Adaptarse

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Noeul subía los escalones con las piernas temblando y el corazón en la boca. Iba hacia la casa de Boss.

¡Había recibido una llamada de él!

Pensó que iba a morir de la emoción, aún sigue vivo, pero no por mucho, o eso cree. Era domingo, el sol brillaba en lo más alto
resplandeciente.

Se supone que era su día libre, y la guardería ese día cerraba temprano, Boss le había pedido el mismo, por el celular. que fuera a su hogar y cuidara de su bichito.

Se suponía también, que Boss pasaba los domingos con su pequeño, pero había recibido una llamada para algo importante en la empresa que trabajaba. Por eso tenía que salir y no podía dejar a su cachorro solo.

Estaba halagado, pues que fuera la primera persona en ser llamada por el alfa para que cuidara de su pequeño mostraba que confiaba en él, Boss le había dicho que le iba a recompensar después.

Decir que no estaba algo ansioso por eso seria mentira. Ahora estaba al frente de la casa, tragó saliva fuertemente, con su mano temblorosa tocó el timbre. Esperó unos segundos antes de que la puerta se abriera, era Boss y tenía su traje a medio arreglar.

-Hola Noeul, me alegra que llegarás tan rápido -El alfa le dejó lado para que pudiera entrar.

Cuando lo hizo, el aroma a cedro lo golpeo
en la cara fuertemente. Todo el sitio olía a él, era su territorio y entendia que lo hiciera, también había un ligero aroma a cachorro en el aire, el lugar era espacioso. y ordenado.

Boss era un padre responsable y lo sabía, miró como el pelinegro acomodaba su corbata y se ponía su chaqueta, de verdad
esa junta debía ser importante, pues ese traje de marca negro no era para solo una reunión con amigos.

-Nat está durmiendo su siesta en el segundo cuarto por el pasillo, también es mi cuarto, pero eso no importa, hay papilla en la nevera y unos biberones ya arreglados, cualquier cosa me llamas- Boss terminaba de arreglar su traje mientras hablaba, recogió sus llaves y salió por el pasillo hacia la puerta, Noeul  miró un maletin sobre una silla, lo tomó y fue tras él.

-¿Esto no es importante?-San se estaba arreglando los zapatos en la entrada, volteo para verlo y le sonrió.

-Si, gracias Noe-Esperó a que estuviera

de pie para poder darle el maletin, Boss lo tomó, pero también, pasó una mano atrás de su cuello y lo atrajo hacia él para darle un beso en la frente - Vuelvo a las nueve.
lo prometo.- El pelinegro salió, dejándolo allí en el pasillo con su rostro rojo y su corazón latiendo fuerte en su pecho, la misma. sensación cálida de antes se instaló en su estómago.

Volvió despacio por el pasillo, caminó hasta donde estaba el pequeño Seonghwa, abrió la puerta despacio, casi cae al suelo,
el aroma del alfa era mucho más fuerte alli.

-Oh, dios -Jadeó, por suerte el pequeño Seonghwa dormia tranquilo y no lo veria tan vulnerable, caminó hasta la cama y tomó una de las almohadas para pegarla a su rostro -Es tan bueno...-

Momentos después se dio cuenta de lo que hacía, sacudió su cabeza y dejó la almohada en su lugar, fue hasta la cuna en donde dormía el pequeño, era adorable ver como se chupaba un dedito mientras estaba entre sueños.

-Cosita preciosa -Acarició su cabello al uno con cariño, Nat arrugó su pequeña nariz y fue abriendo los ojos. poco a poco, fijó su mirada en él - Perdón por despertarte, si quieres puedes seguir
durmiendo.- Susurró, pero el pequeño tenía otros planes, ahora estaba completamente despierto y sentado en su cuna, estirando sus bracitos hacia él.

-¡Ba-bal- Exclamó con una sonrisa y el omega sabía lo que quería, lo cargó poniéndolo sobre su hombro, Nat acercó su rostro a su cuello aspirando su aroma.

Little Mother Where stories live. Discover now