El funeral

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11.

El funeral comenzaba a las 14:30 p.m.

No logré conciliar el sueño durante toda la noche. A las 11:32 decidí que era hora de levantarme de mi cama. Intenté pensar en diferentes cosas pero lo único que se me ocurría eran vagas imágenes, creadas por mi mente, de mi amiga siendo asesinada brutalmente por ese hombre. Me vestí de negro y bajé lentamente hacia la cocina.

Jason se encontraba allí, con la mirada perdida. Vertió en una taza el poco café que quedaba en la máquina y me lo entregó. Ambos mantuvimos silencio respecto a lo sucedido durante lo que restaba de la mañana, apenas hubieron comentarios casuales sobre el clima o sobre Matt y Aaron. 

A las 12:56 recibí mediante un texto las condolencias de parte de Emma, Derek y Jake. Jason debía partir hacia la empresa, resulta que estaban a punto de quedar en bancarrota y en consecuencia estaban despidiendo empleados. Por lo tanto, me despedí de él y se fue.

Intenté controlar mis lágrimas y mis perturbadores pensamientos mientras pasaban las horas. Comencé a tener flashbacks sobre la noche en la que mi padre fue asesinado, –luego de lo que ocurrió con mi amiga estoy segura que fue un homicidio- y surgió un dolor inminente en mi pecho. Sentí que me sofocaba, como si alguien estuviera presionando mi cuello con sus manos. Logré sentarme en el suelo, todo daba vueltas. Mis manos y mis piernas no dejaban de temblar, las náuseas eran insoportables y el miedo terminó de apoderarse de mí. Ese hombre estaba libre en las calles, sabe todo lo que me daña o puede debilitarme. ¿Seré la próxima? ¿Será capaz de matarme?

Al cabo de 30 minutos de esos síntomas logré calmarme, en cuanto recuperé parcialmente la razón sobre lo que estaba ocurriendo intenté levantarme e ir hacia la cocina. Supuse que la falta de horas de sueño estaba afectándome, por lo que decidí tomar otra taza de café e ir luego de unos días al doctor si este malestar perduraba.

Antes de poder notarlo ya eran las 14:00.  Tomé las llaves del coche y subí. Comencé a tener nauseas de nuevo pero intenté contenerme.

Conduje lentamente hacia el velorio, no se encontraba lejos de mi casa pero simplemente no quería llegar allí. Aparqué a tres calles de distancia y decidí caminar para liberar un poco mi mente.

En el trayecto tuve un encuentro repentino –y algo doloroso- con Matthew, estaba con el paso acelerado caminando hacia el mismo sentido que yo y al pasar sin cuidado por mi lado, empujó fuertemente mi hombro. Me quejé y logré notar que se trataba de él.

-Lo siento, Taylor. – Suspiró luego de una pausa. – Esto me trae un poco alterado, es decir, sé que… Uhg.

-Lo sé, Matt. Se a lo que te refieres.

Me observó y una leve sonrisa se dibujó en su rostro. Sus ojos poseían un color rojo, probablemente por las lágrimas. Pero su notable satisfacción al saber que alguien lo entendía con solo verlo era inminente.

 Al llegar, la escena fue terrible, al menos 100 personas se encontraban allí –tanto de su familia como del instituto- es decir, sabíamos que Abby tenía amigos aparte de nosotros pero esto era excesivo. Al ver a su familia, me separé de Matt y abracé a su madre. Stella comenzó a llorar de nuevo y me disculpé con ella.

-No querida, esto no es tu culpa. – Afirmó entre sollozos. –Solo fue cuestión del destino.

Ambas nos despedimos luego de un largo abrazo y advertí que la sala en donde se encontraba el ataúd estaba vacía, miré hacia mí alrededor y nadie estaba directamente dispuesto a entrar. Por lo tanto caminé con el paso rápido y conteniendo mis lágrimas.

Un Dolor InesperadoWhere stories live. Discover now