Un dia a la vez...

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Hong Kong, China.. 10 P.M

Es increíble lo que pasa en tan pocas horas. Tener que salir corriendo de tu ducha para venir a ver qué carajos le hacen a tus pacientes.

Mi padre había puesto a mi favor seis practicantes y  cinco son un caos, hicieron estragos, se equivocaron múltiples veces. Ni yo cuando inicie mis practicas supe que era equivocarme.

Cuando alguien le gusta algo lo hace bien y estudia bien los casos. Pero no, todo lo contrario, tener que estar agitado en la entrada con estos cinco estúpidos practicantes por su estúpido error de no leer bien los nombres de cada uno de ellos.

Que les costaba comprender lo anotado en las hojas.

—No quiero más errores —no dije más. Mi voz ruda retumba en sus oídos, todo el hospital siente mi presión y se vuelve hostil el ambiente. Si, cuando me enojo soy otra persona.

Tener que lidiar con errores de otros que apenas están comenzando y más si no esperan a que este al frente es complicado

—Yamazaki, ¡¿Dónde carajos está?! —me exalte, él es mi hombre de confianza para dejar mis pacientes a su mando. El debió de dar instrucción. Las enfermeras y todo el grupo de asistencia de mi piso neuro, corrian como locos,  no solo por mi voz. Sino…

Corro a toda velocidad, y note a una joven encima de MI paciente dando reanimación, al menos una de los seis estudiantes tomó la iniciativa.

—Llévelos a quirófano ¡Ya! —di una orden mientras ella continúa reanimando, luego hablare con ella. Por lo menos ayuda a salvar vidas. A los demás los fulmino con la mirada—Ella me asistirá, los demás cuiden bien de los pacientes. Y que alguien ubique a Yamazaki. Lo quiero en lo oficina.

Si el maldito estaba cansado debió escribirme y yo relevarlo. Pero no, acepta todo lo que se le pide.

En fin

Iba corriendo con mi equipo. Mientras aquella chica no se inmutaba por lo que estaba pasando. Ni siquiera al ver que ya no estaba en la habitación del paciente. Este comienza a toser.

—No respira —susurro. —Necesito hacer una toracotomía —volvió hablar para ella. Arquee una ceja. Ella no… —¡Tubo torácico, ¡ya! Se nos está yendo —todos me miran. Los mire mal.

—¡¿Que carajos piensa hacer a mi paciente?!, ¡matarlo! No pienso hacer eso. Él no….

—¡Que carajos! Estoy tratando de salvar su vida. Un tubo ¡Ya! —ambos nos insultados con la mirada. Ella no sabía quien era yo. Una de las enfermeras decidió darle el tubo. La fina línea de mis labios distaba mi disgusto. Pero los ojos de aquella asistente pedía que lo intentase. Ella sin piedad le mete aquel tubo dando le paso a la sangre. Al sacarla, los signos vitales del paciente vuelven a normalizarse Todos suspiran y sueltan el aire reprimido de sus pulmones. La verdad…

Salvo al paciente.

Ella suspira con fuerza, y se baja de la cama, miró hacia los costados. Ya se dio cuenta que no estaba en la habitación, ya habíamos llegado al quirófano.

—¿Donde estoy?

—Bienvenida. Serás la primera en asistir me.  Mucho gusto soy el doctor Li. —ella se asombra y su cara automáticamente comienza a cambiar de colores, reí hacia aún lado. Carraspee mi garganta y la mire —No metas la pata, por favor.

—Si señor. Y siento lo de hace un momento, no fue mi…

—No te disculpes. Doctores como usted es que se necesitan. Señorita…

—Kinomoto Akiho. —me hace una reverencia. Me encamine a lavar mis manos, brazos, dedos. Me desinfecte y ella hizo lo mismo. Abrí mis ojos. Esta chica está bien informada. Por lo menos alguien que no me va a dar lata.

Todo debe ser perfecto.

….

Comenzamos a ponernos nuestros pijamas quirúrgicas, los guantes, Kinomoto se me queda mirando cuando me colocan los anteojos microscópico. Me le quedé mirando.

—¿Que pasa?

—Nada. —ella termina de acomodar todo. Se hace a un lado, me posicionó en medio con un paciente que yacía dormido y su cabeza sin cabello. Comienzo a revisar la herida. Algo andaba mal. Debido a que es por  un coágulo quedó encapsulado en su cerebro.

—Comencemos. Es un gran día para salvar vidas… —la miré de medio lado. Estaba bastante concentrada —, bisturí —comienzo a darle orden. Mientras procedo abrir su cabeza, despojar el hueso de su cráneo. Ella succiona la sangre que comienza a salir. Comencé a indagar todas las cavidades de su cerebro para encontrar aquel coágulo que se había quedado atrapado entre este

Pasado de hora y media, continúe sacando el coágulo. Reviso para que no quede nada de residuos mientras mi asistente seguía realizando un buen trabajo hasta que completamos dos horas y terminamos de retirarlo sin ningún daño y percance.

—Ciérralo —me quito del medio y la mire. Sus ojos brillas y bastante emocionada, comienza a dar órdenes en perfecta sincronía para terminar el trabajo

Primera vez que tengo una practicante así de buena … y bonita.

….

Al salir de aquella sala, les doy la orden para devolver a mi paciente a su habitación, no sin antes darle orden a la nueva asistente de supervisar a ese paciente.

Ahora su vida está en sus manos.

Me encamine a revisar a los demás practicantes y por fin estaban haciendo un buen trabajo. Al llegar a uno de ellos que estaba bastante emocionado hablando con una de las enfermeras, carraspee mi garganta atrayendo su atención.

—Un café cargado, ¡ahora en mi oficina!. —al pasar de tres horas, revise mi reloj, tres de la mañana. Ya había terminado de revisar como iba el movimiento con los practicantes y mis pacientes.

Por lo menos ya aprendieron como era el movimiento conmigo.

Me encamino hacia el elevador para ir directo al restaurante del hospital. Y sin pensarlo, se me había olvido aquella persona que se encontraba profundamente dormida en uno de los comedores. Le doy un fuerte golpe en la mesa asustando aquel ser insolente que dejó  a cargo a unos novatos de mis pacientes

—Xiao, que gusto verte. ¿Cuando llegaste?

—¿Tanto llevas aquí? —suspiré —, en fin, hasta realice una cirugía de emergencia, por culpa de un estúpido, que de hecho lo estoy mirando fijamente

—Ya. Ya, lo siento, me ganó el cansancio —hablamos por un buen rato de estupideces, hasta que llego Yue, bastante agitado.

—¡Ya estrenaste! —él bufa con fastidio.

—Para nada, son mis fastidiosos practicantes, pero tu padre quiere darle oportunidad a todo el mundo.

—Es lo bueno del hospital. —ambos se quedan callados, los mire con duda y cierto fastidio —¿Y ahora que les ocurre a ustedes dos?

Ambos señalan —Es muy linda —Yamazaki bufa.

—Esa mujer es bellísima, pero… ni la mires, su objetivo es otro. Ella lo dejo muy en claro, viene a superarse y superar a otros.

—Mmm, ¡con que es eso! —aun intriga más —No ha de ser novata en esto.

—Su familia maneja un hospital. Son dueños de una muy famosa en Japón.

No pregunte más. Ya que mi móvil sonó, mi madre me necesita. Me levante como si de un resorte fuera y corrí directo a la habitación del infante.

—Madre…

—Convulsiono. Su corazón no resistió, Hien no pudo controlar su ataque cardíaco. —hoy será una madrugada difícil para mamá y para la familia de aquel niño.

Que descanse en paz. —Hora del deceso —miró mi reloj. Nadie quería dar el ultimo adiós, así  que yo daré ese paso —4 30 am.

Un día a la vez. Descansa en paz.

.........

Una Terapia para la Vida. © (+18) [Trilogía De La Vida] Where stories live. Discover now