Fue una total mierda para Jungwon, que su jefe, fuera su ex novio de la universidad, del cual, los únicos recuerdos eran malos.
● Historia de mi autoria, no se permiten copias o adaptaciones
● m-preg
● Jaywon
● No se busca asumir o plantear nada co...
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Desde aquella pequeña confesión por parte de Jay hacia Jungwon, las cosas habían cambiado un poco.
El primer día Jungwon había hecho lo posible por tratar de evitar a Jay, logrando casi su objetivo si no fuera por todas la veces que el mayor lo llamo con tontas excusas hacia su oficina.
El segundo día a mitad de su jornada laboral por el ascensor un repartidor con un ramo de tulipanes salió de este, buscando a Yang Jungwon, toda la oficina lo miro sin pudor alguno mientras los lindos tulipanes rojos eran puestos en su escritorio, junto con una nota en ellos.
"Los tulipanes rojos siempre han sido tus favoritos, ¿puedo volver a ser yo tu persona favorita?"
Ese día Jungwon miro de reojo a Jay por el cristal de su oficina con un evidente sonrojo, mientras el mayor fingía demencia acompañado de un libro, el cual estaba de cabeza, siendo falsamente leído.
El tercer día fue el mas tranquilo de todos, Jungwon disfruto de una mañana relajante y el resto del día fuera tranquilo, hasta que la tarde llego junto con una oficina vacía Jay llego con una gran rebanada de pastel acompañada de unas lindas rosas color naranja, dejando aquel detalle en el escritorio del mas bajo junto con una nueva nota.
"Las rosas naranjas representan dos cosas que tu siempre tendrás, el encanto y la belleza"
Jungwon quiso esconderse en ese momento.
El cuarto día las cosas cambiaron un poco, no hubo detalles, pero si muchos mensajes.
Por la mañana el pelinegro despertó con un mensaje en su bandeja de entrada.
"Buenos dias lindo"
Tres simples palabras hicieron que el corazón de Jungwon brincara en su pecho.
Las siguientes horas no fueron diferentes.
"Luces tan lindo cuando te ves tan concentrado"
"¿Sabias que un cisne elige una pareja para toda su vida?. Jungwonie, creo que me estoy convirtiendo en uno"
El quinto día el pelinegro se rindió, dejaría que Jay llevara acabo aquella jugada, y aunque lo dudara estaba siendo cada vez mas el perdedor de aquel juego.
El siguiente viernes un cansado Jungwon estiraba sus brazos en su escritorio mientras dejaba de teclear para tomarse un momento libre, observo la hora en su reloj de muñeca, eran mas de las cinco de la tarde.
