Día 13. Aborto

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—Hasta para esto eres un completo inútil.

Cartman se mantuvo inmóvil y erguido después de sentir el duro golpe de la cachetada en su mejilla, evitando darle importancia al ardor e hinchazón. Tragó todo su enojo y coraje, conteniendo los crecientes latidos de su corazón. Su cuerpo temblaba, sus puños se cerraban fuertemente, ante el inminente hecho de que quería matar al hombre frente a sí.

—Señor Tenorman... —masculló entre dientes.

Una mirada de amenaza le indicó que pensara bien en sus palabras. Los enormes guardaespaldas detrás del escritorio le demostraron que él no tenía ni siquiera el poder para replicar nada.

—Padre... —quería vomitar de solo mencionar esa simple palabra—. No es mi culpa que el cuerpo de Heidi sea incapaz de engendrar algún bebé.

—Tonterías —le restó importancia sentándose de nuevo en la silla giratoria de cuero—. Heidi es una de las mujeres más codiciadas de la sociedad, además de inteligente, sana, fuerte, y dueña de una fortuna millonaria —se recargó en el asiento revisando los papeles llenos de proyectos de futuros androides—. Tú debes ser el defectuoso. Ya hice una cita con el médico para ti... Heidi es una sangre pura a comparación tuya, para que no le sigas echando la culpa.

Cartman bufó levemente al escuchar esa aparente solución al problema; era una ironía para él que Tenorman dijera aquello.

—Si tanto son de "sangre pura", ¿cómo es que estoy aquí en primer lugar? ¿Quién diría que, incluso tú, te mezclaste con una de clase baja? —soltó el comentario sarcástico, lleno de veneno, con la intención de hacerlo enfurecer.

Hace poco más de tres años, el CEO de aquella naciente compañía de electrónica y robótica, Jack Tenorman, supo que Eric T. Cartman era uno de sus hijos "perdidos". Algo dentro del hombre de negocios se removió en cuanto supo que tenía otro heredero de repuesto, ya que su primer hijo, Scott Tenorman, a causa de una guerra interna con algunos miembros antiguos de la compañía, murió en un accidente de carretera. La intención era que muriera Jack y no Scott, pero al parecer el destino quiso lo contrario.

No fue hasta que por accidente ambos supieron que eran padre e hijo, las cosas cambiaron. Cartman al instante obtuvo el empleo, se convirtió en uno de los principales jefes del proyecto de la creación de robots y, en pocas palabras, obtuvo los beneficios de todo lo que conllevaba ser parte de una familia multimillonaria como lo eran los Tenorman. Al inicio el castaño se mostró encantado. El dinero, las fiestas, el poder, la importancia y el reconocimiento de la sociedad... todo en lo que soñó desde niño lo obtuvo de pura suerte. Todo por una simple prueba de sangre.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas. Cuando Jack supo de la existencia de Kyle, por medio de investigadores privados, le determinó y le dio un ultimátum. Si no quería que le pasara algo a su "noviecito pelirrojo", tendría que acatar cada una de sus órdenes. Incluyendo si eso conllevaba alejarse de su antigua vida.

Lo que concluyó, entonces, en la separación de ambos. Después de que Cartman dejó a Kyle lastimado y abandonado en su oficina, nadie supo darle razón de él cuando se fue. Ni siquiera Stan o Kenny. El pelirrojo desapareció, sin dejar rastro. Cosa que al robusto le hizo sentir culpable y le desesperó por años, al punto en que cayó en una depresión profunda y silenciosa que lo hacía trabajar sin descanso, fumar, comer y tomar sin algún tipo de control.

El guardaespaldas ya estaba listo para sacar a rastras a Eric por tal insolencia, pero en cambio Tenorman rió en una carcajada sonora. El castaño se quedó extrañado por tal reacción, la cual, sinceramente, no esperaba.

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⏰ Ultimo aggiornamento: Mar 27 ⏰

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