15 •| Soplo de realidad

937 122 19
                                    

Dedicado a mari_morgan_james 🤍

Christopher

Debe ser una puta broma.

Espero que lo sea.

Si el mero pensamiento de imaginarla siendo tocada por otro me revuelve las entrañas, el pensar que puede estar traicionándome es aún peor.

Ella simplemente no...

No es capaz de eso.

Lo sé.

Necesito una explicación.

«Y pedirle perdón»

Tuerzo los ojos para mis adentros. Si llega a perdonarme sería un puto milagro.

Salgo del auto dando zancadas hacia la entrada. La ama de llaves me espera con la cabeza gacha y la hago a un lado subiendo a mi antigua habitación.

Mi único consuelo es el que no se hayan ido.

Pequeños balbuceos se filtran por debajo de la puerta. Bajo la manija con lentitud hayando un escenario que me detiene en seco.

Rachel abraza a nuestros hijos susurrándole algunas palabras mientras llora en silencio. Los mellizos tienen sus manos sobre ambos lados de su cara y se mantienen concentrados en su madre.

Las palmas me cosquillean al querer apartarlas de su rostro.

—...Lo siento, al parecer mami no puede tener el control de su vida...—esboza una sonrisa que no llega a los ojos de nadie—. Pero no soy capaz de separarlos de él de nuevo, no puedo. Podrá haberme lastimado y posiblemente seguirá haciéndolo pero eso no me da derecho a alejarlos.

Suelta un sollozo que queda retumbando en mis oídos.

—Él los ama mucho —acaricia sus cabezas—. Y yo igual, añoro que eso sea suficiente para tener una buena relación entre nosotros.

«Buena relación»

No piensa perdonarme.

Cierro la puerta recostándome de ella.

«Podrá haberme lastimado y posiblemente seguirá haciéndolo...»

Me sobo la nuca desesperado en arreglar éste maldito desastre.

—Ven conmigo —elevo la mirada encontrándome con Reece.

No discuto. Solo lo sigo.

Llegamos hasta el salón más cercano que fue adaptado para mis hijos. Curiosamente su olor vaga por cada rincón del lugar, tomamos asiento sobre el mullido sofá quedando uno junto al otro.

El rostro del hermano de Alex continúa impasible, todo lo contrario a mis recuerdos de ayer.

«Creí en tí» recuerdo haber escuchado.

—Ya eres un hombre, no eres el mismo niño caprichoso que cuidé de joven, y los hombres sabemos cuándo pedir perdón. Ella se merece esa cortesía de tu parte. Dudaste de la mujer que amas sin tener pruebas, sin escuchar su versión de los hechos. No debo meterme en ésto pero alguien debe decírtelo y no será tu padre, él prefiere darte un puñetazo o simplemente ignorarlo y esperar a que arregles lo que causaste. Y sabes ¿por qué? Porque no tiene moral alguna con la cual reclamarte, él le hizo cosas peores a tú madre, pero eso no significa que debamos permitir que repitas eso o hasta te atrevas a hacer cosas peores. No te estoy diciendo que ruegues por su perdón porque primero: sé que no lo harás. Y segundo: no sirve de nada si tiempo después vuelves a fallarle.

•| 𝑨𝒈𝒐𝒏𝒊𝒂 |• Où les histoires vivent. Découvrez maintenant