── Los días soleados hasta el punto de sentirse casi hervido en vida nunca fueron del agrado de Maite hasta que ahí lo conoció a el, un chico más alto que ella y de pelo castaño, le pareció interesante verlo jugar a la pelota y cuando el se acercó p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
chapter ten
Maite caminaba de forma tranquila en busca de Danilo, llevaba todas sus cosas en la mochila, con cuidado miraba hacia todos lados, podía perderlo fácilmente de vista.
──¡Pásamela!──Se escucho en la cancha, la joven rubia podía reconocer fácilmente la voz del chico.-¡Que te cree' que estas haciendo gato!, estamos en fútbol, no en voley, pedazo de pelotudo.
Con sigilo se acercó para ver, todos los chicos jugaban alegremente al fútbol, ahí estaba Carlos, quien paró de jugar solamente para saludar a la joven, Danilo se dió la vuelta, al verla lo único que atinó a hacer fue fruncir el ceño y volver al juego.
──Re distracciones hay acá, Carlitos, vos seguí jugando.──Dijo el castaño para seguir jugando con la pelota, Maite se acercó un poco más al lugar para mirar como todos jugaban. Sostenía su mochila con fuerza, se encontraba nerviosa por lo que prontamente haría, era un gesto bonito, sin sin embargo, uno no sabe cómo se lo pueden tomar los demás, le daba miedo que se rieran de ella, quizás ese era otro de sus miedos más grandes, ser la burla de los demás, de tan sólo pensar en eso se puso nerviosa, trato de alejar los pensamientos viendo el partido jugado por Tévez y Sánchez, pero ni siquiera así se iban, al último momento decidió pararse del asiento, los chicos aún seguían jugando pero ella estaba decidida a irse, antes de que pudiera dar si quiera un paso, la voz de Danilo se hizo presente.
──Che, Mai, vos sos el público, te tenés que quedar, sos re importante ahora.──Le gritó el chico, ya no había escapatoria, no podía quedar de la mala e irse así como así.
──Esta bien...──Dijo la menor para volver a sentarse, tenía sus piernas cruzadas como cada vez en la que se ponía nerviosa, jugaba con su pelo mientras veía atentamente las jugadas de cada chico, pero aún mucho más centrada en las jugadas de Danilo, era realmente bueno, no había visto a alguien que fuera tan bueno en muchísimo tiempo. El juego estaba por terminar cuando el último gol fue metido por Danilo, Maite aplaudió con una sonrisa y Danilo se acercó a ella corriendo, se veía bastante feliz.
──Eh, Loca, vos viste como la metí, pero soy un re capo, no, bárbaro.──Dijo el chico como un niño pequeño mientras mantenía una sonrisa, se veía bastante agotado y sudoroso.
──Y, sos re bueno.──La joven soltó su cabello para colocar sus manos a los lados, era ahora o nunca, le debía entregar las galletas, por lo menos tirarlas y huir.
La joven tomó mejor su mochila y empezó a buscar dentro de esta mientras el joven la seguía mirando.
──Che, ¿acaso vas a sacar un arma y me vas a matar?──Comentó en modo de broma.
La joven pensaba que aquel comentario había sido muy tarado, y era verdad. Al encontrar las galletas soltó un pequeño suspiro y se las entregó.
──Tomá, las dos son para vos...me las pediste, acá están...──Dijo la joven, Danilo miro las calles con algo de confusión, no se lo esperaba, aquello que había dicho se le había olvidado.
──Ea, galletitas.──El menor tomo el paquete de galletas saladas guardándolas las otras en su bolsillo, con cuidado abrió el paquete y sacó una.──¿Querés? ──Le preguntó a la joven con una sonrisa.
──No, gracias, comé tranqui, igual yo ahora me voy, nos vemos pronto.──Lo único que Maite quería era irse, se sentía algo avergonzada, pero ni ella sabia el porque.
──Dale, nos vemos rubia falsa, tene cuidado al volver...──El chico se despidió con amabilidad, parecía que lo había encontrado de buen humor, al menos un día que no la tratará mal, pensó la joven.
▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞▞
La joven entró a su casa con una pequeña sonrisa y ya sin peso en su mochila, al llegar pudo ver a su abuela sentada en la silla y bastante dormida, con cuidado se acercó y tomó la manta predilecta de la mayor para taparla, con cuidado de no meter ruido fue a su habitación, no había rastro de Adela en el lugar, la menor se imaginaba que debía estar en su hogar, aunque ella sabia que no le gustaba estar ahí. Con pesadez dejó su mochila a un lado y dio un salto para caer en su cama, tenía que estudiar, las pruebas empezarían pronto, pero de seguro que si lo hacía le daría más pereza de la que ya tenía, tenía un futuro por delante, pero, ¿para que le serviría la revolución francesa si quería ser mesera?
Luego de un rato y muy mal acomodada se quedó dormida en su habitación, un sueño particularmente raro surgió en su mente, país fútbol, un país en el que las personas eran pelotas de fútbol y el presidente era una Copa, algo raro, pero interesante.
Con sudor en todo si cuerpo y desorientada despertó del sueño sin siquiera saber la hora, se levantó de su cama y tomó uno de sus abrigos, tenía algo de frío luego de aquella siesta, al salir miro la hora, le costaba un poco leer el reloj pero finalmente pudo saber que había pasado cinco horas durmiendo, su abuela seguía en la misma posición en la que antes la había encontrado, Maite se acercó a ella, la respiración de la mayor era normal, por lo menos no estaba muerta, sin querer meter mucho ruido se acercó al cajón de las galletas, saco un par sin inmutarse por leer de que eran y volvió a su habitación, Adela aún no volvía, eso se le hacía demasiado extraño, la mitad del tiempo la mayor la pasaba en casa de Maite, hasta incluso a veces los amigos de la mayor la iban a buscar ahí, extrañaba a Adela, aunque sólo no estuviera por un rato, todo era más aburrido sin ella, tener que esperar a que regresara de lo que fuera que estuviera haciendo era realmente horrible, como si de una tortura se tratará.
Con sus galletas en mano se recostó en su cama nuevamente, la joven no había almorzado, pero eso no le importaba, no le importó desde la muerte de su padre, no le importaba el desayuno, el almuerzo o la cena, mientras tarareaba una linda melodía comía una que otra galleta, su mente estaba en la llegada de Adela, le contaría lo que había hecho, quería saber un poco más de Danilo, quizás ella podría responder sus dudas por lo que esperaría pacientemente hasta que la mayor llegará.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aquí les traigo el cap de Mai, espero que realmente les guste, tengo algunas cosas planeadas, así que prepárense para lo que se viene.
Cuídense mucho y tengan un gran día/tarde/noche, besoss 💕
