CAPITULO 8

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Argelia

Este sería mi último día aquí, los tres días se habían cumplido y hasta ahora todo había ido bien. Sin duda Birmen tenía razón cuando dijo que pasar los últimos días como rey era la mejor opción.

Hasta ahora no había obtenido respuesta por parte de Damelia, era el niño quien cuando podía iba hasta el portal a ver si me había dejado alguna señal pero hasta nada.

Birmen por suerte me dejaba dormir en su cama y aunque me molestaba que me observará todo el tiempo, agradecía que fuera así, no quería terminar en las celdas como la mayoría de la servidumbre decía.

Para suerte mía, había avanzado demasiado en mi escrito, alguna veces describia el castillo, otras dibujaba las casas  y muchas otras solo describía los lugares a dónde él me llevaba.

Desde el desayuno comencé a planear mi huida para hacer el cambio. Hasta ahora la mejor opción era ir después de la comida. Así ella regresaría para la cena y él no se daría cuenta.

Al terminar mi desayuno me dispuse a llamar al niño. Tenía entendido que él era el austero y siempre andaba fuera y dentro del castillo. Entonces él me ayudaría a escapar sin ser notada.

—¿Y bien? ¿Ahora qué quieres? —tenía el cabello revuelto entonces quizá estaria ocupado.

—Ayúdame a escapar. Mi lapso aquí se cumplió y es hora de regresar a nuestras dimensiones.

Lo oí suspirar. Resignado quizá.

—Birmen no regresa hasta la comida, tenemos como dos o tres horas quizá. —insisti.

—Cada tarde los reyes pasan a entrenar en el jardín trasero y otros en el delantero y ¿adivina qué? —apenas lo dijo, maldije para mis adentros —, Birmen entrena en el trasero, justo por dónde escapó.

“No, no.”

—¿No hay otra forma? Enserio tengo que regresar, prometo lo que quieras pero ayúdame.

Se la pensó, incluso tomo asiento en la silla de Birmen, subió sus pequeños pies al escritorio. Estaba negociando.

—¿Lo que quiera? —La sonrisa que me propinó, fue un claro indicio de que si era Birmen su padre.

Asentí.

—Ok. Llévame a tu mundo entonces.

Decir que quede boqueabierta era poco, esperaba que pidiera dinero o algún desafío tonto, nunca que lo llevará al mío.

—Si se puede, entonces si — acepte. Ya sabría cómo hacer que fuera posible pero ahora ya tenía que irme.

Esperamos poco tiempo que se me hizo eterno, antes de tomarme del brazo, se fijo que nadie cuatodiara la entrada, entonces salimos. Casi corriendo por los pasillos burlamos a los guardias y no es que fuera o hubiera algún tipo de túneles, esque él ya se había aprendido los horarios de todos y por eso sabía quién y a qué hora estaba en que lugar.

Al llegar al pequeño jardín trasero, tal como lo dijo dos reyes practicaban y uno de ellos era Birmen quien entrenaba sin camisa…

Su destreza era magnífica, la espada que manejaba parecía un pincel para un pintor. Contra el que luchaba seguramente era su hermano y por supuesto que era bueno pero no se le comparaba.

Los Sin Sombra #ONC2024 (TERMINADA✔️)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant