Capítulo VIII.

940 199 43
                                    


En el capitulo anterior. 

Que cliché fue lo que pensó Felix cuando Hyunjin le indico que salieran del auto, lo dirigió en silencio hasta un gran portón negro en donde dio dos golpes con los nudillos y una pequeña rendija fue abierta dejando ver apenas los ojos de un hombre.

—Señor Hwang —casi jadeo el hombre de la puerta.

—Abre, traigo al jefe.

Felix respiro hondo y desenterró la dureza y el valor que tanto había escondido dentro de sí. Al cruzar ese portón ya no será solo Felix, sería el jefe y debía actuar como uno.  

El portón fue abierto inmediatamente con un característico chirrido evidenciando que le faltaba engrasar, fue precisamente eso lo que Hyunjin le ordeno hacer al guardia que custodiaba el portón al ver la mueca molesta de Felix ante el sonido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El portón fue abierto inmediatamente con un característico chirrido evidenciando que le faltaba engrasar, fue precisamente eso lo que Hyunjin le ordeno hacer al guardia que custodiaba el portón al ver la mueca molesta de Felix ante el sonido.

Hyunjin lo guio por un largo pasillo medianamente iluminado dentro de ese frio lugar en donde casi se podían oír correr a las ratas, al fondo se podía escuchar también un murmullo multiplicado al menos por veinte, Felix distinguió perfectamente las voces masculinas.

—Antes de entrar allí hay cosas que deberías saber —advirtió Hyunjin deteniéndose un momento haciendo que Felix le imitara —Hoy la reunión es con unos singapurenses.

—Los que desean asociarse para levantar una fachada para lavado de dinero ¿no? —Consultó Felix más bien como simple retorica —Su verdadero objetivo no es Corea, sino que Japón, específicamente Shinjuku ¿no? —Hyunjin lo miro casi boquiabierto —Si vas hacer esa cara cada vez que según tus expectativas digo algo medianamente inteligente entonces la gente sabrá que no confías para nada en mí, Hwang.

—Tus hermanos; Chan, Jisung y Seungmin confían en ti, eso ya es bastante precedente como para hacerlo yo también. —dijo siguiéndole el paso.

—La creencia de los demás no vale nada si no puedes comprobarlo por ti mismo. De todos modos estamos a mano ya que yo tampoco confió lo suficiente en ti. Eres positivamente sospechoso porque no te conozco y además me miras como si quisieras estrangularme con cada palabra que sale de mi boca —Hyunjin si lo había pensando en par de veces durante el trayecto pero las mismas veces esas ganas asesinas terminaron en fantasías sexuales y ahora todo estaba mal en su cabeza.

—Tus hermanos confían en mí, llevo nueve años trabajando para la familia Lee.

—Para mí eso no significa nada. Si obligadamente tendremos que convivir entonces que cada uno se gane el respeto del otro, es lo justo ¿no? —Hyunjin dudo un poco pero finalmente asintió, era justo —No pretendo que me adules solo porque mi apellido es Lee o porque mi padre me puso a la cabeza de toda esta organización.

—Como usted desee, jefe. —Felix asintió con la cabeza e iba a continuar con sus pasos hacia los murmullos en una habitación iluminada al final de ese pasillo pero Hyunjin lo detuvo. —Espera, antes de que entres allí toma esto — saco de detrás de su espalda un arma —Espero que no tengas que usarla pero siempre hay que estar preparados.

El Imperio de Apolo - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora