El Tribunal

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Bueno, como a la persona a la que le quiero dedicar esto NO lee la historia, voy a escribirlo al principio así no se queja. 

Bueno, Ezequiel, te quiero comentar la pequeña gran obsesión con las ultimas palabras de las personas que tengo desde que leí Buscando a Alaska. Probablemente no lo entiendas, pero lo único que quiero dedicarte hoy, es algo que escribí sobre ese mismo libro que mencioné antes:

"[...] Que no haya dolor ni tristeza en tu frente/ en esta vida, morir no es nuevo/ pero vivir, por supuesto, es menos nuevo aún"

Espero que puedas entenderlo.

Te quiero.




29.

Las palabras de juez se sentían vacías en mi mente. Algo de compasión se entremezclaba en su cortada y oxidada voz al hablarme. Veía a Matt sentado en el fondo de la sala junto a Jason, ambos observaban el veredicto con cautela y miedo a su vez.

No deberían hacerme esto, ella se merece lo peor. ¿Solo en esto la justicia actúa como debería? De veras, ¿Trabajo comunitario? Suena estúpido. De cualquier forma, tendré que hacerlo si así se decreta. Observé al juez con detenimiento: su rostro, estando tan arrugado, quitaba cualquier expresión que haya podido haber en él anteriormente; sus ojos color negro se posaban en el abogado de Samantha para luego posarse en los míos y, por último, su voz temblaba al hablar, parecía que en cualquier segundo moriría de un paro cardiorrespiratorio.

-... Desde el incidente, han pasado 7 días completos. Junto a los testimonios de las personas presentes en el momento y lo que hemos analizado junto al jurado, mi veredicto es que, con el poder que el Estado de Nueva York me concede, la señorita Baldwyn Seabrook es totalmente inocente. -¿Qué? –Y, por ende, la parte denunciante puede ser gravemente sancionada del Estado por injurias hacia esta. Se cierra la sesión.

Todo sucedió en un pequeño microsegundo. Matthew tomó mi brazo e hizo que nos retiremos de allí sin más, mientras lograba observar a Samantha quejándose junto al Juez.

***

Recuerdo que, hace tan solo unos años, nos prometimos jamás hacerle daño a alguien que queramos verdaderamente. Pero, cuando lo vi allí sentado frente a la imponente ciudad, lo comprendí. Él jamás me quiso.

"El amor solo existe en los libros" ¿A esto se refería mi padre? Matt intentó ayudarme a mejorar y yo simplemente lo ignoré. Pero, Dios santo, creí que él sabía lo mucho que lo amo. ¿Cómo es posible que la misma persona que te hace sentir de lo mejor, haga que de un momento a otro que sientas que todo es un terrible error?

Verlo allí, junto a otra chica, fue lo más triste que me haya sucedido en mi estadía en Nueva York.

Sin hacer ruido, tomé mi maleta con decisión y salí de la suite.

Caminé hasta el aeropuerto con un cigarrillo en mi mano izquierda y la maleta en la derecha, todavía sin creer lo que estaba sucediendo, hasta que noté que Aaron estaba frente a mí.

-¿Taylor? –Parecía que no se afeitaba hace días- ¿Por qué lloras? ¿Dónde se encuentra Matthew? ¿Le ha sucedido algo? ¿Fumas? Estaba de camino al Hotel para contarles sobre algo que sucedió...

-Aaron, no quiero hablar sobre eso. He visto a Matt con otra chica y... déjalo, volveré a Miami a proseguir con el asunto de mi padre y Abby. –Él simplemente asintió y caminamos en silencio las calles siguientes para llegar al aeropuerto.

Sólo compré un boleto, luego encontraría a mi amigo en casa. El único pensamiento que no logré quitar de mi mente durante el viaje fue lo mucho que este verano me había visto llorar.

***

Desde que regresé, todo ha cambiado bastante. Mis hermanos se encuentran bastante ocupados y yo encontré un trabajo de medio tiempo como camarera en B&B –aunque verdaderamente no lo necesite, me distrae bastante-. Descubrí varias cosas sobre los Streamest: al parecer, Stella conocía al asesino de Abby –es una larga historia-, por lo que, estuvo involucrada en el crimen de su propia hija- y esto es muy morboso-. Aunque quisiese saber más, no tuve el tiempo suficiente.

También me planteé la decisión de que Matt no volverá a buscarme. Es decir, esto no es una película. Él NO regresará a las 3 a.m. a buscarme, diciéndome que se equivocó todo este tiempo, que me ama y nada cambiará eso. En la vida real, las personas no hacen eso. Pero, después de todo, él sigue siendo parte de mí.

Me encontraba trabajando en el turno de la noche en cuanto todo sucedió.

Él ingresó como esa noche. Con la misma expresión de satisfacción. Con la misma mirada de emoción y amor. Solo que, no conmigo. ¿Lo peor? Debía atender su mesa. Tomé todas las fuerzas posibles, y, junto con una bocanada de aire, caminé hacia allí. En cuanto me vio, todo lo que mencioné desapareció completamente y, sin decir más, se levantó y me apartó hacia un costado.

-Oye... te he estado buscando. –Buscaba algo en sus bolsillos mientras me hablaba –No quería demorar tanto en volver a Miami pero, uhg... -Sacó su móvil y me lo entregó.

"De: Aaron.

¿Eres estúpido, Matt? Dios santo, ¿Para qué me molesto en preguntarlo? Sé que lo eres. Y lo noté en cuanto la vi a Taylor de camino al aeropuerto, con el rostro empapado de lágrimas de dolor, tristeza y culpa. Ella acumulaba el dolor de todos estos meses sin convertirlo en palabras, sin convertirlo en acciones, sin convertirlo en nada. Pero no lo entiendes. No lo haces, porque si la hubieses visto allí, rota por el amor que no le has dado, llorando por TU causa, nunca te habrías quitado esa imagen de la mente. Te ama, idiota. Tienes que apreciar lo que tienes, el destino la quitará de tu camino y la pondrá en el de alguien más, entonces, sólo ahí será cuando notes lo que perdiste. Sé que te cansaste de esperar, lo entiendo, pero sabías lo mucho que ella te amaba.

Los ojos son la ventana del alma. ¿No? Deberías haber visto los suyos en ese momento, porque se encontraba destrozada.

Piénsalo.

Aaron."

Wow... nunca creí que Aaron pudiera escribir algo así. Matt comenzó a hablar con cautela:

-Mira, Tay. Creí que te encontrabas bien siendo solo mi amiga. Me dolió, de veras. Pero... Te amo, y ella no logra que deje de hacerlo. –Quitó su móvil de mi mano petrificada. Lo observé y unas pequeñas lágrimas corrieron por mis mejillas, pero, no pude hacer otra cosa que alejarme.

¿Por qué? Porque también lo amaba.

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Un Dolor InesperadoWhere stories live. Discover now