𝐒𝐄𝐈𝐒 | MI VERDAD

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chapter six

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chapter six

Y ahí estaba, Adela se encontraba cruzada de brazos regañando a Maite, la menor se encontraba atenta a todas las palabras de la mayor, sabía que no ir estaba mal por lo que no se resistía.

──¿Vo' crees que vas a tener una buena vida si no vas a la escuela?, tenés que ir y estudiar, rubia, ¿que crees?, ¿que todo se va a hacer solo?, no, no es así, Tu Ita y yo queremos lo mejor para vos, no podés andar escapando, imaginate y te pasa algo, ni Dios quiera, ¿como te vas a defender?──Habló la pelinegra con enfadó, tenía sus manos en la cintura y se paseaba por toda la habitación.

──Lo siento...──dijo como por quinta vez la rubia quien miraba hacia abajo mientras jugaba con sus manos.

──Con un lo siento no me basta, Maite.──Adela se paró en frente de la joven y la miro por unos segundos.──Ya no te tengo confianza, te voy a ir a dejar yo, no estarás ni un segundo sola, y sabés algo...vas a tener un amigo en la escuela, ahí me conseguiré a alguien para que te cuide, no podés faltar.──La seriedad de Adela llegaba hasta asustar a la joven.

──Che, pero si solo fue una vez, no soy una nena, Adela.──Contesto Maite tratando de sonar amable.

──No, desde ahora yo soy tu cuidadora, me importa un carajo si ya no sos una nena.──Tratando de calmarse, Adela tomó aire.──No quiero que nada malo te pase, Mai. Si no tenés estudios no vas a salir de acá, se que solo fue una vez...pero puede volver a pasar una y otra y otra vez hasta que ya no te den ganas de ir más...──Con más tranquilidad la mayor acarició la espalda de la joven.──Dale, Mai, te queda poco...sos re inteligente, no te hagas esto.──Aquellas palabras tocaron profundamente el corazón de Mai, Adela no tenía estudios, ella se lo había dicho, le quedaban solo dos años para poder salir de la escuela, pero la pelinegra empezó a meterse en aquel mundo de las adicciones, los padres de la mayor la corrieron de la casa dejándola sin nada, busco un hogar por mucho tiempo y pudo encontrarlo gracias a sus amigos, a pesar de que ellos no eran las mejores personas del mundo la acogieron y le brindaron todo el apoyo necesario, pero aún no podía salir de aquel mundo.

──...Se que querés lo mejor para mi, lo siento...──Comentó la menor con la cabeza agachada, se sentía terriblemente culpable de algo que tampoco se podía decir que era la gran cosa.

───Si, quiero lo mejor para vos, y eso incluye desde tus estudios hasta tu bienestar físico y emocional...me tenés que contar como te va, como estas, como te sentís todo eso, ¿eh?, y si no lo hacés dormís en la calle, ¿dale?──Dijo la la pelinegra con una pequeña sonrisa mirando a la joven, no quería verde tan dura con ella.

──Y, bue, con algo para taparme supongo yo...¿no?──Pregunto Maite para ver cómo lentamente y riendo, Adela se retiraba.──Che, Ade, contestame, ¿con algo pa' taparme?──Le grito la rubia para ver cómo la mayor desaparecía cerrando la puerta. Maite negó suavemente con una sonrisa apoyando su espalda contra la pared. Al menos Danilo no era un buchón, se notaba que Adela no sabía nada acerca de lo que ella le había dicho al castaño, si ella se llegaba a enterar era probable de que la molestara con eso, quizás hasta incluso llegará a pensar que la joven era un poco hipócrita.

𝐌𝐀𝐈 ; 𝐃𝐀𝐍𝐈𝐋𝐎 𝐒𝐀́𝐍𝐂𝐇𝐄𝐙 𝓪𝓹𝓪𝓬𝓱𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora