Secrets of a Royal Family

Secret #1

Una pequeña Charlie corría por uno de los largos pasillos del palacio, siendo perseguida por el gato de su padre, KeeKee. La risa chillona e infantil de la niña inundaba el silencioso lugar, haciendo eco por todo el pasillo. 

Charlie se detuvo cuando observó a lo lejos a su padre salir de “esa” habitación, aquella a la que ella o cualquiera que no fuera su padre o algunos sirvientes de su confianza podía entrar. Observó con sorpresa como su padre se iba sin haber cerrado la puerta, la pequeña estela de luz que se filtraba por la hendidura solo la tentaba más y más a entrar, pero trató de contenerse, incluso KeeKee jaló su vestido para distraerla y evitar que entrara.

Dió media vuelta dispuesta a irse, pero algo la detuvo, un susurro proveniente de aquella habitación que la invitaba a entrar, Charlie dudo unos segundos pero su curiosidad ganó e ignorando a la pequeña KeeKee caminó hasta quedar frente a la puerta, la empujó suavemente para poder abrirla e hizo una mueca ante el chirrido que soltó aquella vieja puerta gracias las bisagras. 

Asomó su cabeza por la abertura antes de adentrarse por completo a la habitación, Charlie se esperaba un lugar más interesante pero aquel lugar se veía tan…normal, algo viejo, pero normal.

Las cortinas estaban cerradas dándole a la habitación un toque sombrío, la pequeña niña caminó con cautela, observó el fondo del lugar, notando la gran cama oculta por algunas cortinas oscuras, al lado una mesa de noche con algunos papeles que llamaron la atención de la princesa, quien se acercó y tomó aquellas hojas para poder leerlas.

La sorpresa adornó el rostro de la niña que no tardó en sonreír con emoción, abrazó las páginas contra su pecho mientras daba pequeños saltos por la felicidad que la inundaba.

—¡KeeKee, mira esto! ¡Es genial! ¡Alguien intentó ayudar a nuestra gente antes! ¿Por qué será que ellos lo ocultaban? ¡Oh! Le preguntaré a-

—¡Charlie! ¡¿Qué te he dicho de entrar aquí?!—

La niña saltó en su lugar por la voz de su padre, giró su cabeza lentamente dándole una sonrisa nerviosa al adulto.

—Papá, puedo explicarlo-

—Estás en serios problemas, Charlotte Morningtar, ahora sal de aquí.—

Lucifer caminó y tomó a la niña de la mano, provocando que Charlie tirara las hojas por accidente.

—¡Pero papi, quiero-

—Silencio.—

Charlie se calló, su padre se notaba enojado, normalmente el rubio era muy (demasiado) paciente, y que se enojara tanto solo por entrar a esa habitación le resultaba extraño a la pequeña, pero decidió no mencionar nada y esperar a que el castigo que le diera no fuera tan malo.

Giró su cabeza una vez más para ver las hojas tiradas en medio de la habitación siendo alumbradas por la estela de luz que se colaba por la puerta abierta, entrecerró sus ojos para intentar leer aquel título sobresaltado con algún marcador antes de que su padre saliera con ella y cerrara con llave la puerta, evitando que pudiera entrar nuevamente.
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“Proyecto Hazbin: Prueba de redención para demonios.

Por L. Morningstar"

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