Capitulo 11

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- 'En las noticias de ahora, un niño de 8 desconocido se paro al borde de un alto edificio en el último piso. Segun los testigos, este joven habia estado dando saltos de más de 3 metros de altura por todos los techos de muchas tiendas, casas y muchos autos en su gran recorrido, alterando a los adultos y a muchos niños. Cuando llamaron a las autoridades para sacarlo de ahi, este niño desapareció sin dejar rastro. Lo que haya sucedido, no se obtuvo alguna pista de su paradero o incluso, algunos empleados del edificio confirmaron que el pequeño suicida no uso las escaleras o lo vieron bajar de ahí. Sea quien sea este individuo, por favor avisen a las autoridades de inmediato para un informe urgente'.

Samuel se quedó observando la escena grabada de diferentes ángulos, grabando a un niño que se le veia el rostro por la gran altura del edificio, pero que fue un descontrol para todos en la cuidad al ver algo así.

Pero ver a un niño hacer tales acrobacias y con esa gran habilidad y fuerza, era completamente inhumano y llegar a la cima de un edificio con tan solo meros saltos y a una velocidad alarmante, sonaba ridículo, si no hubiera sido grabado entonces no podia creerlo, aunque si habia visto de primera mano con su esposa diferentes criaturas, seres mitológicos y muchos monstruos de la ficción y que solo podían verse en los libros y televisión, esto era un poco diferente, escapando un poco de su comprensión.

Un simple niño no podia ser capaz de hacer tales hazañas, uno que para la humanidad actual era imposible y a la vez improbable que fuera a suceder.

Asi que ese chico era una especie de fenómeno extraño que salio de la nada y hizo todo un desastre en tan solo un dia.

Erma, quien se mantenía en la mesa de cocina metida en su libreta dibujando sus cosas, no se entero de nada. Muy distraída dentro de su propia mente e imaginación como para preocuparse por las noticias que su padre no ignoraba.

- Vaya... Un niño provoco todo esto? El mundo esta cada vez más raro.

El murmuro, mientras que veia que ya casi eran las 6.

Emiko aun no llegaba a casa, ya habiendo pasado horas desde que se fue y estaba empezando a preocuparse, no es que temiera sobre la seguridad de su esposa, ella era lo suficientemente capaz como para defenderse de matones, ladrones o asesinos o cualquiera ser humano.

Pero no sabia lo que podia haber sucedido o en lo que sea que haya metido, muy nervioso por evitar pensar lo peor.

Escucho la puerta abrirse, llamando la atención de padre e hija a la vez.

- Ya volvi...

La voz apagada, cansada y monótona de Emiko se hizo presente.

Erma dejo lo que estaba haciendo, queriendo ir saludar a su madre, con Samuel llendo a ver a su esposa.

Solo para detenerse en seco al ver lamentablemente estado de la mujer al llegara a casa.

Literalmente, cada centímetro de su cuerpo estaba sucio y cubierto de barro, su vestido blanco ahora lleno de rastros secos de tierra y lodo, el cabello negro desordenado y despeinado, cubierto de hojas secas, algunas ramas con rastros de polvo y humedad, su cara llena de raspones y suciedad, su mirada perdida y sin vida, su unico ojo visible habia perdido el brillo habitual que tenia, como si fuera alguna especie de cadaver que habia sido traído a la vida y que ahora habia vuelto a casa a castigar a los culpables de horrible destino.

Padre e hija vieron a la mujer con la misma expresión, completamente desconcertados y confundidos de por que la mujer estaba así.

Era como un tornado violento la hubiera arrastrado consigo y provocado todo ese desastre a su persona.

Una Yokai CelosaWhere stories live. Discover now