30 | Closer

317 29 81
                                    

📍 28 de Julio de 2022 | Anaheim, California

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

📍 28 de Julio de 2022 | Anaheim, California.

Abril P.O.V.:

Guardé la jarra de agua con una mano, mientras con la otra movía de arriba a abajo con un abanico que conseguí mal parado. Ni pregunten porque lo tengo, porque ni yo sé.

Normalmente, soy una persona que es más susceptible al frío, ya que nací en un clima cálido y me críe en ese espacio, pero hay límites. En California, literal, el límite pasó.

Después que descansé algunas horas, el calor se había vuelto demoniaco. Las ropas ahora eran ligeras para lo que normalmente me colocaba, vivía entre shorts y telas finas de chandal para no morir de una onda de calor.

Creo que este era el karma que estaba viviendo por haberme mudado de Venezuela.

Me senté en el mueble, tomando aún el contenido del gran vaso de que agua que me serví mientras buscaba el canal de dónde transmitirían la final del volleyball. Aunque tristemente ya terminó la temporada femenina, la masculina estaba batallando con uñas y dientes hasta quedar el equipo de Francia contra Polonia, para la final.

El timbre resonó por toda la casa, a lo que me levanté arreglándome mi moño alto y abriendo la puerta. Por primera vez en tantos años, pude sentir como me avergoncé por lo que traía puesto.

—Oh—tragué grueso, sonriéndo avergonzada hacía mi vecino y rascando mi espalda baja con nerviosismo—Hola, otra vez.

—¿Pudiste descansar?—preguntó y yo asentí, a lo que di unos pasos hacía atrás para que pueda pasar. Cerré la puerta tras mi espalda, sintiendo como esta ardía un poco más por el tatuaje aún reciente.

—Lo siento por el desastre, es que ha hecho mucho calor desde que te fuiste y parece que prendieron un horno que nunca se apaga—bromeé, mientras limpiaba el polvo infímo que había en la cocina para disimular que no andaba en las fachas que estaba.

Es que por Dios, recibir al que te gusta en un par de shorts de jean, una franela que es más un top que tiene un escote gigante en la espalda y casi que envuelta en sudor no era muy fashion de mi parte.

Estaba vestida con las prendas de cachifa versión verano demoníaco.

—Está bien. Mi casa está peor.

—Tu casa está arreglada, mentiroso. Fui ayer a colocarle agua a las plantitas—comenté y él se rió, sentándose en el mueble mientras las cortinas se movían suavemente con los soplos del viento—¿Te fue bien? ¿Cómo sigue tu codo?

—Estoy bien, mi codo también. Solo me duele un poco, pero es moderado—hice un sonido afirmativo a sus palabras mientras terminaba de colocar el contenido prometido en un plato—¿Y tú? ¿Qué has hecho en mi ausencia?

Me reí por sus palabras a lo que lo vi divertida desde dónde estaba, caminando con el plato entre mis manos—¿Por qué el interés? Sabes que no he hecho nada.

Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©Where stories live. Discover now