𝐓𝐑𝐄𝐒 | UNA BALA

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chapter three

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chapter three

El profesor explicaba aquellas matemáticas que tanto le costaban a la joven, sus ojos se cerraban de a poco pero no podía rendirse de esa manera ante ellas, su cabeza caía lentamente en su mesa, tratando de mantenerse despierta levantaba su cabeza cada vez que sentía la mesa cerca, hasta que pudo sentir como un avion de papel caía en su cabello, el profesor la miro con extrañeza para acercarse sin notar aquel avión pequeño.

──Rodriguez, cambie de asiento con el señor Barrosos...──pidió con seriedad el mayor, se notaba que en todo ese año el no la dejaría en paz. Al voltear para mirar a ese tal chico "Barrosos" pudo ver con el chico que se iba a sentar era nada más y nada menos que Danilo, era su momento, debía aprovecharlo, ¿no?, no quería ser una molestia para el, pero quería conocerlo más.──¿Se va a mover o vamos a tener que esperar a la princesita?. ──pregunto el hombre de brazos cruzados, Maite sentía sus mejillas con un leve sonrojo pero por el enojo que sentía, quería contestarle pero le era imposible.

Tratando de hacerlo lo más rápido posible se retiró con su mochila y sus cosas del asiento, al ver cómo Barrosos se iba al otro asiento rápidamente se sentó junto al chico quien la ignoró completamente, "¿tanto le costaba saludarla?", pensó.

──Gracias por aquella interrupción, señorita Rodríguez, eso quedará anotado...──el profesor volvió su mirada al pizarrón para escribir, Maite soltó un suspiro y siguió escribiendo, era extraño que todo estuviera en tanto silencio, se podía ver a algunos durmiendo plácidamente, otros solo escribían y otros...ni siquiera hacían algo, Danilo descansaba en su mesa mirando hacía el otro lado, la joven no se atrevía a hablarle por lo que siguió haciendo sus anotaciones.

Paso un rato, los minutos con aquel profesor eran realmente eternos y más con aquel silencio tan horrible, un lápiz cayó llamando la atención del profesor, el tipo se dio la vuelta para mirar a cada uno de sus alumnos, pero era obvio a quien le iba echar toda la culpa.

──Rodriguez, ¿siempre ha sido así de problemática?. ──el tono del hombre era enojado, la miraba como si hubiera echo lo peor del mundo.

──¿A que se refiere?.──la menor tenía vergüenza, era su primer día, ¿realmente iba a ser así de malo?.

──Hace que sus compañeros no se puedan concentrar con todo el quilombo que hace, será mejor que se vaya si va a ser así. ──Mai no sabía como defenderse, por lo que solo se quedó viendo al mayor, Danilo levantó su cabeza al oír todo lo que estaba pasando.

──Che, la piba esta no hizo na'.──dijo Danilo llamando la atención del profesor y de Mai, ¿la estaba defendiendo o prontamente le echaría la culpa por algo más grande?, todo se podía esperar de el.

La campana que indicaba la hora de salido se hizo presente anunciando que todos podían irse, con desesperación algunos corrieron hacía la puerta y otros se encontraban aún con su cabeza en los escritorios, Danilo tomó rápidamente su mochila, a pesar de querer hacerlo, la chica no le iba a pedir explicaciones de porque la había "defendido". La mirada de Maite no se apartaba de Danilo, el joven de polera negra estaba saliendo del Aula, pero antes paró y volteó a mirar a la rubia.

──¿Que tanto mira', gata, ¿te gusto o que?──dijo con seriedad alzando un poco su cabeza para después salir dejándola completamente sola.

──Re cargoso...──susurro la joven para ordenar su mochila con frustración, su primer día y ya quería que fuera el último.

Con prisa salió de la escuela, miraba el suelo como si fuera lo más interesante del mundo aunque también trataba de no chocarse con las demás personas, al salir vio como todos se despedían de sus amigos,  le era extraño estar sola, jamás había estado sola, tenía amigos o al menos los había tenido, chicos realmente buenos con ella, pero ahora solamente estaba sola, se sentía sola.

Jugaba con las líneas de la calle mientras iba a aquella casa tan vieja y maltratada perteneciente a su abuela, su vista se fijó en la cancha, sentado y con una apariencia de chico tranquilo se encontraba su ahora compañero de asiento, el joven veía a su amigo jugar con total concentración, se reía de sus equivocaciones y se notaba bastante feliz, le gustaba como sonreía, aquella sonrisa la cautivo totalmente, no era para ella, pero la ponía feliz, al pensar eso rápidamente frunció el ceño, ¿por qué le hacía feliz verlo sonreír?, no era algo que deberia importarle mucho, ¿no?, al final casi ni se conocían.

Dejando de mirar continuó su camino hacía casa, quería pensar que Adela se encontraba ahí para que hablarán ambas sobre como les había ido, pero sabia que ella no estaría ahí.

El camino se le hacía eterno, sus pensamientos se la comían como lombrices,  pensaba en su padre, ¿por qué había muerto?, era cierto que debía mucho, pero por lo que ella sabia, el jamás le debió a una banda de delincuentes, quien pensaría que ahora el no estaría, con rabia negó sus pensamientos para prestarle atención a su alrededor, ya había llegado a su casa, rápidamente abrió la puerta y entró saludando a su abuela que seguía sentada en aquella silla que siempre ocupaba, fue a su habitación tirando su mochila encima de la cama.

──Ven a comer, Mai.──dijo la abuela de la joven con una voz tranquila desde la cocina.

La rubia no quería levantarse estaba demasiado cómoda luego de tirarse a su cama.

──Más tarde, Ita, gracias.──dijo con un tono de voz igual al de su abuela, quería sonar amable pero estaba enojada, no con su abuela, sino con su padre, ¿por que se había metido en eso?, ¿que era lo que buscaba?, ¿que fue lo que había hecho?, aquellas preguntas ocupaban la cabeza de la joven, al igual que una pregunta en particular la cual no se trataba de su padre, más bien se trataba de Danilo, ¿podrían llegar a ser amigos?, como una niña estaba llena de preguntas, y debía averiguar la respuesta de cada una.

Mi nena, ya pronto descubrirá las respuestas de cada pregunta

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Mi nena, ya pronto descubrirá las respuestas de cada pregunta.

Espero que les este gustando, ya quiero irme por la parte interesante.

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Cuídense mucho y tengan un gran día/tarde/noche, besoss 💕

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𝐌𝐀𝐈 ; 𝐃𝐀𝐍𝐈𝐋𝐎 𝐒𝐀́𝐍𝐂𝐇𝐄𝐙 𝓪𝓹𝓪𝓬𝓱𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora