CAPITULO 4

10 2 0
                                    

Cuando una persona es curiosa de nacimiento, la mayoría de las cosas que asustarían a los demás, a nosotros nos llena de adrenalina.

Me bastó un suspiro esa noche para acceder a su petición.

Con el tiempo jugando en nuestra contra, las presentaciones fueron cortas, y ahora ya sabía su nombre: Damelia se llamaba.

Bajo las instrucciones del libro y para lograr su cometido, yo, tendría que introducirme hacia dentro del espejo, donde con apenas poner un pie dentro de su mundo mi alma saldría a flote y entonces ella se introduciría en mi cuerpo yendo a mi mundo.

— ¿Lo tienes claro Damelia? — proseguía a explicarle el modo en que desbloquearía mi celular, como contestaria llamadas y lo más importante, como llegar a casa a través de Google Maps.

Resulta que jamás le había encontrado  tanto sentido a las fotos en los celulares hasta ahora. Le mostré  imágenes de mi madre,  del restaurante de la madre de Calett y de la señora Johnson. En cuanto vi que se había grabado la mayoría de las cosas supe que era el momento.

—¿Estas lista? —pregunte nerviosa y ella asintió.

Así como yo, ella también me dejó varias instrucciones para vagar por su mundo, porque eso haría. Vagar. Resulta que se las había ingeniado para pedir un permiso de una semana fuera de la celda en la que estaba confinada hasta que diera un "si" por respuesta al hijo del rey. Al haber desafiado al rey, esta había quedado excluida de aquel reino y para cualquier que se atreviera a ayudarla terminaría sentenciado junto a ella.

 Damelia, extendió su mano y yo, apoyándome de unas cuantas latas apiladas quede a la par que el espejo.  

—No temas —intentó calmarme.

No quería cerrar los ojos pero al final terminé haciéndolo cuando mi rostro rozó el frío espejo. Enseguida sentí un par de manos que me jalaban hacia dentro. Camine hacia dentro y en cuanto sentí la fría hierba, abrí mis ojos:

— Bienvenida a HellBack. El mundo de las sombras.

Siempre supuse que se debía al espejo los tonos grisáceos del lugar, pero ahora que ya estaba aquí... todo era igual y también el silencio. El pasto iba desde un tono café oscuro hasta gris y los árboles de grandes hojas eran grises. 

—Veo que estás asombrada pero no te asustes.

Estaba tan fascinada con todo que apenas me hablo volteé a verla.

—¿Qué? —con un gesto me indico mirar atrás de mi y al hacerlo observé mi cuerpo recostado. Durmiendo. Toqué primero mi rostro y estaba frío pero respiraba.

Contemple entonces mis manos translúcidas y luego mis piernas... Estaba desnuda... ¡Mi alma estaba desnuda!

Ni siquiera me dio tiempo de ir tras un arbusto para cubrirme cuando ya me había arrojado su camisón. Enseguida me lo puse.

—Escucha Argelia —me llamo —, el tiempo será diferente para ambas. Son tres días en el tuyo y quizá cinco en el mío. Cuídate por favor, no hagas locuras y lo compliques más. Si la marca duele sabré que estás en peligro y entonces vendré a verte. Ten —me dio el libro —Esto te ayudará, léelo.

Tome el libro en manos.

Esto ya estaba hecho, ya no había vuelta atrás.

Fui hasta mi cuerpo y cogí mi libreta y lápiz. Escribiría siempre que me diera tiempo.

—Confió ciegamente en ti, Damelio. —dije. —Mi vida no es como la tuya y te será fácil pero por favor elige a la persona correcta.

Mi dilema era ese. Conocía a la mayoría de ese pueblo y sabía que eran personas buenas y honradas que se ganaban el pan de cada día. Esperaba al menos que ella escogiera a alguien de fuera.

—Las dos tenemos todas las de perder si hacemos las cosas mal. Confía en mí, aseguraré el futuro de ambas.

Sin más tiempo que perder la vi arrodillarse frente a mi cuerpo y como si planeara darle un beso, la vi desvanecerse dentro de él.

Me causo pánico el ver mi propio cuerpo ponerse de pie y cruzar el espejo, supuse que solo se marcharía sin verme pero no, se despidió y se fue. Me acerqué lo más que pude al espejo y entonces la entendí, no podía cruzar, pero si pude verla usar el celular y perderse a la mitad del callejón.

Con el libro en manos, seguí la vereda de tierra que me indico. El bosque era silencioso y frío, no había canto de aves, ni rayos de sol. Los árboles estaban alineados perfectamente y de no ser por las marcas en algunos de ellos me habría perdido.

Después de lo que parecieron quince minutos finalmente vi las primeras chozas.
Tenía sed y esperaba que al menos alguien me diera un poco de agua, pero conforme avanzaba tanto los niños como los adultos se daban la vuelta ignorándome. En más de una ocasión intenté acercarme y todos salieron corriendo.

Al final, llegue a lo que parecía ser la cima de una montaña y desde ahí aprecie el tan grande reinó; lugar donde el "castillo" se encontraba justo en el medio de todo.

No era la más buena dibujando pero tenía que cartografiar el lugar. Saqué mi libreta y el lápiz y comencé.

Estaba cerca del final cuando sentí el impacto de una pequeña piedra en mi espalda. Las líneas de los últimos trazos quedaron sueltas e intenté seguir pero sentí un segundo impacto, entonces volteé.

No había gente a mi alrededor. Estaba sola, di un par de pasos y cuando creí que no era nadie escuché el susurrar de su nombre:

—Damelia.

Con la primera vez de experiencia, sabía que esto no era una broma, entonces tomé mis cosas y avance por dónde creí que provenía la pequeña voz. Llegué a un gigantesco árbol y entonces vi a un niño mirarme a lo lejos. Era delgado, cabello negro pero bien vestido.

No me atreví a hablarle, era mejor dar media vuelta e ignorarlo. Le había prometido a ella que no me metería en problemas y ese niño tenía todas las advertencias de ser una.
Más por el contrario me moví de mi lugar y solo lo observé; y él hacía lo mismo. Fueron minutos en los que permanecimos así. Mirándonos. Hasta que de pronto se acercó a mí y mirándome con detención me arrebató la libreta huyendo dentro del bosque.

—Ven —me llamo a lo lejos.

Cargando aún el pesado libro lo seguí hasta que tropecé con una raíz de árbol, haciendo que el libro saliera disparado en su dirección.

—Ladron —le solté. Intenté ponerme de pie pero el tobillo me dolía y cuando creí que no podía empeorar la marca empezó a doler.

—La he traído como pidió Rey mío —escuche decir al niño —, Me ha costado encontrarla pero veala aquí como prometí hermano. 

—Tu obediencia será pagada cuando sea rey. Ahora lárgate.

De reojo vi como aquel niño se alejaba dejándome a mí y aquí sea que estuviera mirándome.

—¿Has pensado en mi propuesta Damelio? —me soltó, —Te queda un mes y cuatro vientos. Estoy esperando tu respuesta.

Mierda.

De todas las cosas que podían pasarme no me esperaba encontrarme con el verdugo de ella. Quién por no aceptarlo su vida estaba condenada.

Me reuse a levantar mi rostro para verlo, y tampoco respondí.

Al ver mi actitud, soltó una risa al aire. Una voz  fuerte y cargada de eco.

—Empiezas a entender tu lugar —me desafío, y fue esa actitud la que me provocó irá. Entonces levanté mi rostro para verlo de una vez por todas.

Ella aseguraba nuestro futuro y si no quería que nadie nos descubriera, tenía que actuar como ella a toda costa...

Apenas lo vi, me eché para atrás, avanzando en contra la tierra.

Esto tenía que ser una puta broma. No podía ser cierto.

Frente a mí estaba el hombre por quién suspiraba y con quién esperaba casarme algún día. Solo que este tenía los ojos verdes y no marrones.

—¿Calett? —pregunte —¿Qué haces aquí?

Los Sin Sombra #ONC2024 (TERMINADA✔️)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang