Recuerdos

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Era una mañana pacífica, Aquino se encontraba mucho mejor, el chico de ojos miel estaba sentado en su camilla, claro, aún no estaba del todo recuperado pero mucho mejor que antes, estaba perdido con la vista en la ventana, observando aquel cielo azul que se podia contemplar tenia la mente en blanco, no se acordaba de lo que le habia ocurrido.

Pero aquellos duro poco, puesto a qué llegaron unos hombres altos y con chalecos, eran policías que estaban acompañados de los doctores.

Le hicieron una serie de preguntas pero este no contestaba, no sabía nada.

-Descuide señor, pronto estará mejor y cuando se mejore recordara lo ocurrido-habló uno de los doctores.

-Esta bien-respondió el policía para salir de la habitación junto con sus compañeros, acompañado de dos doctores, mientras que un enfermero se quedaba con el castaño.

-¿Te encuentras bien Diego?-pregunto el enfermero.

-Si-contesto algo cortante.

-Veo que no hablas mucho, bueno, te daré tu espacio, tu mamá y tu hermana vienen en camino por cierto.

-Esta bien.

El chico no tenía expresión alguna, solo observaba aquella ventana fijamente.

Un rato después la madre y hermana de Aquino llegaron, estás con ansias lo abrazaban y le traían algunas cosas como ropa y productos de aseo.

-Hola mamá-saludo a su madre mientras está con algunas lágrimas lo abrazaba cuidadosamente ya que aún no estaba del todo bien.

-Yo, lo siento mucho cariño, lo siento-sollozaba la mujer.

-Mamá, no es tu culpa, yo solo quien lo lamenta, solo hago molestias, porque se nota que no has comido ni dormido bien-Se fijo en la cara de su madre la cual tenía grandes ojeras.

-¡Hermanito!-exclamo Mictia.

-Mic-la recibió con un gran abrazo.

-Vuelve a casa por favor, Mictia y mami te extrañan-sollozo un poco la castaña.

-Tranquila, pronto volveré, y cuando vuelva te compraré un gran helado que te lo prometí y nunca lo cumplí.

-A Mictia le preocupa más su hermano que el helado-hablo mientras miraba a su hermano.

-Lo se-les dedico una pequeña sonrisa.

Pasaron las horas hasta que tuvieron que dejar al castaño solo, algo que lo entristecia y lo llenada de culpa era preocupar a las personas que amaba.

El tiempo paso hasta que el cielo se oscureció, le aburría estar acostado en la camilla sin hacer nada, y mirar la televisión, solo pasaban cosas y noticias aburridas.

Lo único que le gustaba ver era la ventana, aquella ventana que le provocaba paz por alguna extraña razón.

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Las estrellas se apoderaron del cielo nocturno, con ello llegó la noche al fin, Aquino no tenía ni una pizca de sueño, mucho menos hambre, pues ya había comido.

-Extraño mi hogar-susurró el castaño aún fijo en la ventana.

Al lo lejos pudo observar a una pequeña paloma volando por el cielo, la cual se poso sobre los bordes de la ventana, está quedó viéndole a Aquino de una manera extraña.

-Hola amiguito, ¿Estás solo?-pregunto mientras miraba al ave.

La paloma no contesto, solo hizo pequeños ruidos los cuales le parecía gracioso.

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⏰ Last updated: Mar 26 ⏰

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¡Chico fantasma!Where stories live. Discover now