18 •| Estrategia

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Dedicado a ValeriaRegaladoZaval 🎀

Christopher

Bajo del Aston recorriendo con la mirada el almacén, parece estar en medio de un terreno abandonado de miles de hectáreas.

El polvo en conjunto con el ruido de los motores de los autos cesan una vez que la mayoría se encuentra presente a pesar de la poca información recibida y todos exceptuando a el maricón de Lewis; es gente de fiar en la que podría decir que "confío".

Avanzo desenfundando mi arma en caso de que sea necesaria, mis botas golpean la fina grava y siento la presencia de los demás siguiéndome.

Advertí una cosa; no deben hacer preguntas.

Si me siguen, saben lo que implica, no son ingenuos.

Merodeamos por los alrededores de la propiedad y nos aseguramos de que se encuentre vacía y sin rastro de explosivos.

Esperan pacientemente recostados de sus autos mientras no aparto la vista del camino ansioso porque llegue.

Decidió hacerlo por su cuenta ya que debe contactarse con el pajarraco y solo ella sabe cómo.

Repugno con mi ser el que tenga que acudir a él para ésto y se traten con tanta confianza, una que de parte de ella no existe; o eso dice.

Una Ducati V2 que reconozco a la perfección, se aproxima a toda velocidad seguida de un Pagani Huayra Imola. Mis acompañantes se ponen alerta mientras mi mano ansia la acción de volarle los sesos al iraní que espera pacientemente dentro de su vehículo.

Rachel desciende de la motocicleta quitándose el casco recibiendo jadeos de estupefacción y miradas de incredulidad de sus antiguas amistades.

Oigo una maldición susurrada a unos pasos que ignoro. Mis ojos se dirigen por instinto al maricón de Lewis, esperando su reacción.

Está a nada de babear sobre sus zapatos.

E internamente no lo culpo, el maldito top azul le realza las tetas y los pantalones negros se le ciñen a las piernas torneadas y a los muslos gruesos, la chaqueta de cuero le da un aire rudo y las botas le añaden unos centímetros de altura. Se ve deliciosa.

Noté el cambio de su cuerpo que deduzco fue a causa del embarazo. Caderas más anchas y cintura más pronunciada que antes, senos más firmes y con mayor volumen.

El cuerpo de ésta mujer cambia para mejor y soy bendecido al comprobarlo.

Sus amigas son las primeras en reaccionar corriendo hacia ella. Laila y Brenda la abrazan mientras lloriquean sobre lo mucho que la extrañaron y Luisa está a nada de desmayarse. Blanqueo los ojos al cruzarme de brazos. Están presentes todas menos Alexa, le dí de baja por maternidad de inmediato, se supone que éste encuentro sería libre de contiendas pero no doy nada por sentado.

Estuvo reacia a no asistir pero sabe que no debe refutar mis órdenes, Patrick me agradeció luego de eso, sabía que me lo pediría y por eso me adelanté.

—¡Eres una maldita!

Chilla Banner entre lágrimas de cocodrilo.

El disgusto que me causa su presencia no merma. Las demás son soportables pero ¿ella? No lo es ni un poco. Sigo sin saber cómo coño se casó con Simón.

Le tengo cierto respeto al idiota por eso.

—¡Qué bonito reencuentro!

Exclama una voz poco conocida.

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