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Hola. Mi nombre es Elliot Ludwing.
Cuando ves el mundo de hoy, ¿Qué crees que necesita más que todo? Le pregunté a muchos, "Dinero, no tengo suficiente".
"Entendimiento, nunca lo tengo".
"¡Fé!, el hombre común la ha perdido".
Cada respuesta era diferente y quizá podía ver cierta verdad en cada una. Pero creo que les faltaba algo, algo sencillo.
Ya ves, nadie podía esbozar una sonrisa.
Una sonrisa es esperanza.
Una sonrisa es amor.
Una sonrisa es comprensiva.
Y no hay nada más gratificante para mí alma que ser la razón de la sonrisa de los niños.
Ser la chispa que enciende todas sus esperanzas y sueños.
Un mejor mundo solo se puede crear con esperanzas y sueños.
Un mundo donde nuestros niños no tengan miedo. Uno donde estén protegidos.
Después de todo, esta compañía y sus juguetes no son nada sin ellos. Estos niños merecen sonreír, merecen amar, y merecen un hogar seguro.

Por ese motivo, con un enorme placer como fundador de Playtime Co., les presento ¡La guardería!
Nuestro propio orfanato local. Pero no es solo eso, es una escuela, un patío, un hogar al donde pertenecer.
Nuestro propio ecosistema debajo de la superficie, cada centímetro y detalle dedicado a las sonrisas de los niños.
Son maestros y consejeros, madres y padres, hasta que llegue el día en que puedan ver eso en ustedes.
La guardería traerá felicidad, inspiración y sonrisas a todos quienes entren a sus puertas.

¿Qué le da sentido a la vida si no una sonrisa?

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Todos los Smiling Critters estaban reunidos en la sala recreativa, pasando tiempo juntos mientras esperaban el momento para salir a jugar con los niños. Catnap se encontraba en su amigable forma felina, al igual que el resto del grupo, sentado junto a Dogday, quien estaba planeando entretenidas actividades para el grupo de niños asignado por el supervisor.

Hoppy y KickinChicken estaban parados en una esquina, colaborando entusiastamente en la planificación de juegos y dinámicas que realizarían con los pequeños designados para cada uno. Se llevaban muy bien, ya que sus personalidades complementarias les permitían idear una gran variedad de divertidas actividades.

Bobby Bearhug estaba junto a Craftycorn, ayudándola con ingeniosas ideas para manualidades y proyectos artísticos, mientras que Bubba Bubbafante charlaba animadamente con PickinPiggy sobre las travesuras de los niños.

El supervisor entró alegremente a la sala donde estaban todos los Smiling Critters reunidos. Los amigos peludos lo miraron con curiosidad, notando que escondía algo detrás de su espalda.

"¡Tengo una gran sorpresa para todos ustedes!", anunció entusiasmado. "Se acaban de lanzar al mercado peluches de cada uno de los Smiling Critters!".
Dicho esto, sacó de detrás de su espalda un adorable peluche de Dogday, replicando sus suaves orejas caídas y su brillante pelaje amarillo.
"¡Wow, es idéntico a mí!" exclamó Dogday, meneando su cola de la emoción. "¡A ver el mío, a ver el mío!", pidió Hoppy, saltando ansiosamente.
"Calma, amiguitos, hay para todos", rio el supervisor, mostrando los demás peluches.

Craftycorn tomó delicadamente entre sus cascos el peluche que la representaba, con su crin arcoíris muy bien definida. Bubba Bubbafante fue el siguiente en agarrar el suyo, soltando una estruendosa carcajada al verse replicado en peluche.

Amor en los límites del caosWhere stories live. Discover now