su culpa. Y aunque eso no fue así... estaba angustiado.

Mientras Ash continuaba con su tranquila confesión, ambos llegaron al final del pasillo. Cuando abrieron la puerta del jardín, sopló un viento frío. Ash extendió la otra mano y cerró el traje de Karlyle.

—¿Tienes frío? ¿Hablamos aquí en lugar de salir?

—Si el señor Jones tiene frío será mejor que hablemos aquí adentro.

Ash se detuvo cuando escuchó que lo había llamado Señor Jones. Inclinando los ojos con tristeza, Ash miró hacia el jardín en silencio.

—Bueno...si alguno de los dos siente frío, entraremos de inmediato.

—Está bien.

Karlyle se volvió hacia la dirección del viento, para que Ash no se viera afectado. El sonido del agua resonaba suavemente en la fuente. Ash miró a Karlyle por un momento y luego tiró de él. Entonces, abrió un poco su abrigo y puso a Karlyle en sus brazos. Hacia calor.

—¿Y ahora? Hace menos frío, ¿verdad? —preguntó Ash, curvando los ojos. Karlyle levantó la cabeza y se encontró con unos ojos que lo miraban fijamente.

—Es cálido.

Ash cerró la boca. Entonces, miró a Karlyle y lo abrazó con fuerza con su mano libre, como si no pudiera contenerse. Su otra mano todavía seguía entrelazada con la suya.

—Espera... ¿te quedarías así un momento? No puedo soportarlo.

Karlyle se quedó quieto y hundió la cara en sus brazos. Sintió cosquillas en todo su cuerpo. Entonces levantó la mano que todavía estaba unida al costado de su muslo, la deslizó sobre el abrigo de Ash y lo abrazó con fuerza.

Los brazos de Ash olían a viento. Karlyle pudo sentir el sutil y hermoso aroma corporal de Ash. Escuchó su corazón latir. Era un sonido tan hermoso que nunca se cansaría de escuchar.

—Eres tan bonito.

Los labios de Ash tocaron sus oídos. Su cálido aliento le hizo cosquillas. Karlyle apoyó la frente en el cuello de Ash y cerró los ojos.

Define La RelaciónWhere stories live. Discover now