En el ámbito médico, Trafalgar D. Water Law destaca por su habilidad excepcional en cirugías. Sin embargo, su expresión seria da paso a una ternura inesperada cuando comparte momentos con su esposo e hijo.
Por otro lado, Monkey D. Luffy, un hábil fo...
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El vídeo seguía reproduciéndose en el celular, una y otra vez sin parar, mientras el pelinegro se dejaba llevar por un torrente de emociones, lágrimas de emoción y amor resbalando por sus mejillas. "Son tan lindos", murmuró con voz entrecortada, admirando la pantalla con devoción.
El alfa se sentía abrumado por el orgullo que le provocaba su familia. Ver a su hijo y esposo diciéndole "Vuelve pronto a casa" con sonrisas radiantes durante la el desayuno, hizo que su corazón diera un vuelco de amor y gratitud, llenando su pecho de una calidez reconfortante.
—¿Se puede saber porque estás llorando tanto? idiota—Gruño un alfa peliverde desde el otro lado del escritorio de madera, Law llevaba más de media hora llorando sin razón al mirar su celular—¿Kei está enojado contigo? O ¿Luffy volvió a mandarte al sofá?
—¡Solo míralos Zoro!—le mostró la pantalla-Debo volver pronto a casa ¡Me necesitan!—.Gimoteo el alfa, limpiando sus lágrimas.
Las carcajadas a rienda suelta de Zoro, lograron que varias lágrimas salieron de sus ojos, limpiandolas enseguida.
—Oi, el gran cirujano Trafalgar ¿Llorando por un vídeo? En serio, si esto lo supieran los demás sería un escándalo—, bromeó con una sonrisa socarrona mientras cruzaba los brazos. —Amigo, eres tan raro. Esa cara de mierda cambia realmente cuando se trata de ellos. Todo el día serio y hosco-— comentó, acercándose con curiosidad,—Pagaría por ver la reacción de todos al verte así
El comentario del otro alfa provocó una mezcla de vergüenza y diversión en Trafalgar. Si bien solía mantener una fachada seria y distante en su trabajo como cirujano, su familia tenía la capacidad de ablandar su corazón de manera inesperada.
Sin embargo, la amenaza velada en las palabras de su amigo no pasó desapercibida. Trafalgar arqueó una ceja con gesto desafiante:—Eres un idiota, pero no mientes en eso,—admitió con una mezcla de franqueza y exasperación. —Ellos sacan mi lado más sensible, y voy a arrancarte las pelotas si te atreves a mencionarlo delante de los demás—, advirtió con un tono de seriedad que contrastaba con su anterior ironía.
—Quiero ver qué lo intentes estúpido—.Reto enseñando su dedo medio y le dió un trago largo a su taza de café negro
—¿Qué pasa? Se te ve demasiado alterado, incluso más de lo habitual, y no has apartado la mirada del teléfono en todo este tiempo. ¿Hay algún problema con Sanji-ya?
El alfa se encogió de hombros, dejando al descubierto la cicatriz donde solía estar su ojo izquierdo, perdido en un accidente años atrás. Con un suspiro pesado, golpeó su propia cabeza un par de veces con la mano, gesto que Law conocía demasiado bien. Desde la infancia habían sido amigos inseparables, y el lenguaje corporal del alfa revelaba más de lo que sus palabras podrían ocultar.
—Ayer fue un completo infierno, se puso celoso por Kiyoshi, el nuevo enfermero —resopló, visiblemente frustrado-. Sé que explicar por qué un chico estaba en mis brazos puede llevar a malentendidos de mil formas —Law asintió comprensivo, llevando su taza de café a los labios con gesto serio—. Pero no quiso escucharme ni un momento. ¡Había una razón, maldita sea!—exclamó, golpeando la mesa con el puño con un estrépito que resonó en la habitación—. Ese chico estaba siendo acosado por ese imbécil de Kizaru. Incluso intentó darle esas pastillas para el celo inducido. ¡Solo tenía una semana! Yo solo traté de ayudarlo, por eso su aroma estaba impregnado en mi bata y camiseta. Pero él solo me lanzó su anillo a la cara y salió corriendo. Y llegar a casa fue aún peor...
