Sociedades Park - Jaywon

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Capítulo en su mayoría sunki <3

El pelirrojo dejó caer su mano sobre la fría mesa de cristal, era tarde, la madrugada era fría, y el ambiente lo era aún más, su corazón estaba teniendo tantas sensaciones los últimos días, que no sabía exactamente que pasaba.

Esa tarde, Jungwon tuvo su primer día de clases al volver a la universidad, así que Sunoo se ofreció a pasar por el una vez terminaran, pasaría una linda tarde de amigos; y así fue, el mayor se sintió feliz de compartir aquellos momentos una vez más con el pelinegro. Pero, cuando llegó a su departamento, y un japones lo esperaba medio adormilado, sonrió de manera inconsciente y su corazón dio un brincó gigante.

Habían pasados meses juntos, muchos, realmente.

La mayor parte del día, Ni-ki solía llamar o buscar a Sunoo, y si no era así, es porque ambos estaban uno a lado del otro. Sus mayores interacciones habían sido, caminar de la mano, una acción que era iniciada por el pelinegro, rozaba suavemente los dedos del más bajo, hasta tomar por completo su mano, siempre que lo hacía, solía decir la misma frase.

"Es que mi mano está fría, y las tuyas son muy cálidas, así que me ayudan a mantener el calor"

Sunoo, nunca, ni una sola vez, le creyó, pero fingió hacerlo, además de que nunca se negó a aquel acto, le gustaba sentir la sensación de aquel chico.

Una que otras veces, terminaron haciendo una pijamada en sus departamentos, lo que terminaba con ambos durmiendo muy abrazados. Al pelirrojo le pareció muy extraño la manera tan rápida en la que había confiado en el, al punto, de permitirle abrazarlo mientras dormían, pero una vez más, no le molestaba.

Ni-ki al principio fue un gran amigo que lo estaba ayudando a sobre llevar su corazón roto, claro, conocía las intenciones del japonés, pero, este nunca sobrepasó los límites, o lo mencionó. El pelinegro se encargaba día con día, de recordarte a Sunoo lo lindo que era, y aunque nunca hubo una declaración formal por parte del contrario hacia el más bajo, siempre lo invitaba a citas, le demostraba su aprecio a través del contacto físico, de miles de detalles. Y ahora, Sunoo estaba dejando de ver a Ni-ki como aquel amigo, y eso, era lo que lo estaba preocupando.

Tenia miedo de que Ni-ki le gustará, y una vez más, no fuera correspondido, algo tonto, por todas las señales del menor hacia él.

Paso tanto tiempo con el, tantas horas que lograron que su mente dejara de enfocarse en Jungwon, pata comenzar a hacerlo en Ni-ki.

— ¿Porqué estás despierto? — La voz grave del dueño de sus pensamientos, sonó por la oscura sala.

Esa noche, ambos, nuevamente estaban juntos.

— No podía dormir — No era una mentira, ya que, cada vez que el menor lo aprisionada contra su cuerpo, Sunoo se sentía nervioso, al punto de no poder pegar el ojo.

— Vamos, hace frío — el más alto extendió su mano, invitando al contrario a seguirlo.

Sonrió desde su lugar, tomó la mano del contrario, quien lo impulso a ir con él. Las dobles intenciones de Ni-ki se vieron reflejadas cuando tomó el cuerpo de Sunoo, abrazándolo por la espalda y dejando caer su barbilla sobre el pelirrojo.

— Me asustaste — Confesó en el bajito en un susurro, dejando una cálido aliento en la piel del más alto. — En unas semanas más es la boda de Won, y no tengo nada decente que usar, ¿mañana vamos a buscar algo?. Así podemos elegir algo que combine.

— ¿algo que combine?, ¿Quieres que yo vaya? — Sunoo lo miró algunos segundos, para después asentir.

— Claro, no dejarías ir solo, ¿o si? — El pelinegro negó.

— Solo, creí que no irías... ya sabes.

Durante sus primeras salidas, Ni-ki había, prácticamente, obligado al mayor a prometer que no tendría ningún tipo de interacción física con su mejor amigo, al menos, hasta que su corazón sanara por completo.

— Hoy estuve con Jungwon — habló, aun sin separarse del abrazo, pero, observando a los ojos al mas alto.

— Pero...espera, ¿eso significa? — Ni-ki mostró una expresión de total sorpresa, tanta, que Sunoo rió levemente.

— Ujum....no más corazón roto — sus pies se impulsaron hasta quedar de puntitas, plantando un suave beso en la mejilla del japonés. Cierto, de vez cuando solía suceder, un leve picó, en, la frente, mejillas o punta de la nariz, era un acto de cariño.

— Entonces. . .¿ahora tengo el camino totalmente libre? — Su voz fue un susurro, pero, con un volumen exacto para ser percibido por el más bajo.

— Siempre lo tuviste — sus propias palabras lograron que el pelirrojo se pusiera nervioso, escapando de los brazos del más alto — Vamos a dormir.

— Oye Sun... — a este punto, Sunoo le había dado la espalda.

— Uhm.

Giró su cuerpo, mirando nuevamente al japonés. Las manos del mas alto sobre su cintura lo sobre saltaron un poco, no tuvo tiempo de reclamar, cuando, sus labios fueron atacados de manera suave por el contrario, al principio, se quedó inmóvil, no sabía que hacer o como reaccionar, al cabo de unos segundos, cerró sus ojos, dejando llevar por la sensación suave, fresca y dulce de los labios de Ni-ki. Ambos belfos danzaban por primera vez juntos, se acoplaron tan rápido uno al otro, que sabía como sobre llevar el ritmo, era suave, y a la misma vez, lento.

Ambos maldijeron por la falta de aire en sus cu3rpos, obligando a aquel par de bailarines a separarse, dejando, un hilo de saliva en el camino.

— Vamos a dormir — Sunoo se encontraba tan perplejo que solo asintió ante las palabras de Ni-ki, caminando a su lado, mientras tomaba su mano.

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