las pruevas

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El grupo, liderado por Mateo y seguido de cerca por Noa, se adentró en el sendero cubierto por el espeso bosque del Pasaje de Theralion. El camino, apenas visible bajo la espesa vegetación, parecía retorcerse y cambiar ligeramente con cada paso que daban, como si el mismo bosque se moviera a su alrededor.

A medida que avanzaban, los sonidos del bosque comenzaron a intensificarse. Lo que comenzó como el suave murmullo del viento entre las hojas, gradualmente se transformó en voces susurrantes. Sin embargo, no eran voces comunes; cada miembro del grupo empezó a escuchar algo diferente, voces que parecían dirigirse directamente a ellos, tocando fibras profundas de sus miedos, deseos y recuerdos.

Mateo escuchaba una voz que le recordaba constantemente las dudas sobre su liderazgo y la seguridad de su grupo. "¿Estás seguro de que puedes guiarlos a salvo?" susurraba la voz, sembrando la semilla de la inseguridad.

Noa, por su parte, escuchaba una voz diferente, una que le hablaba de su pasado y de la historia de su gente, mezclando verdades con mentiras diseñadas para confundirla y debilitar su determinación. "Tu hogar ya no existe como lo recuerdas," le decía, intentando desviarla de su propósito.

Los guardias no estaban exentos de este fenómeno. Cada uno luchaba internamente con sus propios demonios, escuchando voces que les recordaban sus fracasos pasados, sus miedos más profundos, o incluso sus deseos ocultos, todo diseñado para quebrantar su voluntad y desviarlos del camino.

A pesar de la creciente cacofonía en sus mentes, el grupo mantuvo su formación, apoyándose mutuamente con miradas de aliento. Era evidente que las voces buscaban aislarlos, enfrentarlos con sus inseguridades en momentos de vulnerabilidad.

Noa, con su profundo conocimiento de la magia antigua y las artes élficas, fue la primera en darse cuenta de que debían romper el hechizo de división que las voces intentaban tejer entre ellos. "¡Concentraos en mi voz!" gritó, y comenzó a cantar en el antiguo idioma de los elfos, una melodía que resonaba con poder y claridad.

El efecto fue inmediato. La canción de Noa, pura y cristalina, se convirtió en un faro para los demás, ayudándoles a enfocarse y rechazar las voces que buscaban desviarlos. Mateo, inspirado por la fuerza de Noa, reafirmó su determinación y lideró al grupo con renovado propósito, guiándolos a través del oscuro bosque con una confianza que desafiaba las sombras a su alrededor.

Las voces, enfrentadas a la unión y la determinación del grupo, comenzaron a disminuir, su influencia disipada por la luz de la camaradería y la fuerza de voluntad compartida. Lo que antes era un coro de dudas y temores se transformó en meros ecos del bosque, finalmente silenciados por la determinación del grupo de superar cualquier desafío juntos.

Después de superar la prueba de las voces engañosas, el grupo se encontró ante una nueva encrucijada que marcaría el siguiente desafío en su viaje a través del Pasaje de Theralion. Frente a ellos se extendían tres caminos, cada uno representando una prueba diferente, diseñada para evaluar aspectos distintos de su valentía, sabiduría y corazón. A diferencia de la elección anterior, esta vez, un antiguo monolito de piedra se erigía imponente ante los caminos, inscrito con runas que brillaban suavemente, ofreciendo pistas sobre las pruebas que cada sendero albergaba.

El primer camino, a la izquierda, estaba marcado por runas que simbolizaban la fuerza y el valor. Este sendero conducía a un valle oscuro donde se escuchaban los ecos de rugidos y el estruendo de pasos pesados, insinuando que la prueba involucraría un enfrentamiento directo con alguna forma de bestia o guardián.

El camino del centro estaba adornado con runas de sabiduría y astucia. Se veía serpenteando hacia una densa niebla, dentro de la cual parpadeaban luces y sombras. Aquel que eligiera este camino debería confiar en su ingenio para navegar a través de enigmas y ilusiones, enfrentándose a desafíos que ponían a prueba la mente más que el cuerpo.

No tengo magia, pero sí internetWhere stories live. Discover now