CAPITULO 2

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Suponer que éramos los únicos era un error.

En su reino existía una leyenda de un rey solitario, un hombre lleno de aburrimiento que una noche se perdió en el bosque.

Lo tenía todo, pero su avaricia le exigía siempre más.

Lleno de locura, se dice que una noche le imploro a la oscuridad y que está lo escucho.

Fue así, como ella le dio la habilidad de cruzar entre realidades, mostrándole, una ventana a un mundo lleno de color, al que solo se accedería por tres días y dos noches.
Todo a cambio de una pequeña ofrenda de sangre que gustoso aceptó.

Se dictó entonces, que cada primera esposa de cada heredero suyo al cumplir con la ceremonia de unión, moriría devorada en el bosque.

El primero apareció y a la hora ordenada por el rey, las dos realidades chocaron, creando un portal entre árboles. Entonces cruzó.

Si bien, más de uno intentó cruzar, ninguno lo consiguió, pues se dieron cuenta que a menos de tener sangre real, morirías en el intento.

Se dice que apenas fue el primer encuentro, los cambios empezaron, y lo que con mucha ilusión empezó termino siendo devastador.
No solo se dieron cuenta que ninguna parte pertenecía a lo contrario, sino que la gente misma les miraba aterrador llamándoles Fantasmas.

Sin embargo, cegados por forzar una vida no correspondida, el portal atrapó a ambas partes, eliminando cualquier rastro de los dos.

Fue entonces que la Reina llena de dolor y sufrimiento por la pérdida de su esposo  prohibió cualquier tipo de interacción entre mundos, eliminando los portales.

Quizá te preguntes: ¿Por qué te cuento esto justo ahora?

Bueno, porque para ser activados de nuevo, se decretó que se tendría que buscar a tú igual, a la misma hora el mismo día, como aquella primera vez acordada.


En la actualidad.

—¿Cómo? —pregunté atónita. —Es imposible...

El espejo brillaba con una intensidad misteriosa. Apenas la luna tocaba el reflejo. No había forma. Esto no era una broma.

—Todo es posible en mi Reino. Hay muchas historias de tu mundo en el mío.

Su tono de voz me asustó enseguida. Era distinto. Arrastraba las palabras con una fluidez increíble pero, tenía eco, como si fueran dos y no una sola quien lo decía.

—¿Eres un hada? —me atreví a preguntarle.

—¿Una que...? —meneo su cabeza negando. —Somos sombras, sin forma. No hay color en mi Reino.

"Un mundo sin color" Eso era interesante.

Sin darme cuenta me quedé mirando detrás de ella; observando lo poco que se notaba: había neblina y unos cuantos árboles grisáceos.

—En HellBlack se dice que las coincidencias no existen. Y tú, no saliste huyendo, más bien preguntas. —soltó. Logrando que la mirara de nuevo.

—Si son solo sombras como dices, ¿Cómo es que eres yo?

Me sonrió.

—Porque tú me escogiste. En cuanto tocaste el portal lo que esperabas ver era a ti. Y me convertiste en tu igual...

—¿Cómo qué portal? —la detuve enseguida.

Su sonrisa parecía no desvanecerse y aquello me aterró aún más.

—Las mentes inquietas necesitan sorpresas para ser entretenidas. —miro a los lados, — Prometo darte respuestas a cambio de tu ayuda.

«Si, claro. No te dirá nada sin ayuda primero.» pensé.

Los Sin Sombra #ONC2024 (TERMINADA✔️)Where stories live. Discover now