Capitulo Uno

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El tema de los libertino se ha tratado con anterioridad en esta columna, y Esta Autora ha llegado a la conclusión de que hay libertinos y Libertinos

Harry Styles es un Libertino.

Un libertino (con minúscula) es joven e inmaduro. Hace alarde de sus hazañas, se comporta con suma imbecilidad y se cree peligroso para los omegas.

Un Libertino (con mayúscula) sabe que es peligroso para los omegas.

No hace alarde de sus hazañas porque no siente ninguna necesidad. Sabe que tanto alfas como omegas murmura­rán sobre él. Sabe quién es y qué ha hecho; los demás cuentos son superfluos.

No se comporta como un idiota por la sencilla razón de que no lo es (no más de lo que debe esperarse de todos los miem­bros del género Alfa). Tiene poca paciencia con las debili­dades de la sociedad, y con toda franqueza, la mayoría de las veces Esta Autora no puede decir que le culpe.

Y si eso no describe a la perfección al vizconde de Styles— sin duda el soltero más cotizado de esta temporada—, Esta Autora dejará Su pluma de inmediato. La única pregunta es: ¿será 1814 la temporada en la que por fin sucumba a la exquisita dicha del matrimonio?

Esta Autora piensa...

que no.

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY SWIFT,

20 de abril de 1814

—Por favor, déjame que lo adivine —dijo Louis Tomlinson a toda la habitación—, otra vez ha escrito sobre el vizconde Styles.

Su hermanastro Zayn, al que le llevaba casi cuatro años, alzó la vista desde detrás del diario de una sola hoja.

— ¿Cómo lo sabes?

—Porque se te escapa la risa como a un loco.

Zayn soltó una risita que sacudió el sofá de damasco azul en el que los dos estaban sentados.

— ¿Lo ves? — continuó Louis dándole un codazo en el brazo —. Siempre te ríes cuando escribe de algún libertino reprochable. —Pero Louis esbozó una sonrisa. Pocas cosas le gustaban más que tomar el pelo a su hermano. De buenas, por supuesto.

Jay Tomlinson, la madre de Zayn y madrastra de Louis desde hacía casi dieciocho años alzó la vista un instante de su bordado y se subió las gafas un poco más por el caballete de la nariz.

— ¿De qué os reís vosotros dos?

—A Louis le ha dado un pronto porque lady Swift está escribiendo otra vez sobre ese vizconde tarambana — explicó Zayn.

—No me ha dado ningún pronto —dijo Louis, aunque nadie le hizo caso.

— ¿Styles? —preguntó Jay con aire distraído.

Zayn asintió.

— Sí.

— Siempre escribe sobre él.

—Creo que la verdad es que le gusta escribir sobre libertinos—comentó Zayn.

—Por supuesto que le gusta —replicó Louis—. Si escribiera sobre gente aburrida, nadie compraría su periódico.

—Eso no es cierto —contestó Zayn—. La semana pasada sin ir más lejos escribió sobre nosotros, y Dios sabe que no somos la gen­te más interesante de Londres.

Louis sonrió ante la ingenuidad de su hermano. Louis y Jay tal vez no fueran las personas más interesantes de Londres, pero Zayn, con su cabello color negro y sus ojos de aquel marron sorprendentemente claro, ya había sido nombrado el omega Incomparable de 1814. Por otro lado, Louis, con su vulgar pelo marrón y ojos azules, era referido por lo general como «el hermano mayor del Incomparable».

El alfa que me amo (Larry)Where stories live. Discover now