Ella:
Andrea seguía discutiendo con Irene sobre quién tenía o no la razón, yo solo las observaba mientras permanecía sentada, no quería meterme en la conversación a pesar de que según Irene yo era la causante.
—Piérdete Irene— me perdí en la conversación, reaccioné cuando Andrea me tomó de la mano y me levanto de la silla, comenzamos a caminar juntas tratando de dejar a Irene atrás, pero de pronto sentí como me tomó del brazo y me jaló.
— ¡Todo esto es tu culpa!— me grito— De seguro le estás mintiendo igual que a mí, te conozco Elizabeth sé cómo eres, — me empujo por el pecho con su dedo índice — sé que inventas cualquier cosa para darte importancia, cómo lo que me escondiste a mí de Daniel, — la observaba en silencio tratando de tragarme todo lo que me decía y guardar la compostura — tú y Alex son iguales, tú me engañaste a mí y Alex engañó a Yésica así de fácil — ella estaba furiosa su cara se tornaba la cara roja de la histeria en la que estaba— ¿Acaso le creíste el cuento de que se equivocó de número cuando te envió el mensaje? — mire a Yésica que solo permanecía inmóvil tras Irene evadiendo mi mirada.
—¿De qué hablas?— pregunté incrédula sacando una pequeña carcajada de enojo
— Pues pregúntale a Yésica, Alex estaba con ella mientras te escribía a ti, Alex y Yésica eran novios mientras tú y él se veían…
— ¡Basta Irene!— la interrumpí y levante la voz, tomé un poco de aire para calmarme—yo ni siquiera sé de lo que hablas, últimamente creo que ni tú te entiendes, traté de arreglar las cosas contigo y no quisiste, quise por todos los medios de arreglar cualquier malentendido que hubiera entre nosotras y te negaste, te busque, fui a tu estúpida fiesta que solo era una trampa hecha por ti y por tu lamebotas — mire a la chica demasiado molesta— ¿solo para qué? ¿Cuál era tu objetivo? ¿Desde cuándo me odias tanto? —hice una pausa para no soltar en llanto— no vengas a hacerte la víctima y decir que yo soy la causa de tus males porque no es así. — me solté de su mano que aún me tenía sujetada del brazo — según tú dices que te oculté que Daniel te engañaba, que me burle de ti, que hable pestes de ti, que soy la peor amiga del mundo y por qué no dices lo que tú hiciste y guarde en secreto por ti, coqueteabas con Lucas estando aún con Daniel y no solo con Lucas ya se te olvidó a todos los chicos a los que les tiraste diciendo “Daniel no está aquí en este momento”. Yo siempre creí que tú y tu hermano eran completamente diferentes, pero veo que me equivoqué, son la misma mierda de persona…— me abofeteó interrumpiéndome, Andrea la empujó y yo la detuve no quería que esto se convirtiera en algo más grande de lo que ya era, mire a mi alrededor y vi a Daniel a unos metros de nosotras con una rosa en la mano, había escuchado todo.
—Daniel yo…— hablo Irene tratando de excusar todo lo mal que había hecho pasar a Daniel estos días, él se acercó a ella y le entrego la rosa.
—Adiós Irene— se dio media vuelta y se fue.
—Vámonos— Andrea y yo comenzamos a caminar tras Daniel dejando a Irene y la otra tipa atrás, no logre alcanzarlo, necesitaba disculparme con él, por haberle ocultado todo lo que Irene hacía, con el sí me siento una pésima amiga.
—Creo que se fue — dijo Andrea observando por el estacionamiento, me sentía una mierda de persona por lo que acababa de suceder, nunca imaginé que pasaría esto con Irene, sentía un nudo en mi garganta que ya no pude soportar así que sin pensarlo lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos — pobre chico, comprendo como se debe de sentir, estúpida Irene, vamos a casa antes de qué… No… No llores y menos por ella— se acercó a mí y limpio mis lágrimas—basta ella no merece tus lágrimas, sabíamos que esto algún día pasar, viéndolo de esta perspectiva Irene nunca fue buena amiga y siempre te lo dije ella es una envidiosa, no sé últimamente, pero antes de irme siempre quiso lo que tú tenías, así que tranquila que ahora me tienes a mí — me sonrió, Andrea siempre fue así, me defendía cuando lo necesitaba, era como la hermana mayor incondicional que todos queremos.
—¡Elizabeth! ¿Estás bien?…— apareció Alex con cara de preocupación a tratar de abrazarme, Andrea se interpuso y lo empujo haciéndolo retroceder.
—¡Alto…! ¡Detente Batman! No puedes acercarte así a un par de chicas solas por la noche, te puedo denunciar por acoso o más fácil, esto lo arreglamos aquí mismo, llevo 6 años de mi vida estudiando y practicando el judo, así que si no quieres morir lárgate extraño.
—Andrea…— la tomé del brazo y ella se soltó.
—Espera Liz, hoy en día hay muchas personas locas, aléjate esto se pondrá sangriento.
—Andrea… — me acerqué a su oído — él es Alex— le susurré
— ¡Oh! Ese Alex… El Alex del que me hablabas, el amor de tu vida— asentí y ella recuperó su postura con una gran sonrisa — Hola Alex, soy Andrea, una vieja amiga de Elizabeth.
