9: La primera transformación

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—Iré a despertar a Ox —les avisó Gordo a la manada Bennett, mientras estos se dirigían al bosque.

Se fue a la casa de Oxnard luego de que Robbie se fuera con Mark, y entró en silencio.

—Ox —lo llamó al llegar a la cama.

—Vete —murmuró el chico.

—Ox, maldición, ¡despierta! —Gordo lo sacudió.

—¿Qué demonios? —murmuró Ox, somnoliento.

—Vístete —dijo Gordo.

—¿Gordo? Qué demonios está... —murmuró Ox.

—Necesitas venir conmigo —dijo Gordo, dando un paso atrás.

—Mi mamá... —murmuró Ox.

—Ella está bien, Ox. Está dormida y no oirá nada. Está a salvo.

Ox se puso una remera y unos pantalones cortos y siguió a Gordo, quien tiró de él hasta que salieron. Recién ahí habló:

—Hay cosas —dijo—, cosas que verás esta noche, que jamás habías visto antes. Necesito que confíes en mí, no dejaré que nada te lastime, ni dejaré que nada te ocurra. Estás a salvo, Ox, necesito que lo recuerdes.

—¿Qué está pasando, Gordo? —le preguntó Ox.

—No quería que lo descubrieras de esta forma. Pensé que teníamos más tiempo si alguna vez tenías que saberlo todo —dijo Gordo.

—¡¿Saber qué?! —casi le gritó Ox, cansado de no saber nada.

Gordo ni siquiera pensaba contestarle. Un aullido se escuchó en las profundidades del bosque. "Thomas", pensó Gordo.

—Mierda, tenemos que apurarnos —murmuró, y empezó a caminar seguido de Ox.

Pasó un rato, en el que ambos simplemente caminaron, en los que ninguno dijo nada.

—Es como... Verás, hay cosas —murmuró Gordo.

—¿Gordo? —lo llamó Ox.

—¿Qué? —le preguntó el brujo.

—Tus tatuajes están brillando —dijo Ox, mirándolos.

Gordo apenas los miró, sabiendo y sintiendo cómo se movía todo, cómo se movían las rosas y cómo se movía el cuervo, su último tatuaje.

—Sí, esta es una de las cosas —comentó—. Soy un brujo.

Eres un mago, Harry —se rió Ox.

Gordo bufó, pero Ox no pareció escucharlo. Al tropezar con algo, recién pareció darse cuenta de lo dicho por Gordo.

—Mierda —dijo—. ¿Eres un qué?

—Brujo —contestó Gordo.

—¿Desde cuándo?

—Toda mi vida.

Se escuchó otro aullido, más apremiante. Gordo escuchó a Thomas, de nuevo.

—¿Qué fue eso? —preguntó Ox.

—Tu manada —dijo Gordo, de la manera más amarga posible.

—Mi... Yo no...

—Intenté mantenerlos lejos de ti —dijo Gordo—. En verdad lo intenté, no quería esta vida para ti, no quería que fueras parte de esto. Quería mantenerte limpio, entero. Porque tú y Robbie son las únicas cosas en mi vida que valen la pena.

—Gordo —intentó decir Ox.

—Escucha, Ox. Los monstruos son reales —dijo Gordo—. La magia es real. El mundo es un lugar oscuro y aterrador, y todo es real.

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