Capítulo 10

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—“El miedo de no ser aceptado
me carcome el alma”—

Sentí miedo y alivio al momento de que Felix dijo que ya sabían todo, sentía alivio por qué si ya saben sobre la besorexia y están aquí significa que nos aceptan con todo y nuestros defectos pero sentí miedo al enterarme que su madre era la psicól...

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Sentí miedo y alivio al momento de que Felix dijo que ya sabían todo, sentía alivio por qué si ya saben sobre la besorexia y están aquí significa que nos aceptan con todo y nuestros defectos pero sentí miedo al enterarme que su madre era la psicóloga a la que Hyunjin y yo visitamos cada mes desde que tenemos quince años.

Nuestros padres nos abandonaron en un orfanato cuando teníamos diez años, prometieron que regresarían por nosotros pero nunca lo hicieron, Hyunjin y yo esperábamos cada atardecer a que ellos vivieran por nosotros pero pasaron los años y ellos nunca regresaron, recuerdo que Hyunjin y yo soliamos tener muchas pesadillas en las noches, soliamos ver sombras paradas en la entrada y por esa razón nos asignaban psicólogos pero no nos sentíamos seguros hablando de nuestros miedos, nadie nos quería adoptar hasta que el señor Hwang y la señora Lee nos adoptaron, el señor Hwang adoptó a Hyunjin y la señora Lee me adoptó a mí, se supone que son esposos pero la verdad es que solo tienen una linda amistad,  ambos son homosexuales pero su familia es homofóbica así que tienen que ocultarse detrás de un matrimonio falso ya que también son funcionarios de prestigio y no se deben permitir un escándalo pero son felices después de todo.

El día que nos adoptaron nos llevaron con la doctora Lee y ella nos trató tan diferente, ella nos vio como los seres humanos que somos y no como unos niños que fueron abandonados como animalitos, nos trató tan bien que nos fue imposible no encariñarnos con ella, sabíamos que tenía hijos pero nunca los conocimos, nunca se dió la oportunidad de conocerlos ya que siempre que la veíamos era porque teníamos una cita médica, y saber que ahora estamos enamorados de sus hijos me causa inseguridad, miedo de que ella no nos acepte y piense que no somos suficientemente buenos para Felix y Yongbok, ella conoce cada pequeño defecto en nosotros, conoce nuestros miedos, nuestras debilidades, ella tiene gran poder sobre nosotros.

—¿En qué piensas cariño?— La dulce voz de Yongbok me bajo de la nube en la que había subido, lo tomé de las manos y las bese, el me sonrió y pude notar un sonrojo y puedo jurar que yo también enrojecí, es la primera vez que me dice así y joder, se siente tan bonito, quiero pedirle que sea mi novio en este momento pero también quiero que ese momento sea un día inolvidable para ambos así que debo esperar.

—Pensaba en que quiza a tú madre no le agrade la idea de que sus hijos estén saliendo con dos de sus pacientes— Baje la mirada como cachorrito con miedo a ser regañado, Yongbok se paró frente a mí, colocó sus manos en mis mejillas, su puso de puntillas y me besó, su beso me tomó por sorpresa e hizo que mi corazón se acelera más.

—Minho— Me miró serio—Ella sabe que nosotros estamos enamorados de
ustedes— Confesó

—¿Ella lo sabe y está de acuerdo?— Pregunté sorprendido, no esperaba que la doctora Lee estuviera al tanto de las relaciones amorosas de sus hijos.

—Claro que está de acuerdo, ella dice que ustedes son buen partido para nosotros, al principio no sabía que ustedes eran los hombres por los que lloramos muchas veces en su regazo y luego cuando le contamos que eran ustedes tuvo la osadía de burlarse de nosotros por no darnos cuenta que ustedes eran hermanos— Sentí que el peso en mis hombros se aligeró, me sentí feliz.

—Me acabas de quitar un peso de encima, pensé que ella no iba a estar de acuerdo con que dos gemelos con problemas mentales estén coqueteando con ustedes— Yongbok soltó una carcajada y dios, quiero que esa risa sea la que me despierte todas las mañanas para empezar bien mi día.

—Bien, ahora que todo está aclarado ¿Puedes... —Mordio su labio inferior con sus dedos acarició los míos y joder no puedo contenerme un segundo más, quiero volver a sentir esos dulces y suaves labios contra los míos, dejo una de mis manos en sus caderas y la otra la subo hasta su cuello, acaricié su cabello con mis dedos y como un maldito perro en celo me apoderó de sus labios y lo beso con tanto deseo que no sé, si es culpa de la besorexia o solamente me he vuelto adicto a sus labios.

Besorexia (Minlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora