8. No todo es bonito

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Drystan Bouffart

Su acercamiento, su consuelo.

La sentí tan cerca como antes, sentí a la Hazel de antes y esa manera de animarme para no estar triste.

Si así voy a conseguir más de ella me pondría triste todos los días solo para tener un poco más, agradezco que aún se preocupe por mi.

Escucharla hablar de sus libros, su escritura y ver cómo le brillan los ojos de tan solo hacerlo. Vale cada jodido minuto.

Para este entonces ya las clases han acabando me dirijo a la clase extra que voy a tomar como orden de mi padre y del instituto. No me hace ilusión hacerlos al menos estará ahí Hazel.

Caminó unos pasillos más para dar con el aula en la que estaremos asignados, ya hay un par de alumnos pero aún no llega el profesor.

No veo por ningún lado a Hazel, Chelsea no sé qué clase eligió. Repaso el salón viendo si conozco a alguien, no me había percatado que unas bancas más adelante está Bryana, ella voltea disimuladamente me hace un gesto con la mano y sonríe.

Saco mi teléfono para mandarle un mensaje de texto a mi amiga. Solo falta cinco minutos para que inicie. Supongo que me quedaré solo.

Por un momento creí que si vendría a esta clase, quizá se fue a otra con Chelsea.

Nunca he tenido problema para interactuar con los demás, hacer amigos siempre ha sido lo mío, soy tan hablador y extrovertido. Quizá sea porque soy modelo también porque he hecho muchas entrevistas o solo nací con la esencia de ser yo.

En cambio mi hermano Adrien tiende a tener un temperamento muy distinto al mío, es muy cortante o poco afectuoso. A los únicos que he visto que lo saquen de sus casillas o que logren que haga una broma son sus mejores amigos Sacarlett y Dominique.

Son tal para cual aquellos dos, agradezco que los tenga así no se olvida un poquito de la humanidad que posee. Conmigo es tan accesible y siempre me defiende de papá.
Gracias a él estoy aquí o probablemente estaría muy lejos de aquí y yo no hubiese vuelto a ver a Hazel.

No tenía suficientes agallas para volver pedir disculpas por no estar con ella, hubo veces que tenía tantas ganas de venir. Solo que no se pudo, sabía que ella no estaba aquí.

Tuerzo la boca por mis pensamientos, tengo que recuperar el tiempo con ella, el pasado ya fue ahora solo queda ver para delante y disfrutar el ahora.

Mi manager habló conmigo, este fin de semana llegará y tal vez la próxima semana este trabajando de nuevo como modelo. Estoy en Los Ángeles, es la ciudad de las estrellas tengo mucha fe en que me irá bien.
Tengo un currículum muy largo, he trabajado con muchas marcas reconocidas, una de mis favoritas fue con la marca Klein.

Trabajar con Elaine y su equipo fue genial, junto con Abigail Clark la modista más importante del momento.

He ido a muchas pasarelas, he estado en la semana de la moda en Milán. Es lo que me gusta hacer, nunca me arrepentiré. Me encanta mi trabajo.

—¿Estás triste? —su voz la calma con la que lo dice—. Lamento llegar tarde, Chelsea no se apuraba —señala a la rubia.

—Creí que no vendrías —admito—. Me complace saber que no me abandonaste.

Se sienta a lado mío.

Yo también quiero mi final feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora