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CAPÍTULO DOCE.
La vida es una rueda.

Tomando precaución y porque Nico creía que cerca del reloj nada les podía pasar, les pidió a los chicos dejar por un tiempo las salidas.

Velma noto algo extraño en él, la manera en la que los miraba, como hablaba. Cuando los chicos se fueron diserprasando se acercó a él — ¿pasa algo?

Nico no quería que los chicos supieran así que intento disimular y mintió — solo me quiero poner un poco más la gorra — le saco importancia y la abrazó sintiendo culpa.

Los chicos que no sabían el peligro al que se enfrentaban no le dieron mucha bola al pedido de Nico al anochecer se alistaron para salir a un boliche.

Uno a uno fueron pasando frente a Nico despidiéndose. — Salimos — Nos vamos — Adiós — Volvemos en un rato — No voy a volver tarde — Me voy.

Y cuando el último paso por su lado Nico gritó y todos pararon en seco. — ahora lo mismo pero para el otro lado — Todos dieron la vuelta y regresaron al salón.

— Ya volvimos — Al final no da — Ya no  tengo ganas — Mejor lo dejo para otro día — ya estoy de vuelta.

— muy bien — dijo viendo cómo todos iban de vuelta a sus habitaciones sin rechistar.

Thiago guardaba un secreto que durante los últimos meses lo había estado perturbado.

Velma cuando lo vio solo, en mitad de la noche sentado en el suelo de la sala de ensayos supo que algo no andaba bien con él. Se acercó y se sentó a su lado.

— ¿Mar?

Velma era conocedora de la última disputa de la ex pareja, que ahora había pedido a Simón que por favor se alejara de Mar.

— ¿ya lo sabes no? — Velma asintió.

— ¿tan mal estás por eso? — pregunta viendo los ojos cristalizados de Thiago, él de lunares nego mirando a Velma, una lágrima comenzó a deslizar por su rostro, siendo seguida por otras más, Velma miraba extrañado al chico que se lanzó a sus brazos y dejó escapar el llanto que había estado reteniendo — ¿qué pasa? — pregunta preucupada por su reacción. Supo que algo grande escondía su amigo.

Thiago le contó lo que había estado haciendo durante esos meses, él habia pagado el tratamiento de su padre, Bartolomé Bedoya Agüero, durante semanas había estado yendo a la clínica a visitarle, hablaba con la doctora esperando mejorías, pero parecía no haber ninguna. Hoy había vuelto a ir, pero esta vez no había nadie, Bartolomé ya no estaba en la clínica

— ¿ha despertado? — preguntó sorprendida.

— no — niega — no se — dudo —la doctora me dijo que era imposible, hoy fui y ya no estaba es lo único que se.

— ¿Nico lo sabe?

— si — afirma — ya se lo he contado, me ha pedido que no se lo diga a nadie.

— no voy a decir nada, pero Barto está...

— no se, Nico se va a ocupar para ver que es lo que ha pasado  — explica limpiando sus lagrimas

— Thiago — llama al ver como  se iba, su reacción no había sido la que él podría haber esperado, pero enterarse de que Barto podía esta dando vueltas por cualquier parte la había echo recordad todo aquello que él y Justina la habían echo pasar — perdón — se lamenta.

— esta bien — dice quitandole importancia.

— hagamos algo — propone, él de lunares la miró extrañada por su proposición — bueno, vos necesitas mantener la cabeza ocupada y yo..., yo necesito hacer algo...

Velma Casi Angeles.Where stories live. Discover now