Capítulo 02

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—Solo pido que me dejes probar
Esos labios rojos aunque sea
Una vez...

—Solo pido que me dejes probarEsos labios rojos aunque seaUna vez

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—¿En que pensas?—  Bangchan pregunto.

—No es en "Que"— Le respondí haciendo comillas con mis dedos —Es en quién— dije en medio de un suspiro al imaginar como se sentiría besar a ese lindo chico de la cafetería a ese rubio que es el personaje principal de la novela que se está reproduciendo en mi cabeza —Creo que estoy enamorado— confesé y Bangchan soltó una carcajada que me hizo dar un salto del susto.

—Mierda Chris, harás que me de un infarto— Dramátice llevando una de mis manos al pecho y sentir como este ya tiene taquicardia.

—¿Tú estás enamorado?—  Se burló y por dios ¿es tan difícil creer que me he enamorado? Ni que fuera un  Fucking bad boy o un play boy, he tenido una sola novia en la vida y eso fue cuando tenía catorce y me rompió el corazón la muy maldita.

—¿Que es lo gracioso? ¿Acaso no puedo enamorarme?— Respondí ofendido,  bastante ofendido por el comentario de mi mejor amigo.

—Claro que puedes enamorarte pero vamos, no me lo creo, eres el maldito Lee Minho, el hombre alérgico al amor, el hombre que hace una mueca de asco cada vez que alguien lo intenta
ligar— bueno es mi mejor amigo y me conoce incluso mejor que yo y sí, odiaba el amor pero eso fue antes de conocer al chico de la cafetería.

—En mi defensa eso fue antes de conocer al amor de mi vida, Chan tienes que conocerlo,  te juro que es el ser más perfecto que ha pisado el Fucking World, su cabello rubio cae en su frente, sus ojos son azules pero no un azul cualquiera es un azul precioso que no creo que exista en la paleta de colores, en sus mejillas hay preciosas pecas que lucen como si fueran estrellas talladas en su piel, como si su rostro fuera un lienzo el cual un artista uso su mejor talento y paciencia  para dibujarlo, su pequeña nariz lo hace lucir tan tierno, tiene un cuerpo perfecto, hay curvas y es un poco más bajo que yo y no me alcanzaría el tiempo para para hablar de lo perfecto que es ese hombre y sin mencionar que tiene unos labios gruesos que me provocan unas desesperadas ganas de besarlo y juro que podría tener un orgasmo solo con probarlos.

—Mierda amigo, la Flecha de cupido si que te pego fuerte, dios pareces un adolescente hablando de su primer amor y dime siquiera ¿Sabes su nombre?— Resople al recordar que los nervios y las ganas desesperadas por besarlo me impidieron preguntárselo, me perdí en su belleza que cuando regrese a la realidad él ya estaba cruzando la puerta de salida.

—No, pero estoy seguro que volverá a la cafetería.

—¿Como lo sabes?.

—Mi sexto sentido me lo dice.

—06:30 Pm— Él ha vuelto a Linos Coffe y joder ¿Cómo es que hoy se ve más lindo que ayer?

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—06:30 Pm— Él ha vuelto a Linos Coffe y joder ¿Cómo es que hoy se ve más lindo que ayer?.

—¡Hola!— me saludo y Shit, estoy a punto de perder el control y lanzarme al otro lado del mostrador y adueñarme de esos labios tan apetitosos. Mierda me siento como un maldito acosador pero es que es inevitable sentir las ganas de besarlo, juro que nunca había sentido esto que siento, mi pecho quema, mis manos están inquietas quieren tocarlo y mis labios pican por besarlo pero logro mantener el control, mañana seguro iré al terapeuta, no creo que esto que siento sea algo normal.

—Bienvenido a Linos Coffe
nuevamente— Lo salude regalandole una de mis mejores sonrisas —¿Que te gustaría ordenar ahora— El pareció pensarlo.

—Una rebanada de pastel de chocolate y un mocha helado por favor—

—Con gusto— Me sonrió y luego escogió una mesa junto a la ventana, lo ví acariciar las flores que estaban de centro de mesa, luce jodidamente tierno.

Creo que sintió mi mirada sobre él  por qué levantó la vista y sus ojos azules chocaron con los míos y no logré mantenerle la mirada ya que me sentí descubierto y rápidamente la aparte pero antes de hacerlo note que sonrió burlonamente y luego me di cuenta del por qué lo hizo.

Le había agregado demasiada crema batida a su café y la estaba derramando, volví a preparar un café nuevo y se lo lleve hasta su mesa, él lo recibió gustoso, le tomo un sorbo y luego me sonrió y agradeció.

—Si necesitas algo más, estaré detrás del mostrador— y una vez más no me atreví a preguntarle su nombre.

Besorexia (Minlix)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt