La Rana que Salto La Montaña

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Capitulo 5.

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<En unos Departamentos>
Un hombre con sobrepeso, calvo y usando un traje café tocaba una de las puertas del departamento.

-Animo, abre la puerta, sé que estás dentro -decía el hombre mientras tocaba la puerta.

Después de unos intentos, el hombre se cansó de esperar y buscó entre sus llaves para intentar abrir la puerta con cada una. Usando la tercera llave, logró entrar al departamento. El lugar era un desorden, lleno de animales como pájaros, anfibios y reptiles.

-Puaj, este lugar apesta a zoológico -se quejó el hombre mientras tapaba su nariz por el olor.

Mientras el hombre se quejaba, otro hombre apareció detrás de él: un anciano con piel verde pálido, cabello blanco largo y un aspecto descuidado.

-¡Aaah! -Gritó el hombre calvo al ver al anciano aparecer de la nada.

-¿Cómo entraste aquí? -Preguntó el anciano claramente molesto.

-Soy el dueño, ¿lo recuerdas? Tal vez no porque me debes 6 meses de renta -Respondió el hombre con ironía.

-Todo mi dinero se fue en la investigación. ¡Sal de aquí, me molestas! -Gritó el anciano.

-A mí me parece que estabas molesto antes. Escucha bien, tú y tus amigos peludos se van a la calle a menos que me enseñes los billetes verdes -Respondió el dueño mostrando su mano en señal de querer su dinero rápidamente.

-¿"Verde"? Qué bonita frase -respondió el anciano mientras agarraba con su mano una de sus ranas. "Debes amar a los animales, ¿no?" -continuó el anciano soltando la rana al suelo-. Te va a encantar esto. -Terminó de hablar el anciano mientras se colocaba un casco con antenas y un extraño aparato en su pecho.

-Jajajajaja, ¿qué eres, una especie de fenómeno? -se burló el dueño.

-Este es mi transformador, Fase uno. Crea y acelera mutaciones a nivel genético -luego de decir esas palabras, el anciano giró el interruptor de su pecho, haciendo que las antenas de su casco lanzaran un rayo rojo a la rana que antes dejó en el suelo.

La rana, al recibir el rayo, comenzó a aumentar su tamaño rápidamente, consiguió un segundo par de ojos y un par de cuernos.

-¡Aaah! -gritó el hombre. Antes de poder salir corriendo, la rana gigante se lo comió de un solo bocado.

-Ajajaja, ¿qué dices? No te escucho. ¿Creo que tienes una rana en la garganta o es al revés? -se burló el anciano entre carcajadas.

La rana se tragó al hombre, y el anciano seguía riendo sin parar, hasta que levantó un papel del suelo.

-Tan cerca de tener lo que es mío. Si tan solo tuviera los componentes que me faltan -se quejó el anciano apretando el papel.

El anciano se dio la vuelta y encendió la televisión para ver justo lo que necesitaba, como si fuera obra del destino.

-Desde aparatos electrónicos hasta productos para el cabello, visiten el nuevo supermercado Mega-Mart -dijo el hombre del comercial en la televisión.

-Justo lo que el doctor me recetó -dijo el anciano con una mirada siniestra.

<Volviendo con la familia Tennyson>
La mañana del día siguiente, la familia Tennyson se preparó para ir al hospital y conocer a esa "fan" de Ben, la niña de nombre Julie Yamamoto.

Al llegar al hospital, la familia se acercó al mostrador y el abuelo preguntó.

-Disculpe, ¿se encuentra en este lugar una niña de nombre Julie Yamamoto? Es amiga de mi nieto y queremos saber cómo se encuentra -mintió el abuelo.

El Chaquetrix Amor AlienígenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora