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A la mañana siguiente, Dogday salió contento de su habitación recordando la agradable sorpresa que Catnap le había dado el día anterior por San Valentín.. En la sala recreativa estaban sus amigos, incluyendo a Catnap que charlaba con Bubbafante, quien miraba de reojo a PickyPiggy con cierta timidéz.
"Me alegro que te haya ido bien ayer con ella" dijo Catnap dándole una palmada amistosa en el hombro a Bubbafante. Pero entonces Catnap vio que Dogday acababa de entrar a la sala recreativa. Se despidió del elefante para ir a saludar a su amigo perruno, pero Craftycorn se le adelantó tímidamente.

"Hola Dogday, con las actividades de los niños no pude darte mi regalo de San Valentín. ¡Ah! y ellos también te dejaron estos dibujos" dijo la unicornio entregándole varias hojas de papel. Dogday las miró enternecido. "Que detalle, ¡los atesoraré siempre!"

Craftycorn sonrió enternecida al ver la felicidad de Dogday con los tiernos dibujos de los niños.
"Sí...me preguntaba si hoy querrías pasar el día conmigo" preguntó la tímida unicornio, algo ruborizada. "Ayer tenía una sorpresa para ti pero no pude dártela, me gustaría recompensarlo". Dogday la miró sorprendido pero conmovido por su actitud. Colocó su pata en el hombro de Craftycorn con una gran sonrisa amistosa.
"¡Por supuesto! Ayer no pudimos porque estábamos con los pequeños" respondió cariñosamente para alegrar a su amiga.

Catnap observaba desde lejos a Dogday y Craftycorn salir emocionados para pasar el día juntos. Pero extrañamente, en lugar de alegrarse por la felicidad de sus amigos, sentía un incómodo malestar oprimiendo su pecho. Su cola estaba completamente erizada y sus garras salieron ligeramente, reflejo de la inexplicable molestia que lo invadía al verlos juntos.

Bobby Bearhug, que estaba cerca, notó ese gesto ariscotan impropio de Catnap. "¿Estás bien? Te noto algo... tenso" comentó curiosa la osita.
Catnap se sobresaltó al escuchar su voz. Agitó la cabeza para despejar esos extraños sentimientos y respondió con indiferencia.
"Estoy bien, simplemente... pensaba en otras cosas". Pero muy dentro suyo sabía que no era así. Por alguna razón que no alcanzaba a comprender, verlos marcharse tan alegres y juntos lo había molestado. ¿Sería acaso algo de celos... o eran solo imaginaciones suyas? De cualquier modo, decidió dejar esos pensamientos de lado.

Bobby Bearhug seguía algo desconfiada con la respuesta de indiferencia que Catnap le había dado. Sin embargo, decidió continuar ya que tenía algo especial para él.
"Bueno, yo...ayer no te vi en la tarde pero quería darte tu regalo de San Valentín" dijo tímidamente la osita. "Sé que es atrasado, pero lo hice con mucho cariño".
Catnap alzó las cejas, sorprendido. La actitud de Bobby logró distraerlo de sus pensamientos anteriores.
"Oh Bobby, no tenías que molestarte" mencionó el gato.

"Para mí no es ninguna molestia" replicó ella, sacando algo escondido tras su espalda. "Toma, es para ti".
La tímida osita le entregó un lindo cojín de corazones, claramente hecho a mano. Catnap lo tomó entre sus patas, maravillado.
"Es...hermoso" dijo, sintiendo cómo el preciado obsequio disipaba sus anteriores emociones negativas. Miró agradecido a su amiga. "Muchas gracias, en verdad lo aprecio".
Bobby se ruborizó de alegría al ver la genuina sonrisa de Catnap.

De pronto entró el supervisor a la sala recreativa con una gran sonrisa.
"¡Hola! Wow, se ven muy bien ahora con esas nuevas formas. Venía a informarles que hoy llegan sus nuevos compañeros. Están por arribar en unos momentos para que los conozcan y les den una cálida bienvenida a ambos".
"Espere, ¿no era sólo una nueva compañera?" preguntó Bubba confundido.
"Si, pero tuvimos que traer también a la pareja de la nueva compañera. Ambos son igual de tímidos, pero con ustedes quizá logren más confianza" explicó el supervisor, notando la ausencia de Dogday y Craftycorn. "Por cierto, ¿dónde andan esos dos? "
"Salieron a pasar el día juntos" respondió Catnap tratando de ocultar aún ese malestar que lo invadía al recordarlos.
"Oh bueno, cuando regresen se llevarán una gran sorpresa" dijo el hombre. "Espero que sean muy amables con los nuevos, siganme para que los vean arribar a la estación de Playcare." Ordenó el hombre dandose la vuelta y comenzando a caminar.

Amor en los límites del caosWhere stories live. Discover now