Capítulo 12: Con calma y salitre

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Odalyn se encontraba acostada sobre un manto de flores blancas en un claro rodeado de bosque, observando el baile de las nubes con el sol en el cielo.Sentía una paz y una tranquilidad que hacía tiempo no sentía. Se sentó lentamente y se recostó sobre sus piernas. Y se quedó acariciando los petalos de las flores mientras oía el canto de los pájaros que habitaban el frondoso bosque. De pronto, un petirrojo se posó frente a ella y dando saltitos se fue acercando con curiosidad mientras piaba y observaba a la muchacha.

Odalyn se quedó observándolo, le parecía un pajarillo de lo más simpático, parecía que intentaba decirle algo mientras piaba y daba brinquitos. Entonces, el petirrojo empezó a graznar gravemente y Odalyn se estremeció asustada, el petirrojo empezó a mudar sus plumas, su pico creció y se ennegreció, sus patas cambiaron también, dándole un aspecto monstruoso al petirrojo que de pronto cambió todo el tamaño y plumaje tornándose oscuro e imponente. Ante ella, se encontraba un cuervo que la miraba desafiante y agitaba sus alas a la par que emitía unos graznidos casi insoportables. Odalyn se llevó las manos a sus orejas para lograr mitigar el sonido chirriante y estridente que emitía el pajarraco. Cuando sintió sus manos húmedas, al mirar sus manos se dio cuenta de que estaban cubiertas de sangre. Una gota empezó a acumularse en uno de sus dedos y al caer sobre una de las flores blancas el color rojo se extendió a toda velocidad por el resto de flores como si de un virus pandémico se tratase. Odalyn observó perpleja la escena, todo parecía ir bien ... Miró hacia el cielo y las nubes se habían vuelto una masa gris oscura que ocultaba el sol sin piedad alguna.

-¿Qué está pasando...?- dijo Odalyn asustada y casi temblando.

Las taigas que antes emitían un sonido crujiente por el movimiento de sus troncos balanceandose al viento, pararon en seco de comunicarse entre ellas y la brisa, parecían cautas y temerosas por algún motivo que ella no entendía.
Entonces, un gruñido feroz y ensordecedor tronó en medio del silencio absoluto de los árboles, haciendo que el cuervo echase el vuelo asustado y graznando. Odalyn se giró hacia donde venía el gruñido, pero poco después se volvió a oir detrás suyo. Volvió a girarse una y otra vez, desconfiando hasta de su sombra, totalmente nerviosa y asustada.Cuando se sintió observada desde su nuca, nuevamente se giró, para encontrarse entre la sombra de los árboles unos ojos encendidos por el fuego feroz e intimidante de la ira que poco a poco iba avanzando hacia ella. Odalyn quería gritar, echarse a correr; pero la parálisis de su cuerpo provocada por el miedo se lo impedía. Solo podía quedarse mirando entre temblores y sollozos. Esos ojos tan aterradores estaban cada vez más cerca y mientras gruñía, ella sabía que había llegado su fin.

-Odalyn...- Escuchó que alguien la llamaba, esa voz ruda y a su vez preocupada que se oía a lo lejos le resultaba familiar.-Odalyn...

Einar se encontraba sobre Odalyn, sacudiéndola y llamándola por su nombre preocupado. Hacía rato que la chica se revolvía en el suelo de la bodega del barco y lloraba desesperadamente mientras parecia que estaba llorando.
Odalyn finalmente abre los ojos y entre sollozos y ansiedad se revolvía en el suelo y daba manotazos a Einar.

-Tranquila... Ya pasó... Ya... Soy yo Einar...-dijo preocupado ante la situación, Odalyn se veía realmente asustada y desesperada.- Por las barbas de Odín, Odalyn, tranquilizate, vas a hacerte daño... ¡Vaya fuerza que tienes...!

Odalyn se empezó a tranquilizar y abrió los ojos, Einar le miraba con cara de preocupación mientras le presionaba los brazos contra el suelo y con sus piernas atrapabablas suyas para obligarla a estarse quieta y evitar que se hiciera daño.

-Einar, estoy... Estoy bien ... Gracias.- Dijo Odalyn pausando por lo difícil que le resultaba respirar a causa de la hiperventilación que le causó el ataque de ansiedad.

-¿De verdad que estás bien?...- dijo Einar preocupado.- Cuando la tormenta empezaste a murmurar palabras sin conexión alguna, yo te llamaba, te sacudí incluso. Me miraste con los ojos vacíos como si tú espíritu estuviese más allá de Midgard... Seguiste caminando y levantaste la trampilla de la bodega del drakkar y te metiste cerrando la trampilla de nuevo, me quedé mirándote embobado, la verdad, me preocupó muchísimo así que te seguí. Cuando estaba dentro contigo estabas de pie, mirando hacia la pared que tenias enfrente y seguías murmurando palabras, no recuerdo bien cuáles... Fue impactante. De pronto, te caíste al suelo en un sueño profundo y luego esto, convulciones y lágrimas...

𝕷𝖚𝖋𝖙𝖘𝖕𝖊𝖑𝖎𝖓𝖌Where stories live. Discover now