Prólogo

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Kim Donghyuck a sus cortos 12 años aprendió que no debe recibir “dulces” de extraños, ese pequeño error casi le cuesta la vida, pero con la ayuda de sus amigos nunca volvió a estar solo ni cerca de aquel chico que le había visto llorar y en un intento por “calmarlo” le había ofrecido aquella pastillita colorida, si bien Hyuck debería de odiar a aquel sujeto, pero cómo hacerlo si este había sido de lejos su primer flechazo; después de que el terminara en el hospital por dicho evento, supo que aquel chico se llamaba “Lee Minhyung” mejor conocido como “SKY” y era un dealer…un narcotraficante de 16 años, al cual arrestaron en su intento de huida. 
Mark estuvo en la correcional de menores hasta que cumplio los 18, no fue a la cárcel solo por buena conducta, no volvió a vender drogas, por los problemas que eso le generó, muchos estuvieron en desacuerdo, lo llegaron a chantajear y golpear, pero no dio su brazo a torcer, nunca podría olvidar el rostro de aquel niño cuando se intoxico con “Cherry” (fentanilo), sus labios azules y casi viendo que dejaba de respirar, el solo quería que dejara de llorar. 
Pero nunca abandonaría las carreras clandestinas y eso ayudó a que no lo mataran los narcos para los que llegó a trabajar, y como le caía bien al líder lo dejaron ser mientras pagará su deuda ganando carreras y así fue por varios años, a sus 25 años tenía una Ducati Diavel y un Ford Gran Torino GT

Quien diría que fuera en una carrera donde se encontraría con aquella criatura que le causó tantas pesadillas por muchos años, convertido en todo un angelito…pero uno que no lo dejaría dormir por motivos completamente distintos.

Ambos venían de mundos diferentes, pero sus caminos se cruzaran de múltiples formas queriendo que consuman algo, este podría ser un paraíso o el mismísimo infierno, solo el tiempo lo diría.

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