Talk tonight: Simón x Andy

680 87 14
                                    


Simón nunca supo nada de flores, nunca compro para nadie,no sabia de colores, ni de fragancias,solo necesitaba que sean dulces,que trasmitan calidez y ternura,porque eso era lo que él queria trasmitir,pero no sabia como hacerlo con palabras.

Las flores hablarian por él.

Andy estaba agotado.
Habia sido una noche de mierda, como tantas otras,pero tenía algo de particular,
Habia bebido demasiado,y ahora la cabeza era un infierno, le daba miles de vueltas,pero no podía dormir,se sentía inquieto.

Anoche con Simón las cosas se habían puesto algo extrañas,bailaban y jugaban entre si, como siempre, sin embargo,por accidente sus labios se habian rozado, nada importante y que no sea motivo de risas.
Pero algo se produjo en su interior,algo se despertó o al menos asi se sentía y eso lo estaba asustando, Simón era como un hermano,pero él sentía cosas y cada vez parecía ser peor.

●●●

La puerta sonó y él arrastro sus pies sin muchas ganas, no tenia ganas de ver a nadie.
Pero lo hizo de todas formas, no sabia demasiado decir que no ó fallarle a los demás.

En cuanto abrió se arrepintió un poco de hacerlo.
la llegada de Simón siempre era algo alegre, pero había estado pensando tan intensamente en él que verlo le ponía nervioso

-hola...¿todo bien?

-si, bien-dijo Simón escondiendo el ramito detrás de su espalda-...¿tenés mi remera?-preguntó sintiendo su corazón desbocado, estaba terriblemente nervioso

-¿que remera?

-te preste una anoche...vomitaste sobre la tuya...

-¡cierto!,la tengo,si, pero tengo que lavarla...¿que es eso?-preguntó intentando ver lo que su amigo escondía

-son...flores...para vos- respondió Simón, notando sin poder hacer nada, que sus mejillas se ruborizaban.

-¿para mi? ¿porqué?

-no sé, sólo...sentí que quería...es decir, no sé, es estúpido ¿no?

-no, es muy tierno...¿me las vas a dar?- preguntó con timidez; se sentía sorprendido pero por algún motivo, feliz, tal vez las cosas no habían cambiado sólo para él, después de todo.

Simón le entregó las flores y ambos pasaron al departamento.

Intentaron seguir con sus rituales de siempre ignorando el hecho de que anoche casi se besaron.
Ignorando el olor dulzón que emanaba de las flores.
La tensión era demasiada.

-anoche...fue un poco raro ¿no?-murmuró Andy tomando aire en cada palabra, se moría de miedo pero no podía soportarlo más.

-si, estábamos muy borrachos-respondió
luego de un momento, desviando la vista,nervioso.

-yo no estaba borracho-dijo él, obligándose a mirar a su amigo y mantener la vista, sentía su cuerpo como anestesiado.

-casi chapamos, claro que estábamos...

-me gustas mucho-le interrumpió, estaba cansado de guardar eso para él mismo.

acarició lentamente con el dorso de su mano la mejilla de Simón, quién cerró los ojos para sentir en profundidad esa caricia delicada.
Se sentía como entre las nubes.

Andy se acercó lentamente hasta su rostro pero se detuvo justo pocos centímetros antes.

-me muero de ganas de besarte, ¿me dejas?- preguntó en un susurro, con sus narices pegadas es una exquisita unión.

Simón no respondió, solo acercó sus labios a los de Andy y comenzó a besarlo él, tal y como deseo hacer la noche anterior.

El beso suave y profundo, acompañado con delicadas caricias, les indicó a ambos que aquéllo estaba bien, que no debían demostrarle nada a nadie, que podian ser amigos y algo más, o no, solo el tiempo lo sabria.

Pero durante el beso, el tiempo dejo de existir, pronto dejaron de ser dos, y fueron uno.

Un puñado de papel con palabras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora