XXI

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- Y qué harás? Vas a abrir un jucio? Sabes que no puedes hacerlo, tus manos tampoco están del todo limpias...- las feromonas de su padre eran amargas con cada palabra que soltaba, por alguna razón no tenía cuidado con ello.

Jos le contó el alboroto de Slim, de cómo se burló en sus narices, estaba acabado y Max temía por el estado mental de su padre, no descansaría hasta vengarse de Slim.

- Ya lo sé Emilian, pero esto no se puede quedar así, necesito hacer que se arrepienta de lo que ha hecho. - la mirada de Jos analizaba a Max de arriba a bajo. - Para ello vas a ayudarme

- Sabes que siempre vas a contar conmigo - La lealtad de Max a su padre era muy fuerte a pesar de lo que le ha hecho.

- Bien, me alegra escucharlo - Jos se acercó a él y le dio una palmada en su hombro y salir sin antes decir. - Mantente al tanto de tu celular, te llegará información en cuánto antes.

Max asintió y suspiró frustrado, él no era tan despistado cómo su padre, sus propiedades estaban intactas y si tenía que vender alguna para ayudar a su padre a no quedarse en la ruina: lo haría, digo... cualquiera haría lo mismo por sus padres...

(...)

- Vendrás a España? Por qué tomaste una decisión tan alocada? -

Sergio miraba a través del cristal del horno la lasaña mientras hablaba con su hermano, quien le llamo minutos después de que Max desapareciera.

- No es una decisión alocada, hablé con tu padrino... mejor dicho, ahora también es mi padrino - Esa noticia desconcertó a Michel quién hizo una mueca disgustada.

- Tu padrino? Y no se negó o algo parecido? -

- Claro que no, él con gustó aceptó

- Y por casualidad habló con nuestros padres? - Michel miró en dirección donde Max desapareció, estaba entrando en pánico al no saber que hacer si se quemaba la lasaña.

- No demasiado solo confirmo su autorización de ambos, ¿Por qué? Dudas de mi palabra?

Sergio no dudaba de eso, temía por si Slim les diría a sus padres sobre su situación, temía por si él les diría lo qué pasó con él después de no quedar en la universidad. Los fondos que recibía de Slim se habían detenido por vario tiempo, pero la última semana seguían cómo si nada, sin embargo Michel no tocó ningún peso del dinero que siguió recibiendo.

- Estás bien? - La voz detrás del teléfono lo regresó al momento.

- Si, estoy bien, entonces tú vendrás en dos días? -

- Así es hermanito, llegare allá y podremos vernos, debemos ponernos al día, yo quiero saber más sobre ese jefe tuyo, suena interesante.- Pato quería sacar más jugo de ese limón pero Sergio era muy reservado con eso.

- Cuándo vengas ya hablaremos, me tengo que ir- Sergio escuchó pasos aproximándose y se apresuró a despedirse.- Nos vemos pronto, te quiero hermanito.

Sin recibir contestación corto la llamada.

- ¿Con quién hablabas? - Max se cruzo de brazos y se recargo en la barra, mirando directamente al pelinegro.

- Atendía unos asuntos...- Sergio frunció el ceño y se apresuró mirar el horno- Esto ya debería estar, no?

Max se acercó y tomó unos guantes, abrió el horno y sacó la lasaña con cuidado y la colocó en la barra.

- Ya está - Tomó un cuchillo y corto un pedazo para ponerla en el plato de porcelana y colocarla frente a Sergio. - Espera a que se enfríe un poco

El rubio tomó un tenedor y corto un pedazo pequeño, le sopló un poco y lo acercó a los labios de Michel.

Tutor Privado / ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora