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—Gia.

Gia abrió los ojos y se incorporó. Palpó la pared y fue gateando hasta casi chocar con la puerta.

—¿Daniela?

—Sí. ¿Cómo estás? Yoongi se ha ido y he bajado antes de que llegue Taehyung a buscarte. ¿Qué pasó ayer?

—Perdí un poco los nervios, Daniela. Levanté la voz y grité. Me cuesta mucho lidiar con su frialdad, desearía que fuera más cálido conmigo, que me quisiera…

—Pégate a la calefacción. Está a la derecha. La encendí para que esté más caliente ahí dentro. Es una habitación que apenas se usa.

Gia gateó hacia su derecha y se apoyó contra el cálido radiador. Tenía los pies helados.

—¿Qué hora es? –preguntó.

Daniela pareció moverse y respondió:

—Las seis y media de la mañana.

—No tardará en venir.

—Lo sé, por eso he bajado antes.

—Daniela… Me he enamorado como una idiota y por eso meto tanto la pata…. Se cansará de mí.

—No digas tonterías. Si Tae tuviera alguna duda ya te habría mandado para casa. Lo que pasa es que es un hombre frívolo y distante.

Gia suspiró. Se tapó las rodillas con el camisón y apoyó la cabeza en ellas.

—A veces parecía que me quería… Soy una tonta.

—Escucha. Te voy a decir una cosa. Conozco a Taehyung desde que era una cría y jamás había metido a una mujer en su casa. ¿Crees que no lo intentaron más de una vez? Pero por alguna razón a ti te aceptó. Puede que sea como una piedra pómez en determinados momentos, pero supongo que para un tipo como él también es difícil lidiar con algo así. Ten un poco de paciencia y no te aferres a los plazos habituales. Hazme caso. Yo pasé por eso. Gia…

—Sí…

—Los que lo conocemos notamos un cambio. Él se preocupa por ti.

Daniela se volvió de golpe al oír la puerta.

—Voy a subir. Ya llegó.

Taehyung abrió la puerta y Gia parpadeó para adaptarse a la luz. Su figura titánica parecía aún más grande. Lanzó una bolsita de mano y se volvió.

—Ahí tienes tu ropa y tu neceser. Sube a ducharte y a desayunar. Te vas a clase.

Hizo lo que le ordenó y se fue directa a un aseo acompañada de Daniela. La mujer le entregó dos toallas y le guiñó un ojo con complicidad.

Cuando bajó a la cocina Taehyung hablaba por teléfono junto a la ventana y Daniela se peleaba con la tostadora. Se sentó frente a la mesa y se bebió el café. 

Taehyung pasó al lado de Daniela y le robó una tostada. Ella le dio un suave empujón y fue hacia Gia que no dejaba de observarlos. Ver actuar a su señor de un modo que no fuera el de un dictador era extraño…Daniela se inclinó un poco y susurró.

—Tiempo… Date tiempo…

Se fue hacia Taehyung y le entregó un café. Este se quedó sin manos y tuvo que apoyar el móvil en el hombro. Se metió media tostada en la boca y apuntó algo en una servilleta de papel.

Cuando colgó, se guardó el móvil, se chupó el dedo y miró a Gia.

—¿Dormiste bien?

Ella negó con la cabeza. Taehyung asintió.

OBEDECE [KTH+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora