La segunda esposa: te amo hasta la muerte...

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La familia Bolena constituía el centro y el eje de la animada pandilla del rey

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La familia Bolena constituía el centro y el eje de la animada pandilla del rey. Eran más cultos, pero menos formales que los de rancio abolengo.

     La esposa de Thomas Bolena —Elizabeth Howard— tenía sangre mucho más azul que su marido, pues era hermana de Surrey, un soldado de rudas maneras, enemigo implacable de toda afectación cortesana y marido de una hija del difunto Buckingham, esta última católica ferviente y fiel amiga de Catalina. Enrique se sentía mucho más a gusto entre esta nueva clase, que junto a su mujer y a los amigos y servidores de ella.

     La familia Bolena ocupaba puestos en la corte. Se rumoreaba que Enrique había mantenido un romance con la esposa de Thomas cuando era príncipe de Gales y que por eso había nombrado al marido escudero suyo a los comienzos de su reinado.

     Lo comprobable es que sí lo mantuvo con María, la hija mayor. Cuando la muchacha se quedó embarazada —estaba casada con William Carey— el rey siguió disfrutando de la compañía de esta familia. Lo mismo cuando perdió el interés por la hermana mayor y se enamoró de la pequeña, Ana.

     Tanto María como Ana vivieron en Francia y estuvieron al servicio de la reina Claudia. Era natural que en un mundo como aquel, frecuentado por hombres fascinantes, su educación fuese bastante más liberal que en Inglaterra. Se decía que María era alegre por naturaleza y que se aficionó a intimar con los caballeros. Y que desde muy joven conocía la manera de atraer y de agradarlos. No sabía decir que no.

     Pronto la calificaron de lasciva porque se entregaba con facilidad. Francisco I, al referirse a ella más tarde, la llamó «mula». Su reputación quedó hecha trizas antes de cumplir los diecisiete años, pero lo que en realidad se le reprochaba era no haber sabido aprovecharse de los beneficios materiales a los que la autorizaba su casquivana conducta. Era desinteresada y tenía un gran afán por ser amada y esta debilidad le sirvió de ejemplo a Ana para ser más perspicaz e inteligente que su hermana.

     María regresó a Inglaterra, después de servir en la corte francesa, con los ingleses que regresaban de la fiesta del Campo del Paño de Oro. Su naturaleza apasionada y su fama de mujer liviana atrajeron las miradas de Enrique. Este no era amigo de grandes audacias ni de extremas aventuras en las lides del amor, de modo que la amistad con los Bolena facilitó su trato con María y entabló relaciones con ella poco después de que se casase con William Carey. Como recompensa por soportar con dignidad los cuernos le regaló un modesto empleo en el palacio. El romance con María duró hasta 1526.

     El padre de la joven, sir Thomas, se aprovechó de la situación al máximo. En 1522 Enrique lo nombró tesorero real y le otorgó después de la ejecución de Buckingham la administración de Tunbridge, la guardia de Penshurst y la mayordomía de Bradsted. Y no contento con esto en 1525 el rey le concedió el título de vizconde al mismo tiempo que le concedía los honores al hijo bastardo que había tenido con Bessie Blount.

     Ana Bolena adquirió una excelente educación. Primero en la corte de Margarita de Austria y luego en la de Francia, donde fue dama de honor de María Tudor, la hermana de Enrique VIII que estaba casada con el rey francés Luis XII. Más adelante fue dama de la reina Claudia, la esposa del sucesor de Luis, Francisco I.

LA ESPÍA DEL REY. Amor y traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora