La Cita

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-¿De verdad miras tanto a mi tesoro como tú hijo, que tu cuerpo respondió a eso?- Noeul tragó saliva como por cuarta vez, sentía su garganta muy seca.

Asintió despacio ante la pregunta del alfa. estaban ahora sentados en el comedor de la casa de Boss, Nat jugaba en el suelo con unos juguetes.

Mientras que ellos estaban hablando de lo que les habían dicho en el hospital. Ahora Wooyoung era la madre, no biológica, pero seguia siendo la madre de Nat, una parte de Noeul estaba contento con eso, pero su parte racional le gritaba.

Había llegado reclamando su lugar en la pequeña familia.

si su vida fuera una pelicula como se llamaria, ¿madre por accidente? Sonaba justo como le acababa de suceder.

-¿Qué harías si te dijera que me mudaré a otro país y me llevaré a Nat conmigo? -El aire en sus pulmones se detuvo por completo.

Miró al alfa con algo de miedo, estaba serio y con los brazos cruzados sobre su pecho. No podía, Boss no podía hacerle eso, no podía quitársela.

-Te lo prohibo ¡No puedes llevarte asi como asi a Nat, no puede estar lejos de mi! -No supo en qué momento se había. levantado de su puesto, golpeando la mesa con sus manos.

-¿Baba?- Nat dejó lo que estaba haciendo para mirar a los mayores, podía sentir el aire de molestia que tenía el omega, daba algo de miedo verlo molesto.

Boss por su parte solo sonrió, confundiendo más al de baja estatura.

-¿Dónde estuviste antes? Si te hubiera encontrado quizás mi bichito no hubiera sufrido tanto- Noeul se sintió avergonzado, una parte suya molesta por la prueba, por así decirlo, hecha por Boss.

-Yo lo quiero, no pienses en alejarlo de mí.- Habia formado un lazo con Nat, si los separaban ambos iban a sufrir bastante. San solo le sonrió, una sonrisa leve que trasmitia tranquilidad.

- No lo haré Noeul. Tú ya no podrás escapar de mi tampoco, no te dejaré ir -Noeul se sonrojó ante esa declaración, supo leer entre lineas. Una mano pequeña jaló su ropa y miró hacia abajo, Nat queria subirse a su regazo.

El omega alzó con cuidado al pequeño, lo sentó en sus piernas y el giró rápidamente a sus pechos tocando allí, ya era su hora de comer, desde que empezó a lactar no había tocado sus biberones.

Se alzó la camisa acomodando al pequeño para que pudiera comer comida y tranquilo, Nat dio un ronroneo complacido mientras succionaba su pezón con ganas.

Noeul sintió como el aroma del alfa se volvía pesado, cargado con un poco de excitación, su boca se hizo agua al oler
algo de esa manera. Alzó el rostro para ver al alto, sus ojos negros eran intensos. sobre él, y no se despegaban de sus pechos.

Tragó saliva sintiendo su rostro arder, más que rojo que un tomate. Sabía, en sus estudios sobre los cachorros aprendía de todo ese tipo de cosas, no era un secreto que a los alfas les encantaba la leche materna que daban los omegas.

No solo su sabor, sino que también era bueno para ellos al ser tan nutritiva, y sus pechos habían crecido un poco más desde la vez en la que Nat tomó leche por primera vez, y no dejaban de producirla.

Quizás podría hacer algo de lo cual se iba a arrepentir mucho después, o si no solo
moriría de vergüenza.

Alzó bien su camisa mostrando su otro pecho lleno, San abrió los ojos ante eso, era una invitación para que él también pudiera probar. El rostro rojo del omega se lo podría confirmar, el aroma lo estaba volviendo loco,

Se levantó de la silla despacio, de todas formas, no se queria tirar al omega como un desesperado. Allí era muy incómodo, así que tomó al omega en sus brazos, sacando un chillido de este, tuvo cuidado con Nat quien solo comia tranquilo del pezón.

Little Mother Where stories live. Discover now