C h u b b y D o g s

🍬 Una dulce forma de demostrar amor 🍬

Shipp: Edogawa Ranpo x Dazai Osamu ( Top x Bottom ).

Partes: 1/3.

El amor tiene infinitas formas de demostración. Algunas personas demuestran amor con palabras, otras con miradas tiernas a la distancia, hay quienes demuestran amor regalando cosas a quienes aman, y luego estaba la forma elegida por Ranpo: Con muchos algodones de azúcar y besos tan empalagosos como el caramelo mismo.

Para que estén actualizados sobre la situación actual: Edogawa Ranpo, el mejor detective que podría tener la Agencia de Detectives Armados y el mundo entero, y Dazai Osamu, quien alguna hizo del mundo una lluvia de sangre intermitente, se hicieron novios entre bromas y palabras desafiantes.

La noticia de la relación fue recibida con cierto asombro por parte de algunos de sus compañeros de trabajo, excepto por otros como Yosano quien les felicitó y aconsejó varias veces sobre temas diversos. Atsushi, todavía atascado en la impresión y mirando con pánico a su mentor, no hizo más que felicitar al hombre mayor con cierta incomodidad, teniendo una línea de pensamientos tontos rondar en su mente.

—Felicidades, Dazai-san, Ranpo-san, se ven muy felices juntos.

El castaño miró de reojo a su pareja por un instante, sonriendo con suavidad antes de volver a enfocar su total atención en el joven de cabellos albinos.

—Muchas gracias, Atsushi-kun~, nos alegra saber que la noticia les ha caído muy bien a todos—, agradeció con una voz alegre, dándose a la tarea de hablar en nombre del detective mayor también—, no queríamos crear mucho alboroto con lo de nuestra relación, pero Ranpo-san estaba cansado de guardar ese secreto con tanto recelo.

Nakajima escuchaba la explicación del castaño con cierta intranquilidad, sintiendo una mirada inexistente perforando su frente con mucha lentitud a pesar de estar al otro lado del escritorio; por la posición, Dazai se encontraba de espaldas a Ranpo y Ranpo no dejaba de ver al menor de los tres con sumo interés, aún con sus párpados cerrados, era evidente que estaba muy al pendiente de la conversación que tenía su novio con su pupilo.

—¿Atsushi-kun~..? ¿Estás conmigo, Atsushi-kun?—, de manera repentina, el mencionado volvió en sí a penas percatándose de que estaba ignorado al contrario por preocuparse de cosas sin sentido—, ¿escuchaste cuando te hablé de los anillos de caramelo?

—N-no, disculpe, de verdad...aún me asombra saber que ustedes tenían su relación tan bien guardada.

Una risa ligera se escapó de los labios del de ojos marrones, confundiendo al chico tigre en el proceso.

La conversación fluía naturalmente, intercambiando palabras y traumando a Atsushi en el proceso. Al cabo de unos minutos, la línea de pensamientos tontos volvió a la mente del albino, y éste, reunió el valor suficiente para vocalizar y expresar dichos pensamientos que consternaban su pobre cabeza.

—Dazai-san—, llamó, haciendo al detective mayor mirarle con curiosidad—, hace tiempo, escuché que el amor tiene distintas formas de ser demostrado, y cada una se manifiesta tarde o temprano en las personas... —, hizo una pausa con vergüenza, tratando de escupir esa última frase sin tartamudear —, quizás...la forma en la que Ranpo-san demuestra su amor le haga cambiar un poco.

Osamu, quien analizó cada conjetura y posible significado de cada una de las palabras ajenas sonrió entusiasta, posando luego su mano sobre los cabellos disparejos a su merced para revolverlos enérgicamente.

—¡Así es el amor, Atsushi-kun! ¡Una fuerza capaz de surcar mares y mover montañas!

Atsushi, quien ya a estas alturas se encontraba un poco cansado de mantener sus palabras en cortas divagaciones, estaba a punto de rematar su explicación con una simple oración hasta que el grito de un molesto Kunikida les interrumpió y mató el momento sólo para regañarles por no estar terminando los últimos dos informes relacionados con un caso reciente. La situación no fue nueva, sin embargo, el chico tigre olvidó sus propios pensamientos al apurarse en terminar con lo exigido por el hombre de lentes, y, en medio de eso, un moreno de cabellera azabache detallaba la escena mientras le daba cortas lamidas a una paleta de uva, con una pequeña sonrisa perversa que dedicaba al ex mafioso que sólo le lanzaba excusas en la cara al idealista.