Día 12. Flores

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—Awesomo, prométeme una cosa...

Uno de los últimos archivos de memoria del robot comenzó a reproducirse en cuanto vio a Kyle tirado en el piso. En una especie de déjà vu. La escena ya la había presenciado, pero en un contexto distinto. Su "cerebro" interno no entendía cómo fue que llegó a olvidar aquel detalle; probablemente pudo haber sufrido una especie de corrupción antes de despertar en aquel sitio meses atrás.

—¿Sí, amo? —cuestionó, acercándose a la camilla.

Afuera, por la ventana de ese segundo piso, los copos de nieve empezaban a caer del cielo nublado debido al extremo frío de la temporada. Al lado, en un buró en la cama, unas hermosas flores fueron puestas por su esposa en un delicado jarrón de porcelana fina; sin embargo, para el hombre castaño éstas le eran de mal gusto.

—Eres una mierda de robot, pero... —rió amargamente observando ese cielo gris tan triste, como si buscara a alguien en esa lejanía llena de edificios—. Eres el único al que de verdad le puse corazón de todos los aparatejos y androides que vagan por la casa y la empresa. No confío en ningún otro de este maldito lugar.

—Mis circuitos no tienen corazón, amo —rectificó con su voz monótona.

—Cállate y escucha —tosió un poco al regañarlo, sentía un dolor agudo en su brazo que de a poco escalaba hasta su pecho. Su visión se tornaba oscura. La máquina que analizaba su ritmo cardíaco de a poco subía la intensidad de su pitido—. Prométeme que lo buscarás. A la persona que puse en tu cpu; es el único. Dale todo lo que no le di, dile todo lo que no le dije y haz lo que desearía haber hecho...

—Amo, ¿se encuentra bien? Su respiración está...

—¡No me interrumpas! —apretó la piel de su pecho al sentir el dolor punzante con cada bombeo agonizante de su gastado corazón—. Invierte todo el tiempo que perdí en esta pocilga llena de apariencias. Prométeme que lo cuidarás, Awesomo. Prométemelo...

La máquina a su lado emitió la alerta de emergencia, un par de enfermeros con un médico entraron a la sala y apartaron bruscamente a Awesomo de su lado. El cual, sin poder sostenerse en medio de la conmoción, cayó rompiéndose gran parte de la parte trasera de su cabeza. Sus circuitos se apagaron y esa fue la última vez que vio y tuvo noción de su anterior dueño.

Después despertó. En esa sala desconocida, al reconocer dentro de sus grabaciones la voz de aquel peculiar hombre, igual de demacrado por la enfermedad.

"¿Es una maldita broma? ¿verdad?".

Era él. Aquella persona que su amo quería que cuidara a toda costa. Ahora comenzaba a entenderlo.

***

—Su respiración está disminuyendo...

A través de su escáner notó varias alarmas en el cuerpo de Kyle, el cual sufría una especie de shock debido a su padecimiento. Este sudaba frío, tiritaba, pero a la vez una fiebre intensa le quemaba la piel y atacaba sus músculos. No obstante, ¿qué podría hacer? Las órdenes fueron específicas: no llamar al 911. No podía desobedecer, su protocolo original estaba diseñado para acatar la tarea más simple...

—Prométeme que lo cuidarás.

Sin embargo, esas palabras no lo dejaban en paz, seguían repitiéndose, y era una orden explícita de su anterior amo, el principal y el único. ¿Qué era lo que iba a hacer?

Un código de error saltó en su visión y todo su cuerpo metálico comenzó a temblar no sabiendo qué orden seguir: no llamar al 911 o cuidarlo a como diera lugar.

AWESOM-O (CARTYLE)Where stories live. Discover now