I wanna be yours: Matias x Pipe

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Matias estaba duro.
Su pene chocaba contra el del otro chico en unos movimientos freneticos.
Estaban excitados, habian estado bailando juntos un buen rato, pegados, sintiendo el sudor ajeno, sus bocas se habían encontrado y casi que se mordian con desesperación, habian decidió continuar aquéllo en el baño del lugar.
Las manos del otro sujeto estaban sobre su culo, apretandolo y provocando que ambos queden más y más pegados, devorandose con desesperación.
Entonces, unas manos grandes abrieron la puerta del cubículo y sujetaron el cabello de Mati con firmeza, separandolo del otro chico

-te dije que cuando esta tu papi, no podes estar con nadie

-perdón papi- dijo él, aún agitado y asustado.

Felipe era; desde hacia algunos años atrás, su sugar daddy.
El trato era simple, se veían, Pipe lo llevaba a pasear, le compraba cosas, la pasaban bien, a cambio de un momento de placer mutuo.

-perdón papi, me estaba divirtiendo-, se disculpaba Mati ya dentro del auto. Habían salido a bailar juntos, pero Pipe no bailaba y él solía perderse por ahi, pero esta vez habia llegado muy lejos.

Al llegar a la casa de Felipe, este se sentó en la cama, y mientras se quitaba el saco y aflojaba la camisa blanca, ordenó a su chico a desvestirse completamente y despacio, para disfrutarlo.
Mati, quien no era tan elegante, se quitó las zapatillas con sus pies, bajó sus jeans, su boxer, y por ultimo la remera que llevaba, quedando completamente desnudo.

Felipe le indicó que se sentara sobre él, quedando frente a frente.
El chico obedeció, y rápidamente comenzo a darle besos sobre el cuello, rozando la camisa, pero Felipe lo apartó de un tirón de cabello, mirandolo serio y fijo.

-nada de besos, estoy muy enojado

-perdón papi

-¿porque te portas mal con papi?

-perdón, me divertía

-sos un nene malo, papi te compra alcohol, te compra ropa, te lleva a pasear, y ¿haces eso?

-lo sé, me porte muy mal, necesito aprender ¿no?

-si, y papi te va a enseñar, esto-dijo Pipe, tomando con una mano abierta los genitales de Mati, provocandole un gemido-es de papi, de nadie mas que de papi, nadie lo puede tocar, no se lo podes mostrar a nadie, no te dejo, ¿entendes?

-si, papi-jadeo él, ansioso sabiendo lo que se avecinaba.

-y esto otro-continuó, tomando ahora con ambas manos el culo de Matías, apretandolo-esto también es mío, lo uso yo nada más, como y cuando quiero, y si queres compartirlo con alguien, me pedis permiso a mi y yo decido si lo haces o no, ¿de acuerdo?

-si papi, perdón

-¿de quien sos?

-tuyo, papi, soy tuyo

-muy bien, asi me gusta- Y entonces se levantó de la cama, dejando a Matias a un costado.
Se dirigió a un mueble en donde guardaban los juguetes y demás cosas que usaban y extrajo de allí unas esposas de cuero negro y una paleta, de cuero también, color rojo, en forma de corazón.

Mati, quien era un buen sumiso, inmediatamente junto sus muñecas en su espalda, listo para ser esposado.
Pipe tomó ambas manos entre las suyas, y las besó tiernamente.
Pasó sus labios sobre los delicados dedos ajenos, suave, con ternura.

Luego, colocó ambas esposas en cada muñeca y las ajustó.

-¿esta bien así?

-si papi

-bien...bueno, vamos a jugar un poco, voy a azotarte, ¿sabes porque?

-porque me porté muy mal

-asi es, y tengo que corregirte, quiero que te acuestes sobre mis piernas y pares bien el culo para recibir tu castigo, ¿de acuerdo?

-si papi

Mati hizo lo que se le pidió sin demorarse.
Pipe entonces tomó la paleta y comenzó a pasarla por el culo ajeno, despacio, como acariciando su tierna carne.

-¿tu papi es malo?

-no, papi es muy bueno

-hago bien en enseñarte ¿no?

-si, papi

-voy a empezar

-bien- dijo Mati, cerrando los ojos. Le gustaba el dolor, pero Felipe tenia la mano muy pesada y además, estaba enojado.

Felipe alzó la paleta y la estrelló fuerte contra Matías, que dejó escapar un suspiro de dolor, sorpresa y placer.

-gracias, papi-dijo, en un gemido. Lentamente habia empezado a excitarse.

Felipe sonrió satisfecho, le gustaba que su chico le agradezca por corregirlo.

Volvió a estrellar la paleta, pero en un sitio distinto, para ir dejando varias marcas rojas allí.

-¡dios!...gracias, papi-repitió él, quien iba sintiendo cada vez más el dolor.

-papi te enseña, quiere que seas bueno- dijo Pipe y volvio a azotarlo con más fuerza.

-gracias, papi,gracias- volvió a exclamar, ya con pequeñas lagrimas en sus ojos y una erección palpitante.

El castigo se prolongó durante unos minutos más, hasta que Felipe decidió que era suficiente.
Dejó la paleta a un costado y liberó las muñecas de su chico, ya muy rojas y maltratadas.
Le ordenó que vuelva a sentarse sobre él, quedando nuevamente de frente.

-te portaste muy bien ahora, me gusta asi, ¿te gusta aprender?

-si papi, mucho-respondió él, sintiéndose contento de complacer a su papi, acurrucandose en su cuello.

Felipe pasó delicadamente sus manos grandes sobre el culo hinchado de su novio, sintiendo el relieve de los azotes, en forma de corazón.

-te amo, mucho-murmuró, mientras metia suavemente un dedo dentro de Matias. El castigo real acababa de empezar.

-yo también te amo mucho papi- respondió Mati, sintiéndose el nene más bueno del mundo.

Un puñado de papel con palabras Where stories live. Discover now