𝐪𝐮𝐢𝐧𝐜𝐞

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Jay volvió y se pasaron el rato charlando, riéndose y recordando cosas de su infancia. Era divertido en cierta forma, ver el pasado y ahora, lo que eran y lo que son, y el cómo las cosas cambian. Alrededor de las once y media, cerró los ojos y fingió haberse dormido. Jungwon suspiró, pese a que quería que Jay pasara las doce con él, para esperar su cumpleaños, entendía que estuviese exhausto. Así que se acomodó en el lado de la cama que daba a la pared, y volteó dándole la espalda a su novio.

Cerró los ojos y automáticamente se durmió.
Jay con sigilo, miró la hora en su celular. En diez minutos serían las doce. Se paró con cuidado, verificó si él estaba dormido, y bajó donde estaba su madre con el gran pastel que habían comprado. Prendieron las velitas, mientras Jay se guardaba la pequeña cajita en el bolsillo. El regalo de Jungwon. Su madre lo ayudó a subir con el pastel, eran las doce.

Abrieron la puerta de la habitación, prendieron la luz y cantaron el feliz cumpleaños. Jungwon despertó y sonrió al ver la sorpresa. Jay había planeado todo.

—Feliz cumpleaños lindo —dijo la madre de Jay mientras el sostenía el pastel, lo abrazó y le besó la frente. Ella era como una madre para Jungwon. No como su verdadera madre, ella se preocupaba mucho más que la bruja de su madre.

—Gracias, enserio te agradezco todo lo que has hecho por mí —dijo con una sonrisa.

—De nada, eres parte de la familia Wonie —dijo con una sonrisa. —Dame el pastel Jay, dejaré que felicites a tu novio —ellos se miraron y sonrieron automáticamente. su madre tomó el pastel. —Los espero abajo.

—Gracias mamá —dijo Jay. Él se acercó a su novio y lo rodeó en un gran abrazo. Cerraron los ojos, esos momentos debían sentirlos solamente.

—Feliz cumpleaños Wonie, solo quiero decirte que gracias por ser tú, gracias por darme una oportunidad en tu vida luego de todo el tiempo, y gracias por ser mi maravilloso y perfecto novio. Te amo —Jungwon sonrió, Jay lo miró a esos ojos marrones, le besó la frente, la nariz y los labios. Se rieron mientras se besaban, y se volvieron a abrazar.

—Gracias Hyung—susurró —Te amo, gracias por demostrarme que lo que realmente necesitaba estuvo siempre aquí —Jay le sonrió. Le entregó el regalo. Jungwon se mordió el labio nervioso. —¡No debiste!

—Sí debía. —dijo Jay. Miró ansioso a que sus manos abrieran la cajita. Entonces fue cuando sacó la pulsera. Era de plata, y traía varios colgantes. Un corazón, una gato, un pequeño microfono, un angelito y lo que más resaltaba debido a que llevaba un color azul verdoso perlado, eran dos letras unidas. Dos J. Jungwon sonrió con los ojos llorosos

—Amor es precioso. —Lo abrazó y lo besó, luego lo ayudó a ponerla en su brazo. Ambos sonrieron. —Gracias. —Jay le sonrió.

—Bajemos, mamá quiere comer pastel junto a Yunho —ambos rieron. Se tomaron de la mano y bajaron. Disfrutaron con la familia de Jay, todo parecía hermoso. Jay amaba verlo feliz y sonreír, era como si todo dependiera de Jungwon. Nunca creyó que podía querer tanto a alguien, siendo que era prácticamente un mocoso, pero lo amaba, como nadie.

—Bien, lo hemos pasado genial, mañana podemos seguir celebrando —dijo la madre de Jay divertida. —Buenas noches chicos.

—Buenas noches —dijo Yunho sonriendo.

—Buenas noches —dijeron Jungwon y Jay. Se pararon, se tomaron de la mano y subieron a la habitación. Jungwon se tiró en la cama con una melodiosa risa, Jay cerró la puerta mientras se quitaba la polera dispuesto a dormir, se quitó los pantalones, siempre dormía desnudo, aunque claramente no era la ocasión, o al menos parecía que no. Jungwon se levantó mientras se acercaba a Jay. Pasó sus dedos con cuidado por los magullones del cuerpo de Jay.

𝐔𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐔𝐑𝐅𝐀𝐂𝐄 ꩜ 𝐉𝐀𝐘𝐖𝐎𝐍 ᰔᩚ Where stories live. Discover now