Juan Caruso.

16K 643 166
                                    

—¡Dios!

Juan entra al autocaravana con dificultad, y sacude la nieve que tiene encima. El sonido me hace voltear a la puerta, y a penas la abre para entrar, el viento frío casi lo empuja hacia dentro.

Estamos en la parte más remota y lejana de Sierra Nevada, ambos por trabajo. Pero Juan es quién la sufre más, mi jornada ayudando con el maquillaje acaba a las 5PM, cuando el sol aún nos da un poco de calor, pero él.

—... Me estoy muriendo de frío, jamás había tenido tanto en mi vida. —castañea mientras se quita los guantes, y los lanza a algún lugar del cuarto. Sigue con lo demás, quitándose todo lo que le falta, capas y capas de ropa se arranca y lanza por todos lados.

—¿Hace mucho frío? —me burlo tomando la cobija y enrollándome en ella.

Juan ríe, sigue respirando profundo luego de quitarse semejantes prendas, algunas gigantes, y que pesan la mitad de lo que pesa él. Voltea a verme, con un pasamontañas puesto, y se lo quita, bastante brusco.

Así puedo ver su desordenado cabello, y el pendiente que lleva en la oreja en forma de cruz se queda moviéndose.

—... Solo a ti se te ocurre irte en eso Juani. —le digo en forma de regaño al ver su ropa.

Solo lleva unos shorts negros, una camiseta interior del mismo color, y un par de calcetines.

—Na, na, no me regañes. Tener encima esto todo el día, me asfixia. —reprocha haciendo la ropa a un lado con su pie, y camina hacia mí.

—No creo, vienes congelándote. —salgo un poco de las cobijas, y me alzo.

Sé lo que va a hacer.

—Prefiero morir de hipotermia, a morir asfixiado. —dice tomando mi cabeza con ambas manos, y plantando un beso firme, pero dulce, muy casto y lindo—Y cuidado, porque ahí voy.

De un momento a otro da un paso atrás, y brinca la cama, una cama tan pequeña que por poco topa contra la pared del autocaravana, sino hubiera sido porque cae sobre mí, se hubiera dado un gran golpe.

—¡Mierda! —no me dio tiempo ni de moverme, no sé porque no lo hice si conozco su costumbre de lanzarse sobre mí—Me sacaste todo el aire.

—Yo te lo regreso. —en cuanto está acostado a mi lado, tapa con sus dedos mi nariz, y se acerca a mi boca para lanzar aire haciendo que mis mejillas se inflen.

Tiene la personalidad de veinte niños juntos.

Después de su ataque hiperactivo respiro hondo, así logro que mis oídos tapados por el aire que me lanzó, se destapen. Para eso ya está ganchado a todo mi cuerpo, con su cabeza reposando en mi pecho.

Es un remolino, en toda la expresión de la palabra.

Para evitar molestarlo ya que está tranquilo, tomo mi teléfono cuidadosamente, y la otra mano la pongo en su cabello, mis dedos se enredan entre sus rizos, y comienzo a acariciar su cráneo. Sé lo mucho que le gusta cuando hago eso, así que ahí me mantengo un rato.

Su cuerpo empieza a pesar sobre mí, y me apoyo el teléfono en el pecho cuando la mano se me cansa.

—Con que viendo mi Twitter, ehhhh. —exclama de la nada.

Creí que estaba dormido.

—Sí, ¿Por qué?

Automáticamente levanta la cabeza para verme, y preguntar preocupado...

—¿Por qué me hablas así?

—No, por nada. —digo alzando los hombros.

Mentiraaaaa, decime qué pasó. —insiste.

Yo sonrió, sé que lo que estoy apunto de decir es solo una tontería, pero no lo soporto, tengo que decirlo.

—Parece que eres de los más buscado de todos.

—¿Buscado? —pregunta confundido viendo hacia dónde yo veo, a la pantalla de mi teléfono—¿Por quién?

—Por las chicas.

Él gira los ojos mirándome, y niega.

—¿Estás celosa? —me mira burlón alzando las cejas.

—No, solo veo como mi novio interactua todo el día con miles de chicas que babean por él.

—Las bloqueo a todas. —despreocupado por no ser nada malo, vuelve a como estaba acurrucado—. Si querés elimino mi Twitter.

—Es broma. —río, sé que es capaz de hacerlo.

—Entonces ya no digas tonterías.

Yo no respondo nada, y por sí solo voltea a verme.

—...Es bromaaa. —se alza hasta quedar a un lado de mí, y toma su teléfono—. Ahora les pido a todas que me dejen de seguir.

—Y que les dejes de gustar también. —pido viendo lo que escribe en un nuevo tweet, y carcajeo—. Tonto, deja eso ya.

Lanzo su teléfono para evitar que suba aquella tontería, y se ríe junto a mí.

Queeee, tienen que saber que tengo novia. —dice sentándose sobre la cama para tomar de nuevo su teléfono.

—Sí, pero no seas tonto, no las vas a llamar trolas.

—¿Por qué no?

Ahora yo giro los ojos, y río.

—Capaz y por ahí hay alguna que te guste. —a penas digo eso, Juan se lanza encima de mí tapándome la boca. Su mano cubre casi toda mi cara, así que definitivamente no puedo decir ni una palabra más.

Bastaaa, sigues diciendo tonterías. —aprieta su mano en mis mejillas.

Sé las ansias que le genero, suele ser así de brusco siempre.

Balbuceo tratando de abrir la boca, pero no lo logro. Incluso tomo su brazo con ambas manos para quitarlo, pero es mucho más fuerte que yo.

—... No podés, no podés. —se burla en mi cara. Así que opto por lamer la palma de su mano—. Pésima idea, mi vida.

.
.
.
.
.
.

Aquí solo el inicio de la mini historia con Juani, espero esto también les guste, y tenga mucho apoyo. (⁠'⁠∩⁠。⁠•⁠ ⁠ᵕ⁠ ⁠•⁠。⁠∩⁠'⁠)

Y avisar que la parte siguiente tiene contenido explícito, por si quieren saltarlo.

ONE SHOTS | LSDLNWhere stories live. Discover now