Amor en los límites del caos

011

Abrió los ojos lentamente, sintiéndose algo fatigado, y al principio su visión estaba un tanto borrosa. Sin embargo, pronto vislumbró una figura familiar frente a él. Se frotó suavemente los ojos para mejorar su vista y, al abrirlos completamente, se topó con la mirada preocupada de Dogday.
Se incorporó con rapidez, confundido y sorprendido al encontrarse rodeado por los demás Smiling Critters y los niños, quienes lo observaban con curiosidad, algunos soltando risitas.

"¿Se encuentra bien, señor?" Preguntó Dogday, apartándose un poco para brindarle espacio al científico.
"Sí, sí... no se preocupen... uh... ¿Qué diablos pasó?" preguntó el científico, desconcertado y algo molesto.

Dogday no sabía qué responder, pues tampoco tenía claro qué había ocurrido. Sin embargo, Kissy Missy se aproximó. "Se dio un golpe con los juguetes de los niños.", explicó con suavidad, señalando los juguetes que estaban a su lado. El científico echó un vistazo a los juguetes y luego soltó un suspiro antes de ponerse en pie y sacudirse el polvo de la ropa. "Bueno... me tengo que ir. No tengo ni idea de cuánto tiempo he pasado aquí, pero tengo que largarme. Eh, gracias, supongo."
El científico se retiró, ajeno al hecho de que su rostro estaba decorado con los trazos de los niños. Los pequeños, junto con los demás presentes, comenzaron a carcajearse al ver cómo el científico abandonaba la escena. Huggy Wuggy también se unió a las risas, mostrándose genuinamente contento al ver a Kissy Missy sonriendo con alegría.

"Bien, niños, es hora de cenar. Vamos, vamos", anunció Dogday, dando unos aplausos para animar a los pequeños, quienes obedecieron y comenzaron a retirarse de la zona de juegos entre risas felices.

"Nunca me canso de pasar tiempo con ellos... son todos tan adorables", comentó Bobby Bearhug con una sonrisa en el rostro.
"Así es", replicó Hoppy, estirándose un poco y suspirando con cierto cansancio.

"Creo que es hora de descansar, chicos... Espero que hayan disfrutado su primer día", dijo Dogday, dirigiendo una amable sonrisa a Kissy y Huggy. Sin embargo, ambos lo ignoraron y se retiraron juntos hacia el lugar donde descansarían.
"Y allí van... será mejor darles su espacio, líder", sugirió KickChicken, colocando su mano sobre el hombro de Dogday para reconfortarlo.

"Supongo..." murmuró Dogday, un poco desanimado, escudriñando el entorno. "¿Alguien vio a Catnap en la tarde?"
"No, no lo he visto en todo el día", respondió PickyPiggy, sintiendo cierta curiosidad por su ausencia, ya que Catnap solía observar desde lejos.
"Seguro que está en su habitación o tal vez ya se fue a Hogar Dulce Hogar por la hora", sugirió Craftycorn, tratando de calmar a los demás.
"Sí... será mejor que nos vayamos", dijo Dogday, dirigiéndose hacia sus habitaciones junto con Bubbafante.

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Catnap se encontraba recostado en su habitación, observando con una sonrisa cómo el mini Dogday correteaba felizmente por toda la habitación. Cada movimiento del peluche parecía reflejar la energía y la alegría del verdadero Dogday. Catnap no pudo evitar dejar escapar una risa mientras seguía con la mirada al peluche.

"Jajaja, eres igualito a él. Qué lindo", murmuró Catnap, sintiendo cómo los recuerdos de su amigo se agolpaban en su mente. Un sutil rubor tiñó sus mejillas al pensar en los momentos compartidos con Dogday, pero estaba demasiado absorto en la escena para darse cuenta de ello.

El mini Dogday se lanzó de nuevo sobre el torso de Catnap con alegría, emitiendo sus característicos chillidos de felicidad. "¡Opa! Jajaja, guarda un poco de silencio si no quieres que te descubran los científicos, ¿está bien?" bromeó Catnap, mientras el mini Dogday se acurrucaba felizmente sobre su torso. Con suavidad, comenzó a acariciar la cabeza del peluche, sintiendo la suavidad de su pelaje entre sus dedos y observando cómo el peluche se relajaba gradualmente bajo sus caricias.