Emiko termino de lavar los platos y dio un suspiro tranquila por esta tarde. Podia ver las diferentes hojas de los arboles moverse a grab velocidad por las fuertes corrientes de frio, las nubes nublando el cielo, gente tranquila caminando con sus abrigos esperando llegar a casa a refugiarse.
La mujer Yokai alzo la mirada hacia al techo, pues no hace unos minutos su hija Erma volo a maxima velocidad a casa y atravesó las paredes para volver a su habitación antes de que todo se silenciara y se calmara. Tenia la idea de que la niña fue a tomar otro abrigo por las fuertes corrientes de frío de este dia, lo que fue una idea tonta, pues a Erma le encantaba el frio en mas de un sentido, no teniendo problemas en lanzarse a un rio a nadar en pleno invierno, como si fuera lo mas normal del mundo para ella y para el resto de su familia, a excepción de Samuel y sus parientes.
Observo desde el rabillo del hombro a su esposo sentada en su mesa de trabajo, escribiendo una vez más su siguiente libro. Nunca fue aburrido ver la gran habilidad que el rubio tenia, incluso su manera de encontrar las palabras correctas para sus cada obra literaria que a la gente le gustaba.
Esbozo una sonrisa cariñosa al ver el gran esfuerzos y pasión que le daba a su trabajo, como tambien la atencion a ella y su hija por igual.
Termino de guardar los platos y volvio la vista a al techo, donde su hija lo atravesaba como si nada, con una sonrisa tranquila y feliz por alguna razon que Emiko desconocía, pero no fue algo malo si es que conocia a Erma lo suficiente para saber lo que hacía.
- Hola cariño, que estabas haciendo ahi arriba?
Emiko pregunto, llamando la atencion de su hija, recibiendo una señal de que estaba jugando y divirtiéndose con sus juguetes, lo que hizo a la mujer tener una leve sospecha sobre lo que hacia exactamente. Pero lo dejo pasar, Pues Erma ya era muy conocida por hacer cosas terroríficas a las personas sin infringir daño alguno, pero si algunos traumas que eran poco faciles de tratar, como su primera niñera que no termino muy bien el primer dia que la contrataron y que ahora tenia problemas que su familia estaba tratando de resolver.
Pobre de ella.
De todos modos, la mirada que Erma tenia le daba curiosidad. Era esta las pocas veces que se le veia asi, pues estar tan feliz y tranquila, era la misma expresión que tenia cuando asustaba a una persona conciente o inconsciente.
Pero era raro.
Erma no habia traído a ningun amigo a jugar con ella en ningun momento, ninguno de que ella se diera cuenta entrara a su casa o fuera traído de alguna manera terrorífica e ilógica que Erma tenia al menos la capacidad de hacer.
Nada de eso.
Entonces?
Viendo a su hija sentarse en el sofa a ver televisión, Emiko se le quedo viendo por unos segundos.
Que estaba haciendo Erma en su habitación?
Tenia que averiguarlo.
Era su responsabilidad como madre saber si su hija de corta edad estaba metida en algunas cosas extrañas o peligrosas que no eran correctas de ninguna forma. Si su pequeña estaba metiéndose con fuerzas que no podia controlar o incluso enterarse de cosas que era mejor no saber, tenía todo el derecho de intervenir para que ella no saliera lastimada o herida de ninguna forma.
Erma estaba viendo tranquila viendo su programa favorito, "la princesa guerra unicornio" con una gran sonrisa al ver a ma protagonista defender a todos del mal, inconsciente de la mirada de su madre.
Hoy seria una noche incomoda.
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